Salazar Slytherin no creyó que volvería a la vida y menos que la forma en hacerlo sería siendo una bebé, hija de una sucia familia muggle.
🍀 Época trío de oro.
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🍀 Inicio【04/11/23】
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𝑵𝒐 𝒐𝒍𝒗𝒊𝒅𝒆𝒏 𝒗𝒐𝒕𝒂𝒓 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂𝒓 ☘️
La música retumbaba en las ventanas. Salazar caminaba entre los alumnos que saltaban y bailaban. Luces de diferentes colores se movían desde el techo, haciendo el ambiente más divertido y ligero.
Las mesas estaban a un costado, donde algunos estudiantes cansados recuperaban el aliento.
Salazar se mantenía en alerta, buscando cualquier rastro de Harry con la intención de darle una sorpresa, pero incluso con los tacones que llevaba no lograba verlo entre la multitud.
─¿Dónde está? ─susurró molesto, estirando el cuello, pero sintió cómo una mano se deslizaba por su brazo y lo giraba.
Asombrado ante el repentino movimiento, frunció el ceño y levantó la mirada para encontrar esos traviesos ojos grises que lo miraban desde un poco más arriba. Draco tenía una pequeña sonrisa en los labios, orgulloso de haberla encontrado antes de que alguien más la acaparara.
─¿Qué haces? ─preguntó Salazar, intentando separarse de él. Aunque realmente no hacía mucha fuerza para soltarse de su agarre─. ¿Quieres que te golpee? Recién nos vimos, ¿no puedes vivir sin mí ni cinco minutos?
Draco negó con la cabeza y deslizó su otra mano a la cintura de Salazar. No estaba seguro de si era correcto lo que hacía, pero, ¿qué más podía hacer? No iba a ser un tonto gryffindor y perder la oportunidad de pasar una noche como esa con la persona que le gustaba, no cuando esta misma confesó los efectos que él tenía sobre ella.
Podía sentir su corazón y mente en crisis. La dulce fragancia de Salazar era simplemente embriagadora y tentadora. Sus delicadas facciones lo hacían sentir que debía tomarla con delicadeza, y aunque sabía que Bianca era una bruja poderosa, teniéndola ahora en sus brazos podía sentir lo pequeño que era su cuerpo.
Lentamente, guió a Salazar hasta un pequeño espacio entre los alumnos que bailaban. No tan en el centro como para abrumarse con los demás, ni tan en la orilla como para sentirse fuera de lugar.
─¿Qué crees que hago? Bailo con la chica más bonita del baile ─susurró Draco, dejando que sus ojos detallaran cada mínimo gesto de Salazar.
Sentía cómo sus manos ardían sobre el vestido y cómo el aliento de la joven se mezclaba con el suyo.
─¿Solo del salón? ─interrogó Salazar, elevando la ceja. No quería mostrarse avergonzado, pero de alguna manera elevar la mandíbula para lograr verlo a los ojos le causaba un cosquilleo─. Creo que soy la más bonita, y no solo del baile.
Una pequeña sonrisa asomó en los labios de Draco, quien hizo girar a Salazar. Ambos se movieron al ritmo de la música.
─Perdón, tu belleza es inigualable. A veces olvido lo grandiosa que eres ─dijo mientras apegaba más a Salazar.
