Capítulo III. El juicio

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—¿Siempre es así de amigable con las personas que escolta?¿O solo yo tengo el honor?—Expresaste sarcásticamente a tu captor. Los pasados 3 días habían sido agotadores para tí, casi no habías podido pegar el ojo, te sentías sucia e incomoda por haber tenido que pasar las pasadas noches en una celda humeda de un castillo en medio de quien sabe dónde. Custodiada por nada más y nada menos que la persona más antipática, gruñona e insufrible que hubieses conocido jamás. Sentías que perderías la cordura si no te apartabas del tipo de cabello negro y mechas rojas lo más pronto posible, pero lamentablemente, se habia visto obligado a llevarte sana y salva de regreso a tu hogar.

—Creo que tienes una extraña definición de lo que significa ser amigable, humana—Mencionó él susodicho—Deberías de ser agradecida, no a cualquiera se le permite ser escoltado por orden directa de la Reina.

El fae no ocultaba su descontento por tener que llevar a cabo tal tarea, pero por lo poco que habías podido oír en el castillo de espinas, tu acompañante era una persona ciertamente importante en cuanto al manejo militar del País. Debía de ser molesto para alguien de tan alto prestigio el tener que escoltar a un débil humano del bando enemigo a la comodidad de su casa. Sin embargo aquí estaba, cumpliendo con su deber en el sendero más calmo del bosque nocturno—Puede que su majestad te haya dejado en libertad, pero no te confundas, trabajaras para nosotros a cambio de esa libertad. Que te quede claro, no importa cuanto actúes como una santa, yo NO confío en ti.

—Que sorpresa, finalmente tenemos algo en común—Sonreíste cínicamente—Yo tampoco confío en el tipo que irrumpió en mi casa en el medio de la noche y casi me corta el cuello de un tajo.

—Agh, si no hubieses mentido desde el principio eso no hubiese pasado—Argumentó el hombre, perdiendo la poca paciencia que se obligaba a mostrarte. No podías ver su expresión a traves la máscara, pero podias distinguir la disconformidad en su tono de voz. Lilia no reconocería su error, mucho menos se disculparia con una bulgar humana lo suficientemente tonta como para buscar pelea con él. El hecho de que él sabía que la operación de rescate hubiese sido más exitosa si tan solo hubiese llegado antes al castillo del Páramo, o si tan solo no se hubiese precipitado tanto y te hubiese revelado su identidad en la cabaña, no haría que él lo reconociera ante tí. Era una cuestión de orgullo. 

—Bueno, si me hubiese dicho quienes eran ustedes desde el principio eso no hubiese pasado—Le respondiste molesta. Llevarle la contraria al fae estaba comenzando a quitarte un poco el miedo. Aunque no lo demostraras, aquel episodio en él que casi te degolla te había marcado. Aún te sentías indefensa frente a él, un poder invisible, camuflado en ese cuerpo tan pequeño.

—¿Y revelar mi identidad y la de mis hombres a un enemigo del que no tengo certeza de que hará después? ¿Qué tan estúpido crees que soy niña?—Gruñó el fae, que no estaba dispuesto a perder esta discusión.

—Bastante—Le respondiste con descaro directamente en la cara— Si es que puedes considerar a una mujer desarmada como un enemigo de temer.

—¿Una mujer? ¡Ja!—Se burló sonoramente—Eres solo una niña asustadiza que no pudo empuñar una daga contra mí. ¿Para que tenías una daga si ni siquiera sabes como usarla?

—Y aún sin saber como usarla rescate y puse a salvo a los niños antes que usted y sus subordinados. No sabría decir si eso habla o muy bien de mi o muy mal de usted señor—Entendias que él podría sencillamente acabar con tu vida si no fuese por la voluntad de la Reina. Pero tener el control en estás tontas riñas infantiles te brindaba un poquito de coraje para seguir caminando a su lado a pesar de todo.

—Para alguien que clama por la seguridad de los niños, no habla muy bien de ti el vivir sola en una vieja choza y no saber ni como defenderte a ti misma—Recalcó—Deberías re plantearte el aprender a empuñar esa daga, quizás la próxima vez podrías llegar a rozarme la piel.

*.°•*Una ves en un sueño*.°•* Lilia Vanrouge x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora