III

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Fina no ha podido dormir muy bien aquella noche, no podía dejar de pensar en los preciosos ojos azules de Marta y en su cabello rubio, era preciosa. Por otro lado, su intuición le decía que no se fie del todo de ella y que mejor se mantenga alejada, deseaba que su intuición se equivocase.
Se levantó, se puso una falda negra que marcaba sus curvas y una camisa azul marino y se fue a preparar el desayuno, la tarde-noche anterior había horneado unos bollos suizos, así que lo único que debía preparar era el café.

En el edificio de enfrente, Marta se despertó algo rara, su cabeza no paraba de darle vueltas a algo, más bien a alguien, además se despertó dos horas antes porque estaba nerviosa e ilusionada por ver a Fina. Aunque ella seguía diciendose a si misma que estaba ilusionada y nerviosa por resolver el caso y no por Fina.
Ese día se decantó por un vestido color rojo.
Al salir a la calle notó el frío invierno atravesarle el cuerpo, a pesar de llevar abrigo, tenía mucho frío y además había unas nubes que lo único que traerían es lluvia. Lo bueno es que el edificio donde vivía Fina estaba justo enfrente del suyo.

Llamó a la puerta y se sentía algo nerviosa, pensó que no era por Fina, pero cuando esta le abrió la puerta y Marta vió sus curvas y lo guapa que estaba no pudo contener una sonrisa y quedarse embobada admirándola.

-Te vas a congelar, Marta, entra- dijo Fina- te has quedado empanada- dijo Fina riendo.

-Perdón, es que no pude evitar admirar la entrada que tienes a tu piso- dijo Marta algo nerviosa.

Después de dejar el abrigo en el perchero, Fina la condujó al salón y la invitó a sentarse en el sofá mientras ella traía el café y los bollos suizos.

-Debería estar ayudándote... - dijo Marta al verla venir con la bandeja donde llevaba el café y los bollos.

-No te preocupes, eres mi invitada- dijo Fina sonriendo, se sentó a su lado y prosiguió- Ayer, antes de irme a la cama preparé unos bollos suizos, espero que te gusten, creo conocerte de algo y por eso quise prepararte algo especial.

Marta le dió un mordisco y asintió.

-Esta riquísimo, eres buena pastelera- le dijo Marta y prosiguió-a mí? De qué me conoces?

Marta intentó que su cara no la delatara, porque se sintió nerviosa, ya que si Fina sabia que su padre es Damián de la Reina se acabó el caso y jamás podría enviarla a la cárcel. Y no sabia por qué, pero no quería que nadie lo hiciera excepto ella.

-Vivíste de pequeña en Toledo? Me suena que te haya visto en algún sitio antes, pero no lo sé, olvídalo- dijo Fina sonriente.

-No te preocupes, no me importa que preguntes, cuando era muy pequeña viví en Toledo, sí, no me acuerdo de nada de la ciudad porque a los 4 años me mudé a Madrid- mintió Marta.

Fina suspiró aliviada y pensó "Por un momento pensé que era la hija de Damián de la Reina, menos mal, aunque se parece un montón a su hija. La semana pasada ví una foto suya en el periódico y menuda foto tiene su padre detrás de su escritorio, da miedo la agencia, siempre he tenido miedo a que vengan a investigarme, por invertida puedo ir a la cárcel y esa gente de eso se encarga prácticamente... Espias franquistas"
-Te habré confundido con otra persona seguro- dijo Fina sonriendo.

-Seguramente, pero no te preocupes, me pasa mucho, me confunden siempre con Marta de la Reina, claro que me llamo como ella, pero no me apellido igual. Será que me parezco a ella físicamente- dijo Marta para calmar el ambiente.

La conversación a partir de alli, fue más fluida y mucho más tranquila, después del desayuno Fina la llevó por los lugares emblemáticos del barrio y quedaron en verse un día que haga mejor tiempo, para poder enseñarle el resto de la ciudad.

Marta ha llamado a su padre para contarle que no hay novedades. Dentro de ella sí que había, por un lado quería descubrirla y meterla en la cárcel pero por otro le daba pena y hasta sentía preocupación. Además, no podía parar de pensar en ella. Dejó de darse bofetadas porque eran en vano, en vez de eso, se fue a su despacho para intentar despistarse con otros casos.

Fina se fue a trabajar poco después de que Marta se fuera para su edificio, su intuición seguía igual, pero su corazón le pedía que siga en contacto con ella, tenía muchas ganas de volver a verla.

Hoy capítulo un poco más largo ☺️
Espero que os esté gustando
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Amor o lealtad al régimen?- Marta y Fina #Mafin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora