celos

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Vicky:

Habían pasado casi 3 días desde  que Mauro y Mariana habían venido a casa y yo aún seguía dándole vueltas a aquellos coqueteos "inocentes" que Mauro le había ducho a Sara durante toda aquella noche.
No podía evitar morirme de celos, querer gritarle que la chica era mi y que se alejase de ella, pero claro, había un inconveniente, ni Sara era mía, ni yo tenía ningún poder para decir con quién salía, hablaba, e incluso coqueteaba la chica.
Aunque para ser verdad, Sara no  parecía darse cuenta de los coqueteos del moreno.

Estábamos en la hora del almuerzo, mis clases casi habían terminado y estaba tan cansada que ni siquiera había agarrado el teléfono en toda la mañana.
Había pasado una noche bastante rara al decir verdad, primero me dormí mientras estudiaba, luego desperté, cene y volvi a dormir para despertarme a las 4 de la mañana por una pesadilla, después de esa hora no habia podido conciliar el sueño y ahora estaba casi durmiedome sobre mi comida.

-Hey Miko -saludo Mariana para hacer acontinuacion nuestro saludo- todo bien?

-si, solo estoy cansada -hable amable- y Mauro? -pregunte curiosa al no ver a su hermano con ella-

-Con Sara en la biblioteca, están buscando libros en braile creo -me explico mi mejor amiga-

En ese momento mis alertas se conectaron, el radar de celos comenzó a ponerse rojo fuego y todo el sueño que tenia desapareció en cuestión de segundos.

-Tienes que decirle que ella te gusta -hablo Mariana-

-que? No me gusta -hable un poco nerviosa-

-Porfavor Miko, te conozco desde que tienes 13 años -hablo mirando a los ojos la morena- es obvio que Sara te gusta

-claro que no, ella no me gusta -lo negue- somos amigas y ya

-Ni tu quieres ser su amiga, ni ella quiere ser la tuya María Victoria

-Estas volviéndote loca, ni siquiera sabes lo que dices -hable nerviosa-

No sabía porque me daba tanto miedo admitir que aquella castaña me volvía loca, quizás por miedo a ser rechazada o porque tambien le gustaba a mi mejor amigo, no lo sabia pero era tan complicado ocultar mis sentimientos que temia que la chica se diese cuenta, en algún momento.

-Se como la miras y esos ojos están llenos de amor María Victoria -hablo Mariana para agarrar mis manos- tienes que decirle a ella o por lo menos a Mauro

-no puedo hacer eso Mari -hable rendida de negar aquello-

-deves hacerlo, porque si el se adelanta ya no hablar vuelta atrás

-lo se

-Hello -escuche una voz masculina a mi espalda-

Para al mirar hacia aquella dirección ver a Mauro, junto a Sara y Ginger, los cuales venían hacia nosotras.

-hola -saludo la castaña amable-

-hola -saludamos Mariana y yo al unisono-

-Vick puedo ir contigo a casa? No hay más clases hoy -pregunto Sara-

Con los ojos cerrados (Young Miko) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora