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DRIVERS LICENSE
And I know we weren't perfect but I've never felt this way for no one
And I just can't imagine how you could be so okay now that I'm gone

DRIVERS LICENSE❝And I know we weren't perfect but I've never felt this way for no oneAnd I just can't imagine how you could be so okay now that I'm gone❞

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Las clases habían terminado, y todos los estudiantes se apuraban para guardar sus cosas y salir corriendo a sus hogares o actividades.

Minji por su parte decidió tomárselo con calma. En los últimos días había empezado a reflexionar, como una forma de organizar sus sentimientos y así no tener crisis mentales en el medio de la nada.

Caminaba recta, con algunos libros en mano y su bolso colgando de su hombro. La tranquilidad la gobernaba, o al menos eso hacía parecer. Lo único que tenía en mente era llegar a su nuevo carro —el cual le habían regalado sus padres días atrás— y poder retirarse de la institución para poder pasar un buen fin de semana, libre de estrés.

Sus planes fueron interrumpidos al momento en que notó como cierta cabellera pelinegra le esperaba en el estacionamiento, justo en frente de su auto.

Se acercó, con los nervios comiéndosela viva más sin embargo intentando no mostrar algún signo que la delate.

—Park. —pronunció seca, intentando fingir desinterés. —¿Qué haces?

El chico suspiró pesadamente, rascándose la nuca mientras jugaba con las llaves de su propio auto.

—Quería hablar contig-

—Mira Park. —lo interrumpió. —Sé que no éramos perfectos, pero yo siempre fui honesta contigo; jamás amé a alguien como te amé a ti y sigo sin comprender cómo diablos pareces vivir tan tranquilo sin que la conciencia te recuerde todo lo que he estado sufriendo, ¡Carajo! Incluso tienes la decencia de acercarte sin un poco de remordimiento en tu rostro.

Sin siquiera darle la oportunidad de hablar, se adentró a su auto furiosa, y no encendió el carro hasta que vio como el americano se retiraba del lugar.

Pegó un grito. Ella mentía a su corazón, porque para todos ella estaba bien, eso era lo que aparentaba, pero las apariencias engañan y en realidad estaba destrozada por dentro. Estaba harta; harta de sufrir por amor, harta de seguir soñando con poder volver con él.

Lo odiaba, mucho, demasiado. No existían palabras para expresar su impotencia cada vez que lo veía, cada vez que recordaba lo roto que se encontraba su corazón, y el miedo de pensar en no poder abrir los ojos al día siguiente.

Park Jay le había hecho mucho daño, y aunque ella fingía estar bien, no lo estaba.

Estaba deshidratada, muriéndose lentamente, perdiendo sus colores.

Había sido envenenada, y ese veneno era su ex.

Había sido envenenada, y ese veneno era su ex

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𝐃𝐑𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒 𝐋𝐈𝐂𝐄𝐍𝐒𝐄 › jay ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora