Necesitaba llegar a tiempo al estudio hoy, pero el tiempo no estaba de mi parte. Aunque me levanté a tiempo e hice lo que hago cada día; estaba retrasada media hora.
Hice de las mías pidiéndole al universo llegar a tiempo y pude llegar sólo 15 minutos tarde. Llegué haciéndome el café, como de costumbre y calentando mi desayuno. Hoy había un itinerario grande, gente iría al estudio temprano, y eso me tenía preocupada.
Me dispongo a desayunar rápidamente mientras miro la TV que está en la pared. Alguien toca mi hombro.
-Llegas tarde.-Dijo Carlos cortante.
-Lo siento, tuve una mañana pesada.
-Ven a mi oficina cuando termines.- Asentí y se fue. Me ponía nerviosa, el llamarme a su oficina solía implicar un encuentro sexual. Pero tomando en cuenta lo de ayer, quizá había algún otro motivo.
Terminé y me dirigí a su oficina, expectante.
-Hola hermosa. Qué encuentro tan celestial.- Habló Gustavo.-Fijate que me levanté temprano para poder venir y hablar con tu jefe.- Me sonrió.
-Patricia, Gustavo quiere contratarte de manera temporal en su estudio en Chile. Se enteró que tienes conocimiento como ingeniero de sonido. ¿Qué dices?.- Me cayó por sorpresa que no haya titubeado en enviarme a otro sitio, como si no hubo un nosotros jamás. Cerró vilmente nuestra historia.
-¿Qué opinás?.- Gustavo me sacó de mis pensamientos, y sin pensar lo que decía dije:
-Creo que debo pensarlo primero.- Salí de la oficina y me encerré en el baño de mujeres. Creo que unas lágrimas habían salido sin permiso; sólo que no sabía interpretarlas, no sabía si era por Carlos o por la buenísima oportunidad que tenía sobre la mesa.
Me miré en el espejo y me limpié los ojos, coloqué algo de perfume en mi busto y cuello y salí.
Iba de camino a la oficina nuevamente y me topé a Jorge.
-Hey, ¿cómo vas? Gustavo te andaba buscando.-Sí, para allá voy.-Hablé con inquietud.
-Calmate, que Gustavo paga, y paga bien.- No quise interpretarlo de manera sexual, pero por alguna razón así sonó. Me volteé y seguí a la oficina.
No estaba Gustavo.
-¿Ya lo pensaste?.- Preguntó Carlos.
-¿podemos hablar primero?
-Claro, por favor cierra la puerta.-Dijo sin ánimos.
-No te importa en lo absoluto, ¿cierto?
-¿el qué?.- respondió sin dejar de mirar el monitor.
-Dejarme ir así sin más, como si nada.-Se me quebraba la voz.
-Es una buena oportunidad para ti y tu carrera, sólo debes hacer sacrificios.-Y tuve un flashback de la primera vez que me dijo eso, justo antes de chantajearme para que me acostara con el.
Me compuse, y me di cuenta. Carlos simplemente se aprovechó de mí, y todo lo que hizo tenía un solo fin; sexo ilimitado. Me quedé en silencio y asentí.
-Dile a Gustavo que acepto.- Él me miró con sarcasmo.
-Ya mismo le informo.-Tomó su celular e hizo una llamada mientras yo salía de la oficina consternada.
No hubo rastro de Gustavo en la oficina en toda la mañana, de hecho, me sentía insegura. Pensé que de pronto mi respuesta en la oficina había dejado mucho que desear y eso lo había enojado, y yo lo entendería. Había escuchado anteriormente que Gustavo era bastante temperamental, aunque conmigo no había sido más que un seductor.
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Sweet Sahumerio
Romance"Yo merezco lo que sueño. No sé qué tan espiritual podría considerarme en estos momentos pero no necesité prender inciensos ni hacer rituales de amor para atraerte. Estabas ahí, en mi santuario, como un sahumerio, dulce, divino."