Parte 8

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Olivia Rodrigo al ver lo que estaba pasando salió corriendo mientras se reía muy bajito y llegó hasta dónde estaba Edmundo González, Diosa Canales, Eduardo Orozco, Hendrick Borges y la tan esperada Taylor Swift junto Delsa Solórzano que acaban de llegar de comprar fresas con crema.

— Misamores...  — chilló llamando la atención de todos ellos y de algunos presentes que aún se encontraban ahí.  — Les tengo una gran noticia potente y picante que está que pica todos las redes sociales: Instagram, Facebook, TikTok y todas las redes que podrán reventar con ésta gran noticia.  — decía divertida Olivia mientras daba saltitos de alegría, y se reía al recordar lo que vió.
— ¿Qué pasó muchacha? ¿Qué pasó allá adentro?  — preguntó Diosa mirándola atenta.
— Sí, ¿Qué pasó?  — dijo Taylor al unisono con Delsa. Ambas se quedaron viendo y dijeron "Ayyy"
— Encontraron a Elon y a Maduro haciendo la matraca traka traka ta...  — mientras hacía el bailecito.
— ¿Cómo?  — preguntó Edmundo un poco confundido.
— Ay abuelito Edmundo, tápese los oídos que lo que voy a decir lo puede afectar.  — estos se rieron al escuchar como hablaba la pelicastaña.
—  Pero habla muchacha necia, que nos tienes con la intriga.  — habló Taylor mientras se metía una cucharada de crema con fresa a la boca.
— Cilia, Diablodado y tía Corina encontraron a Maduro y Elon en pleno acto de reproducción humana...  — habló de manera graciosa y asqueada.

La risa escandolosa de Diosa Canales es escucho, diría yo, en todo el Estadio, haciendo que muchos volverán a verlos.

— No puede ser.  — dijo Eduardo que por primera vez hablaba en toda la velada.
— Ellos se quedaron allá tratando de revivir a Cilia que cayó como un araguato de una mata de mamón cuando le das con una gomera.  — comentó Olivia de la manera más seria arqueando sus cejas, para luego echarse a reir de nuevo.

Delsa, Diosa y Edmundo fueran a donde estaban todos aquellos para ver qué estaba pasando, mientras los demás se quedaron en sus lugares cuchichando por lo que ocurrido. Al llegar a los vestidores encontraron a María colocándole un potecito de alcohol a Cilia en la nariz mientras Diosdado le echaba aire con una camisa. Al contrario de Maduro y Elon que se encontraban sentados cabizbajo murmurando cosas inaudibles.

— No podrás creer lo que pasó...  — dijo María al ver cómo se acercaban estos a ellos.
— Ya sabemos, Olivia nos contó.  — respondió Diosa casi riéndose.
— Menos mal que no es chismosa el palillo eléctrico ese.  — sentenció Diosadodo mirándolos.
— Tú te callas...  — dijo María, señalandolo.
— Lo que diga mi reina.  — éste hizo un ademán se cerrar su boca para así no decir más nada.

Edmundo y Delsa se acercaron aquellos dos, y Maduro fué el primero en hablar.

— Perdón, no queríamos que esto pasara. Ya...  — Nicolás, fué interrumpido por Elon.
— ¿Todos se han enterado de lo ocurrido?  — preguntó preocupado viéndolo con atención.
— ¡Amigos! Nadie se ha enterado... Aún.  — respondió con tranquilidad Edmundo.  — La señorita Olivia, fué a comentarnos lo ocurrido así que vinimos a ver.
— Creo que lo mejor será irnos de acá.  — dijo Maduro, levantándose de su lugar.
— Nicolás, afuera los está esperando un chofer para que los lleven a un hotel.  — intervino Diosdado para avisarle y así se fueran, ambos recogieron sus cosas y salieron por la puerta trasera del estadio.

— Bien ahora hay que mandar a Cilia a su casa para que descanse.  — María, dijo viéndola mientras estaba aún cobrando la conciencia.
— Yo digo que la dejemos en el basurero de allá atrás.  — propuso Diosa de manera muy obvia.
— ¡Epa! ¡Respete a la primera Dama!  — habló con autoridad Diosdado.
— Usted se calla webo chiquito.  — lo miró con rabia Diosa, mientras se burlaba de él.  — María mándalo a callar, ya que él es como un perrito faldero que te hace caso.  — ésta vez miró suplicante a la mencionada.
— ¡Basta!  — María, los miró a ambos.  — Llamemos a un taxi para que la lleven a su casa y pueda descansar.

A la conversación entro Edmundo diciendo que ya su hijo mayor la venia a buscar. Todos esperaron hasta que por fin se la llevaron a su casa.
Todo estaba hecho un silencio hasta que de la nada nuevamente Diosdado hablo.

— ¿Entonces María? ¿Vamos a salir o no?  — ésta se lo quedó viendo por unos segundos, y respiró hondo.
— No.  — María, recogió lo que estaba tirado y pidió que sus acompañantes fueran saliendo de los vestidores.
— Ya sabes lo que hemos hablado. 
— Nicolás, ya perdió la pelea... Así que se irá.  — respondió muy obvia María mientras se acercaba a la puerta, ya los otros habían tomado la adelantera.
— Sí, pero...  — Diosdado, pensó un momento.  — Pero eso no da por hecho a su renuncia.  — sonrió cruzando su brazos.  — Nuestra cita, comiendo chicharrón con pelos, crema con fresas y unas cachapas con queso de mano y cochino frito. Tú y yo juntos en la Colonia Tovar.  — éste sonrió mientras la miraba.

María Corina, respiró tan hondo, y cerró sus ojos con fuerza... Para volver a tomar una postura firme.

— Bien, acepto.  — rodó sus ojos, y salió por la puerta sin antes escuchar un grito y unos aplausos de Diosdado.

DICK-TA DURA - Nicolás Maduro x Elon MuskDonde viven las historias. Descúbrelo ahora