ANTES DEL CAOS.

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Años antes...

Hoy es otro día en el que esos desgraciados me quitan el dinero de mi almuerzo. La verdad, no entiendo por qué nunca hago nada al respecto. Tal vez sea un cobarde, no lo sé. La idea de volver al colegio me llena de angustia. Me levanté de la cama con el nudo en el estómago, sabiendo que me enfrentaré de nuevo a esas personas.

Al salir de mi habitación, escuché la voz de mi madre llamándome, recordándome que era hora de levantarse para ir a esa prisión que llamamos colegio.

- Adrian, el desayuno ya está listo. Baja para que te vayas al colegio.

- Ya bajo, mamá... - respondí con una voz apagada.

En la mesa, mientras desayunaba con mi padre, me atormentaba el deseo de contarle todo lo que estaba pasando. Quería pedirle un consejo sobre cómo enfrentar a esos rufianes, pero su mirada fría y distante me intimidaba. Es comprensible, considerando que es un militar, y no cualquier militar, sino un general del ejército. Imaginar la deshonra que sería para él si supiera que su hijo es golpeado en la escuela me atemorizaba aún más.

De repente, mi papá me tomó del hombro y me dijo con un tono más suave:

- Hijo, no puedo evitar notar en tu mirada que algo te preocupa. No te preocupes, estoy aquí para ti.

Algo en mí quería contarle todo, pero me contuve. Quizás era el miedo, no lo sé.

Sin perder más tiempo, me alisté rápidamente para evitar que mi padre sospechara algo más. Caminando por el sendero habitual, me encontré con Takeshi, mi único amigo en el colegio. Lo conozco desde hace años, desde que él y su familia se mudaron de Japón. Nos conocimos en segundo de primaria y siempre ha sido un buen amigo.

- Hola, Adrian. ¿Qué tal? ¿Hiciste la tarea de química? ¿O te copiarás de mí de nuevo? - me dijo con una sonrisa traviesa.

Aunque Takeshi a veces puede ser un poco molesto, me gusta estar con él. Me siento más seguro a su lado.

- Claro que sí, aquí está. ¿De verdad me crees tan estúpido? - le respondí con una sonrisa.

Me lo paso bien con Takeshi. A veces, siento que él es mi única familia. En medio de nuestras risas y bromas, apareció Marcus. Cada vez que lo veo, sé que algo malo va a pasar. Bueno, tal vez esta vez sea diferente. Takeshi, con un vistazo preocupado, me susurró:

- Será mejor que salgamos de aquí.

Pude sentir la preocupación en su voz, así que decidimos dar la vuelta. Pero Marcus se dio cuenta y con un movimiento brusco, nos detuvo.

- ¿A dónde creen que van, par de idiotas? ¿Ahora dónde está mi dinero?

Antes de que pudiera reaccionar, Marcus me lanzó contra un árbol. La situación era injusta; Marcus me supera en edad por unos tres años, y yo apenas tengo 14. Estoy acostumbrado a estas situaciones, aunque Takeshi tampoco se libra de ellas.

En momentos como este, realmente desearía que el mundo se acabara. No lo digo por maldad, sino porque deseo que terminen situaciones como estas.

De repente, una voz interrumpió el caos.

- Oye, tú, brabuconazo, ¿por qué no te metes con alguien de tu tamaño? - dijo con una voz desafiante.

Me volví para ver quién hablaba y me sorprendí al ver que era una chica. No podía imaginar cómo ella podría enfrentarse a alguien como Marcus.

- ¡Jajaja! No me hagas reír. ¿De verdad piensas que puedes derrotarme? Eres solo una chica, ¿qué vas a hacer?

- No me subestimes. Puedo causarte dolor de muchas maneras - respondió con una mirada desafiante.

Noté que en la mirada de Marcus, todo esto se estaba saliendo de control. Si robarles a dos menores no era suficiente, ahora estaba dispuesto a maltratar a una chica. Eso era demasiado, incluso para alguien como Marcus.

- ¿Sabes qué? Puedes quedarte con tu miseria. De todos modos, no tengo tiempo para ustedes.

Y así, Marcus se alejó, dejando una respiración de alivio escapar de lo más profundo de mi pecho.

En ese momento, sentí una gran admiración por la misteriosa chica. Al mismo tiempo, me sentía mal por mí mismo, por ser tan cobarde. Como siempre, no pude hacer nada. Marcus podría haberle hecho daño, y eso habría sido mi culpa. Pero al menos todo salió bien.

La misteriosa chica se acercó y me extendió la mano para ayudarme a levantarme. Me sorprendió aún más al ver su rostro: era una chica bella, con el cabello negro y corto. Al darle la mano, sentí un tacto suave y delicado. En ese momento, no supe qué decirle.

- Gracias por lo que hiciste. Seguramente me habría quitado el dinero de nuevo si no hubieras intervenido - le dije con algo de nerviosismo.

- No fue nada. En realidad, ya estoy acostumbrada a enfrentarme con personas así. Bueno, me presento: soy Penny - dijo mientras me estrechaba la mano en saludo.

- Me llamo Adrian, un gusto. Por cierto - respondí, dándole la mano con algo de nerviosismo, esperando que no notara que estaba sudorosa.

De repente, Takeshi nos interrumpió.

- Ya tenía todo bajo control. No debiste meterte. Podrías haberte lastimado - dijo con seriedad.

- Bueno, por lo que vi, estaba a punto de darle una paliza de su vida. Si no fuera por mí, y ni siquiera recibo un agradecimiento...

- Sí, de todos modos no te necesitábamos. Todo era parte de mi plan: quería que Marcus se distrajera con Adrian para poder irnos yo con Adrian. Pero llegaste tú y lo arruinaste.

- Así que si no hubiera llegado, estarías golpeado...

Se sintió una tensión en el aire. Para calmar las cosas, decidí cambiar el rumbo de la conversación.

- Oigan, ¿qué tal si nos vamos de aquí antes de que venga Marcus o alguno de sus amigos?

- Buena idea, Adrian. Vamos al colegio - dijo Takeshi con recelo.

- Entonces, me voy. Hasta luego, chicos - dijo Penny mientras se despedía.

Noté que Takeshi estaba fastidiado. Si no hubiera sido por Penny, todo esto habría terminado mal. Seguramente su orgullo se dañó al ver que una chica tuvo más valentía que él y que yo.

Ese día fue complicado para mí. Tuve mucho en qué pensar. No entendía cómo una chica podía ser tan valiente mientras yo, siendo el hijo de un militar, no lo era. Además, Penny me cautivó no solo por su valentía, sino también por su belleza. Me preguntaba si la volvería a ver. No supe si debía pedirle que nos viéramos de nuevo; tal vez fuera muy apresurado. Aunque, por lo que sé, a Takeshi seguro no le gustaría que hablara más con Penny.

 Aunque, por lo que sé, a Takeshi seguro no le gustaría que hablara más con Penny

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