La tarde se tornaba oscura en el pequeño café de Caracas, donde cuatro figuras inesperadas se habían reunido en un rincón apartado. Jungkook y Jimin, se encontraban frente a Olivia Rodrigo todos estaban vestidos con capuchas y ropa negra para no levantar sospechas. Cilia Flores, la astuta política, observaba atentamente, lista para liderar la conversación. La misión era clara: exponer la peligrosa conexión entre Maduro y Musk, un romance que ponía en riesgo a millones.
— Debemos exponer a Maduro y a Musk. Su traición no me gustó a parte de sus juegos políticos y económicos están afectando a millones. — dijo Cilia, su voz firme resonando en el aire. Jimin asintió, mostrando su apoyo. — Y por eso quise reunirme con ustedes tres, ya que son una voz fuerte en todo el país. — continuó hablando, mientras los observaba a los tres.
— Así que, ¿qué tenemos hasta ahora? — preguntó Jimin, mirando a Olivia y luego a Cilia, ansioso por recibir un informe más detallado.
— He conseguido información de fuentes cercanas a Musk. Al parecer, hay reuniones discretas entre él y Maduro. — respondió Cilia, con una chispa de emoción en sus ojos. — Añadiendo toda la evidencia que tengo de mi parte. — Jungkook rascaba su mentón pensativamente, escuchaba hablar a Cilia.
—Sí, pero a esta historia le falta un golpe fuerte. Algo que logre que la gente no sólo mire, sino que reaccione. — dijo Olivia, mirándolos a todos. — Digamos que ambos golpean gatitos, el mundo ama a los gatitos y si el mundo sabe eso, los van a odiar y se les irán encima. — propuso de manera seria, haciendo reir a todos en la mesa.Jungkook, había estado callado y muy pensativo, tomó acto de la conversación y con un tono de provocación, se pronunció.
— Si vamos a exponer a Maduro y a Musk, quiero algo a cambio. — comentó Jungkook, con una sonrisa malévola.
— ¿Qué es lo que quieres, Kookie? — Jimin lo miró con curiosidad.
— Quiero la Isla de Margarita. Quiero que esa isla sea para mí. — declaró Jungkook, levantando su brazo como si fuera un rey en su trono. — Si no me la regalan y la ponen a mi nombre, me voy de regreso a casa de papá Edmundo González. — se cruzó de brazos, mirando a Cilia con seriedad.
— ¿La Isla de Margarita? — siseó Jimin. — ¿Estás bromeando?
— ¿De verdad crees que puedes pedir una isla así como así? — la señora Flores, se lo quedó viendo arqueando la ceja.
— ¿De verdad crees que puedes pedir nuestra ayuda así como así teniendo en cuenta que estamos de lado de mi amor María Corina y mi padre Edmundo González? — respondió de la manera más obvio Jungkook, mirándolo a todos.
— Creo que tu situación está un poco fuera de la realidad. — respondió Cilia, mientras Jimin y Olivia pertenecían callados, estaba claro que quien tenía la mente maestra era Jungkook.
— ¿Qué harías ahí, hacer una fiesta en la playa? — bromeó Olivia.
— No lo sé... tal vez. — respondió Jungkook, encogiéndose de hombros.
— Creo que deberías dejar de soñar con islas y concentrarte en el plan —replicó Cilia, mirándolos con seriedad.
— Entonces, me voy. — Jungkook, suspiró profundo y se dispuso a levantarse de su silla.De repente, la puerta se abrió de golpe, y todos se giraron para ver quién era y hacia ellos venía de manera imponente María Corina. Jimin y Olivia se intentaron esconder debajo de la mesa, y Jungkook se tapó con la capucha de su sudadera quedando paralizado del nerviosismo.
— ¡¿Qué está pasando aquí?! —exclamó, con un aire de autoridad que hacía que la atmósfera se volviera un poco más tensa. — Ya sé que están debajo de la mesa, salgan de ahí. Y, tú Jungkook tu chaqueta no te vuelve invisible, estás frente a mí. — La voz Maria estaba totalmente seria.
Jimin y Olivia salieron de su escondite... Dándole una sonrisa nerviosa. Jungkook se quitó la capucha de la cara y la miró intentando sonreír.
— Tia Corina. — exclamó Jimin, llevando una mano a la frente como si su vida dependiera de ello.
— ¿Qué están haciendo aquí sin mi permiso? — preguntó, frunciendo el ceño mientras entraba en la sala.
— Tia, estamos planeando una exposición seria. — explicó Olivia rápidamente, intentando calmar la situación. — Importantísima. — María Corina frunció el ceño.
— ¿Importantísima para quién? — preguntó, con una ceja levantada. —¿Y quién te dio permiso para hacer esto sin consultarme? Sabes que este tipo de acciones requieren mi permiso; no se puede ir por la vida haciendo reuniones improvisadas y menos con personas de mi partido. — se quedó viendo a Cilia, que pertenecía totalmente seria.
— Queremos exponer todo lo que está sucediendo con Maduro y, bueno, con el… amorío de Musk. — habló de manera rápida Olivia, casi en un mar de nerviosismo.
— ¿Un amorío? — María Corina rió con incredulidad. — ¿Es esto un chisme de celebridades o un asunto serio? Porque si es un chisme, entonces nos vamos a casa en éste momento.
— Es un chisme que realmente tiene consecuencias por todo lo que le hicieron a la señora Flores. — respondió Jungkook, haciendo un esfuerzo por sonar serio a pesar de que sus ojos resplandecían de emoción.María Corina se acercó, mirando fijamente a Jungkook. — ¿Y tú qué? ¿Necesitas una isla para motivarte?
— ¡Sólo fue un poco de humor! — protestó Jungkook, levantando las manos en señal de rendición. — Además, necesito la isla. ¡Los hombres de negocios son muy serios! Hay que negociar. — se cruzó de brazos, mirándola.
— Disculpa María Corina, todo es mi culpa por invitarlos y plantearle lo que tengo en mente. — Cilia, sintiendo que la situación se tornaba tensa, intervino. — Como jóvenes que son, creo que el apoyo masivo que tienen los tres sería de buena ayuda para mí. Desde que me fuí de la casa, he estado buscando quien me ayude a exponer todas las fechorías que ha hecho Nicolás Maduro, a parte del engaño en que me ví involucrada. — explicó, tratando de calmar todo.
— Entiendo, Cilia. Pero debiste de hablarme primero antes de exponer a mis muchachos. — respondió María, tomando asiento, mientras cruzaba sus brazos. — No pueden actuar a mis espaldas. Debemos ser estratégicos. La última vez que alguien actuó sin consultarme, las cosas no salieron como esperábamos.Jungkook, sintiendo el peso de la situación, miró a Cilia y luego a María Corina. — Prometemos trabajar juntos. Queremos ser parte de la solución, no del problema.
Tras un silencio tenso, María Corina asintió lentamente. — Está bien, pero quiero que me mantengan informada. La próxima vez, asegúrense de que esto sea un esfuerzo conjunto.
— Sí, haremos esto juntos.
ESTÁS LEYENDO
DICK-TA DURA - Nicolás Maduro x Elon Musk
HumorUn gordito dictador y un catire dueño de una de las empresas más grandes de los Estados Unidos, viven en guerra pero nadie sabe que muy en el fondo se aman. - Mi bigote de brocha, no sabes lo feliz que me haces, pero nuestro amor está prohibido...