un alma dolida

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Sara:

En algún momento, mientras lloraba en la cama acabé durmiéndome, para al despertarme no escuchar absolutamente nada en la casa y por lo tanto suponer que tanto Miko como Bona se habían marchado.

Ese día estaba triste, era uno de esos donde el dolor de "no ser normal" me quemaba el alma, donde el "¿Que hubiese pasado?" se repetía en mi cabeza una y otra vez sin secar.

Me levanté de la cama aún con lágrimas callando por mis mejillas, para al sentir la cabeza de Ginger contra mi estómago no dudar en acariciar a la perrita.

-Me encantaría verte -hable entre lágrimas acariciando a la canina-

La perrita tan solo ladro como si estuviese contestándome, para pocos minutos después saltar de la cama al piso.

Me levanté de la cama para caminar hasta la cocina, mientras tocaba aquellas paredes guiándome, pues aunque ya sabía cuántos pasos habían desde mi cama hasta la encimera, me daba mucha más seguridad tocar aquellas paredes.

Llegué a la encimera y abrí aquel mueble, para así entender mi mano y al sentir el tacto de una taza agarrar ésta.
A continuación la dejé apoyada en la encimera y agarre aquel calentador de agua para llenarlo con agua del grifo y ponerlo en aquel aparato que lo calentaba.
Hasta ahora había sido fácil, pero claro, aún faltaba poner el agua caliente en la taza, lo más difícil...

Recorrí con las palmas de mis manos las gavetas que se encontraba debajo de la encimera, para al llegar al tercer cajón (el cajón de los tes), tan solo abrirlo y sacar una bolsita de algo lo cual desconocía.
Por suerte no había algún te que no me gustase, asique supongo que daba un poco igual cual fuese la bolsita.

Abrí aquella bolsita de plato para así meter el saquito de té en la taza y al tocar aquel calentador y sentir la temperatura, tan solo lo levanté y lo hacer que a mí taza.

Tenía una mano agarrando la taza y la otra agarrando aquel calentador, parecía todo estar bajo control y en el ambiente se notaba total silencio.
Hasta que fui a vertir aquel agua hirviendo, incline el calentador y al sentir aquel líquido tocar mi mano aquella taza calló al piso.
Dejé aquel artefacto sobre la encimera, dando un salto hacia detrás al sentir los cristales en mis pies y aquel líquido caliente sobre mi mano.

-Mierda -grite al sentir aquel dolor infernal sobre mi pobre mano-

Una lágrima asomo por mi lágrimas y justo en ese instante la puerta se abrió.

-Que ha pasado? -pregunto una voz femenina, era Miko-

-Yo solo quería hacerme un té -hable entre lágrimas intentando calmar el dolor de mi mano tapándola con mi camisa-

Pues en esos instantes nisiquiera era capaz de ir al fregadero a mojarme está con agua fría.

Poco tarde en sentir como la chica agarraba mi brazo y mi cadera, para así hacerme caminar.

-Vamos al baño -hablo preocupada-

Me guio hasta el nombrado y poco tarde en sentir con agarraba mi mano para así mojarla con agua fría.
Aquel calor infernal se abia ido, pero aún así dolía, dolía mucho.

-Duele -me queje como niña pequeña-

Solo faltaba esto para mejorar mi día
Pensé...

Con los ojos cerrados (Young Miko) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora