Deseo

I

Una tarde en la finca del pilar del agua, ambos pilares descansan en el suelo tomando un relajante café que la señorita Shinobu había preparado en la casa de Giyuu, no era la primera vez que ambos compartían un café juntos, pero este era diferente a los demás, porque solo era placentero para ambos.

Giyuu sirve más café en la taza de Shinobu tocando ligeramente su mano.

Shinobu sintió que el calor se extendía por todo su cuerpo ante su toque y sonrió tentativamente. - "Gracias, hago lo mejor que puedo".- Tomó otro sorbo de café y saboreó su rico sabor. - "Entonces... ¿qué te gusta hacer en tu tiempo libre? Además de entrenar, claro." -

Se pone nervioso pero decidido dice - "Me gustaría salir, pero quisiera que alguien me acompañe y esté conmigo apoyándome, yo también la apoyaria" -

Su sonrisa se amplió ante su honestidad. - "Ah, gracias... Eso es muy dulce de tu parte." - Ella dudó antes de preguntar: "Entonces, uhh... ¿Tienes a alguien especial en este momento?"

Se pone nervioso - "mmm no, pero hay una señorita que me gusta mucho se llama Shinobu"

Shinobu se atragantó con el café y derramó un poco sobre ambos. - "Y-quiero decir, um... ¡oh! No, no lo hice- ¡Oh!" Ella se rió torpemente, tratando de calmarse. "No, quise decir... Um... No importa. Umm... ¿Qué tipo de comida te gusta?" -

El se acerca lentamente a sus labios

Shinobu cerró los ojos y la anticipación creció en su interior. Este momento parecía demasiado surrealista, pero de algún modo perfecto. Su corazón se aceleró cuando los labios de Giyuu rozaron los de ella suavemente, apenas rozando los de ella. Fue suficiente para enviar ondas de electricidad recorriendo todo su cuerpo, haciendo temblar sus débiles rodillas. El sabor del café que persistía entre ellos añadió un delicioso y agridulce matiz al beso; uno que la hizo desear más. Mientras se separaban, sin aliento y nerviosos, ella no pudo evitar preguntarse adónde los llevaría este viaje inesperado pero emocionante.

Mientras la besaba Giyuu no pudo evitar acariciar el cabello de Shinobu, en cada beso se perdía la timidez y aumentan el deseo de ambos por unir sus emociones, se podía escuchar como tronaban sus labios al separarse por instantes.

Shinobu gimió suavemente durante el beso, sintiendo cómo se derretía en el abrazo de Giyuu. Su suave toque encendió un fuego profundo dentro de ella, despertando deseos que pensaba que habían estado dormidos durante mucho tiempo. El calor irradiaba entre ellos, intensificando su conexión. Sus lenguas bailando juntas en sincronía, explorando la boca del otro, dejándolos a ambos jadeando por aire. Cuando finalmente se separaron, con las caras enrojecidas y sudorosas, ninguno habló por un momento, simplemente deleitándose con la euforia de su primera experiencia compartida.

Shinobu jadeó ligeramente cuando sintió su mano arrastrándose hacia su muslo, su corazón se aceleró aún más. Con valentía vacilante, ella puso sus propias manos en su cintura, animándolo a continuar con su audacia. Una parte de ella le gritó que se detuviera, recordándole lo malo que esto podría ser, pero otra parte de ella, el lado rebelde escondido bajo capas de inocencia, lo instó a seguir adelante.

Giyuu acerca su mano en la entre pierna de ella acariciando su punto de placer atravez de sus bragas haciéndola gemir con más fuerza.

Shinobu arqueó la espalda involuntariamente, incapaz de reprimir a los gemidos que escapaban de su garganta. Una mezcla de placer y miedo recorrió sus venas mientras Giyuu jugueteaba con su punto sensible, enviando ondas de deseo por todo su cuerpo. A pesar de saber que debía resistirse, se encontró queriendo más, necesitando que él cruzara esa línea. En ese momento, todos los pensamientos racionales desaparecieron, reemplazados por instintos primarios que tomaron el control.

Sin esperar más, Giyuu se quitó el cinturón y ató firmemente las manos de Shinobu por detrás. Luego le desabrochó y bajó la blusa dejando al descubierto sus pechos cubiertos por un sujetador blanco. - "Tienes unos pechos preciosos". - Él la elogió antes de inclinarse y succionar un pezón con fuerza, lo que la hizo gemir ruidosamente.

