Al día siguiente, tenía la esperanza de que el día sería mejor. Quizás, solo quizás, volvería a encontrarme con Penny. Me levanté de la cama con entusiasmo, sabiendo que si me encontrase con Marcus, tal vez tendría la oportunidad de hablar con ella y pedirle su número.
Bajé las escaleras con ánimo y una sonrisa que reflejaba mi estado de ánimo. Al llegar abajo, mi madre me habló:
-Hijo, ¿y esa actitud? ¿Conociste a alguien?
-Podría decirse que sí -le respondí con entusiasmo.
Justo cuando estaba a punto de saludar a mi papá, un fuerte sismo sacudió la casa. Todo se movía brutalmente; las paredes comenzaron a agrietarse, y las alarmas de los autos empezaron a sonar. Mi papá, sin perder tiempo, nos llevó a mi mamá y a mí al búnker del sótano. Esta era una ventaja de tener un papá que era general.
-¿Están todos bien? -preguntó mi papá.
Mi mamá respondió con voz temblorosa:
-Sí, amor, pero tenemos que salir de la casa. Ya no es seguro.
Después de un par de horas de calma, decidimos salir a la calle para ver cómo estaba la situación. De repente, mi papá encendió la televisión para informarnos. El canal de noticias estaba en alerta máxima, y el presentador, con una voz seria, dijo:
-Queridos ciudadanos, lamentamos informarles que hoy, miércoles, ha estallado una bomba nuclear en el condado de Massachusetts. La explosión fue tan devastadora que acabó con gran parte de los habitantes de ese lugar. Actualmente, se está llevando a cabo una investigación sobre lo que pudo haber causado tal catástrofe, aunque se sospecha que podría haber sido un ataque de un país enemigo. Sin embargo, aún no se descarta ninguna posibilidad. Les pedimos que mantengan la calma y no se desesperen, ya que en los próximos días la situación podría empeorar debido a la radiación. El país está en estado de emergencia nacional. Les rogamos que no salgan de casa, ya que la radiación podría llegar muy lejos. Además, se cree que en los próximos días todos los sistemas eléctricos dejarán de funcionar. Por lo tanto, lo más seguro es permanecer en sus hogares. Pronto les proporcionaremos más información. Gracias por su atención.
El impacto de la noticia nos dejó helados. La preocupación y el temor eran evidentes en la mirada de mi papá. Era extraño ver a un militar con esa expresión, pero para un padre de familia, proteger a su familia era primordial. Mi mamá, con voz temblorosa, preguntó:
-Max, ¿y ahora qué vamos a hacer?
Mi papá se quedó en silencio por unos segundos antes de responder:
-No lo sé.
Mi vida parecía ir de mal en peor.
-Por ahora, haremos caso a lo que dice el gobierno y nos quedaremos en casa, dentro del búnker. Primero debemos reunir todos los suministros, ya que no sabemos cuánto tiempo estaremos aquí.
Así que mi papá y yo salimos al supermercado en busca de alimentos y otros artículos necesarios para sobrevivir. Al salir a la calle, nos encontramos con un panorama caótico. La gente estaba desesperada, tratando de agarrar lo que podía para sobrevivir. La escena parecía sacada de una película apocalíptica, con calles desordenadas y una sensación de que todo estaba patas arriba. Era un recordatorio de que estábamos todos juntos en esto, buscando suministros en medio del caos.
Entramos al supermercado con mi padre, y parecía que todo el mundo había decidido venir al mismo tiempo. No había espacio para moverse; la gente estaba descontrolada, agarrando cualquier cosa que encontraba. Mi papá y yo tratamos de mantener la calma, pero era un caos total. La lista de compras se convirtió en una misión imposible entre estantes desordenados y gente apresurada. Todos querían lo mismo, y el "estado de emergencia" no ayudaba en nada.
Volvimos a casa con lo poco que pudimos recoger y nos metimos de nuevo al refugio. Mi papá alistó una radio para mantenernos informados sobre la situación exterior. Aproveché el momento para escribirle a Takeshi, agradeciendo que aún tuviera señal. Le pregunté cómo estaba su situación, y Takeshi respondió con voz temblorosa:
-Adrian, todo está en caos. De un día para otro, todo se ha desmoronado. Mi papá dice que debemos viajar a Japón antes de que cierren los aeropuertos. Quizás nunca más nos volvamos a ver.
-¿En serio? Mi papá y yo estamos en el refugio de nuestra casa. No sé cuánto tiempo estaremos aquí. Solo espero que nos encontremos algún día.
-Yo también lo espero. Solo deseo que todo este caos termine pronto y que podamos vernos. Quizás en Japón te traiga algo.
-Espero que estés bien, donde quiera que estés.
-Igual yo. Ahora tengo que irme a alistar mis maletas.
-Está bien, Takeshi. Cuídate y no te olvides de escribirme.
La conversación con Takeshi me hizo reflexionar. A pesar de todo el caos, no podía dejar de pensar en Penny. Realmente quería hablarle hoy, y ahora ni siquiera voy a poder. Quizás, si no hubiera tenido tanto miedo de preguntarle su número, habría podido hablarle.
En el refugio, mi papá esperaba ansioso una noticia del gobierno. Esa antigua radio era todo lo que nos quedaba para saber cómo estaba el mundo afuera.
Después de una semana sin noticias, la tensión era palpable. Mi papá estaba cada vez más angustiado, su expresión de preocupación era evidente. En el refugio, tanto mi papá como yo esperábamos cualquier actualización del ejército. El silencio solo era interrumpido por el sonido lejano de las sirenas. Todo parecía perdido cuando, de repente, la radio comenzó a emitir estática antes de que una voz rompiera el silencio.
-Buenos días a todos los que nos escuchan. Sabemos lo difícil que es esta situación y, a pesar de que todo parece perdido, les pedimos que no pierdan la esperanza. Lamentablemente, debemos comunicarles que la radiación de la explosión está mutando a las personas, provocando úlceras y tumores que pueden ser mortales. Es crucial que se queden en casa y eviten el contacto con personas que presenten estos síntomas, ya que puede ser contagioso. Los afectados se pueden identificar por su piel verdosa y las heridas en todo el cuerpo.
Además, el gobierno ha creado una organización llamada SAICOS, "Servicio de Acciones e Investigación para la Contención de Organismos Sobrenaturales". Esta organización se encargará de repeler cualquier contagio de personas infectadas. Las personas que presenten síntomas están siendo trasladadas a instalaciones especiales para evitar la propagación. En los próximos días, personal de SAICOS visitará su casa para implementar medidas de seguridad. Los reconocerán por sus uniformes, que incluyen una máscara de gas y un traje militar completamente negro. Su seguridad es nuestra prioridad.
La noticia nos dejó en estado de shock. El futuro parecía aún más incierto y aterrador, pero al menos ahora teníamos alguna indicación de lo que estaba por venir.
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EN ESTADO DE DESCOMPOSICIÓN
AdventureEsta es una novela ambientada en un mundo post-apocalíptico, que narra la vida de un chico tras un desastre a nivel global. Acompáñalo en su viaje de supervivencia a través de un mundo completamente transformado y desconocido, donde los peligros no...