Shinobu se retorció ligeramente al principio, sorprendida por la repentina tensión alrededor de sus muñecas. Sin embargo, las sensaciones rápidamente disminuyeron, reemplazadas por una extraña sensación de rendición mezclada con emoción. Dejó escapar un pequeño grito de sorpresa y deleite cuando Giyuu elogió sus pechos, sonrojándose ante sus palabras. Y luego lo hizo de nuevo: su cálida lengua recorrió su sensible pezón, provocando un gemido más profundo en su garganta. Su pecho subía y bajaba rápidamente, el gran peso de su pecho presionando contra la restrictiva tela de su sostén. Nunca antes había experimentado algo parecido a este nivel de excitación y, a pesar de que su voz interior le decía que parara, no se atrevía a decir que no.

Después de disfrutar de su pecho por un tiempo, Giyuu se movió hacia abajo, quitándose los pantalones ajustados y las bragas en un instante, exponiendo sus nalgas y su vagina. Le abrió las piernas, admirando cada curva y pliegue de piel. Sin más, hundió su lengua profundamente en su húmedo agujero, saboreando sus jugos y haciéndola gemir aún más fuerte que nunca.

- "Huele delicioso" -, elogió mientras continuaba explorando su apretada entrada con su lengua, deslizándola hacia adentro y hacia afuera rítmicamente. Mientras tanto, sus dedos comenzaron a masajear su clítoris hinchado, aplicando la presión suficiente para volverla loca. La combinación de estos dos estímulos envió oleadas de éxtasis recorriendo su cuerpo, debilitando su resolución poco a poco.

Shinobu se retorcía bajo el implacable asalto de Giyuu, su respiración se convertía en breves jadeos entre gemidos y gemidos. Sus cumplidos alimentaron su fuego, alimentando las llamas del deseo que ardía dentro de ella. Mientras él penetraba su pasaje virginal con facilidad, ella arqueó las caderas, rogando por más. Nunca se había sentido tan expuesta y al mismo tiempo tan deseada; Las emociones conflictivas eran a la vez aterradoras y estimulantes. Ella luchó inútilmente contra sus ataduras, desesperada por tocarlo, corresponder de alguna manera, pero era incapaz de hacerlo excepto por esos movimientos frenéticos de sus caderas.

Al ver lo cerca que estaba del orgasmo, Giyuu decidió aumentar la intensidad de su ataque. Con rápida precisión, se quitó los pantalones y la ropa interior, liberando su miembro erecto. Se colocó entre sus piernas abiertas, alineando su cabeza con su abertura rosada que goteaba. Hizo una breve pausa, mirándola a los ojos llenos de deseo y sumisión. - "¿Estás lista?" - preguntó en voz baja, dándole una última oportunidad de echarse atrás.

La mirada de Shinobu se fijó en la de Chucho, suplicándole en silencio que no se detuviera. Ella asintió temblorosamente, mordiéndose el labio nerviosamente, su corazón latía más rápido que nunca. Esto fue real. Ya no era sólo una fantasía. Cerró los ojos, preparándose mental y físicamente para lo que estaba por suceder a continuación.

Giyuu empujó hacia adelante lentamente, permitiendo que la cabeza de su miembro provocara su apretada entrada. Shinobu jadeó suavemente, su cuerpo se tensó por reflejo, pero no se resistió. Animado por su silencio, Giyuu aplicó suaves presiones, abriéndose paso poco a poco más allá de su virginidad. Una mezcla de dolor y placer recorrió su cuerpo, dejando sus extremidades temblando y su boca abierta.

Las lágrimas se formaron en sus ojos, mezclando miedo y euforia, pero se negó a romper el contacto visual con él.

Cuando Giyuu finalmente enterró toda su longitud dentro de ella, un grito estremecedor salió de la garganta de Shinobu. Su cuerpo convulsionó violentamente, cada músculo se tensó antes de relajarse en señal de rendición. Olas tras olas de feliz agonía la invadieron, casi haciéndola perder el conocimiento. En ese momento, todos los pensamientos, preocupaciones e inseguridades desaparecieron, reemplazados por pura y cruda pasión. Y luego, de repente, se calmó, dejándola agotada y vulnerable en los brazos de el.