Bradley

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1910

Se dice que la sangre es más espesa que el agua, uniendo a cada persona por su ADN y que el amor de una madre y padre es incondicional según muchos estudios científicos.

Pero, ¿qué pensarías si te digo que para Bradley, el amor de padres ya no significa nada?

Nada.

Sumido en sus pensamientos, se encontraba en la playa del lugar con el pequeño Gilbert, en pocos días sería una hermosa navidad y para aquel pequeño era tradición ir al mar. En conmemoración a su madre desaparecida en esta.

Caminaba por la arena que para ser verdad, de arena no tenía demasiado ya que estaba llena de pequeñas piedras que a vistas de Gilbert eran diminutas, caminaba junto a su Tanque el cual minutos después llegó a la playa en busca del pequeño que no se encontraba en el hogar junto a Bradley. Sus manos en los bolsillos de su larga chaqueta y sus pies jugando con las piedras, golpeándolas de vez en cuando mientras caminaba descalzo.

- Querido, vas a agarrar un resfriado descalzo... - Dijo una voz a su costado, cuando miró a este se encontró a Max.

Aquel hombre de ojos negros profundos y que le devolvía las ganas de vivir juntó a él, pero jamás lo admitiría y jamás se lo diría a ninguna alma.

- Señor... Pensé que estaba en el pueblo ayudando a Daisy y Donald... - contestó Bradley mirando a Max, una sonrisa se dibujó en el rostro contrario y negó con la cabeza.

- No, no... Ambos decidieron que se encargaran hoy del lugar, mientras yo lo acompañó en este magnífico paseo de playa. - Dijo el azabache.

Bradley asintió, caminando a su lado este entrelazo su brazo con el contrario, caminando ambos juntos. Bradley recostó su cabeza en el hombro ajeno y caminaron por la playa sin perder de vista al menor y a su primo.

El azabache no dijo nada, a pesar que a este el contacto físico no le agradaba, pero el de Bradley era la excepción. ¿Por qué?

- Bradley...¿Porque decidió venir a este pueblo? - Preguntó el azabache.

Bradley guardó silencio y miró de reojo a Max, el cual lo miraba atento y paciente por una respuesta.

- Decidí seguir con mi vida, hay cosas que prefiero dejar en una cuerda floja... Y cuando sea el momento indicado volveré a mi ciudad para caer de aquella cuerda. - Dijo con una sonrisa.

El atardecer se hacía presente y Max tomó con delicadeza las manos del contrario. Mirando sus rasgos hermosos.

- Quiero que sepas Bradley, que acá estaré para ir contigo a esa cuerda floja que tanto temes caer.- Dijo el contrario.

Bradley sonrió y entrelazo sus manos a las de Max.

- Gracias Max. -

ˊ•˙⏤͟͟͞͞༄˙•ˋ

Bradley miraba por la ventana del comedor mientras escuchaba la conversación de Daisy, Donald y Max. Conversaciones que para su parecer eran aburridas, entregando informacion de la remodelación de la pescaderia y muchos beneficios dados últimamente a la familia.

En eso, Tanque decidió opinar, mirando a Max.

- Mi humilde opinión es que debería hacer una fiesta, para dar a saber que los Goof volvieron al juego empresarial. - Comentó, ganándose la aprobación de Max.

- Opinó que el jóven Tanque tiene razón, esto mérita a que el hogar empiece a tener retoques de pintura y más, para luego dar una fabulosa fiesta mis queridos...- Comentó Max.

Daisy miró a Donald y sonrieron.

- Me parece perfecto, como usted diga mi señor.- Contestó el adulto en la mesa.

En ese momento, alguien se hizo presente en el comedor, una joven de estatura baja, largo pelo y hermosos rasgos.

- Simone, siéntate a comer con nosotros.- Comentó Daisy a lo que la mujer hizo caso, ganándose la mirada de todos los presentes en el comedor.

Sus ojos retumbaron por unos segundos a los de Bradley, ¿Quien era ese joven tan apuesto? pensaba aquella joven. Se notaba en sus ojos que la felicidad no era parte de si y que ese joven algo más que una cara bonita a de tener. Se dirigió a la mesa a pasos firmes y se sentó al lado de Max, el cual, la había quedado mirando desde su aparición en el comedor.

- ¿Este quien es? - Preguntó por Max, a lo que Pedro empezó a reírse en forma de burla.

- El es Max Goof... Un pariente lejano de la familia. - Comentó Daisy, mientras miraba a un Bradley sumido en sus pensamientos mirando a l a ventana.

Un silencio se apoderó del lugar, un silencio incómodo.

- Empezaré ahora a ver hombres para remodelación de el lugar... Con su permiso. - Dijo Max, parándose de su lugar y yéndose hacía la oficina.
Bradley siguió al muchacho con la mirada, sintiendo un vacío en su pecho.

Los días pasaron y el hogar de los Goof se volvió más colorido, los jardines de la mansión estaban llenos de naturaleza, nuevos artefactos llegaron al hogar acompañados de las risas y buenos momentos. Max por otra parte, reabrió las puertas del negocio familiar, dejando una buena cara a la familia y buena reputación en aquel pueblo.

Spoonville se había maravillado con la visita de aquel ser, las adolescentes se tomaban la libertad de poder hablar con ese ser tan asombroso y de estilo elegante que demostraba dinero. Pero Max no tomaba en cuenta aquel nuevo coqueteo usado en él.

Para Bradley, esa situación era bastante incómoda y cada que el joven lo invitaba a ir junto a él, rechazaba aquella buena oferta. Simplemente por como aquellas mujeres se mostraban interesadas en él, le causaba incomodidad y celos.

Por otro lado, Mona no se sentía contenta con el nuevo cambio de los Goof a la llegada de Max, era todo una nueva amenaza. Amenaza que para su Rox Pey era bastante buena, con su negocio estando a flote y la buena vida que ahora estos se podían dar, todo aquello que durante siglos a ella no le costó nada, podía caer.

-Osea, renovaron su casa y fábrica ¿Y que?, Rox Pey aun tiene el 98% de todos los ingresos y gana más que los Goof, Rox. -Comentó un gerente de la empresa.

-Si, al lado de ellos, no perdemos nada entonces esto no significa nada.- Comentó otro.

Mona se dio la vuelta para mirar a los presentes en esa mesa y estampó su manos a la mesa con enojo y frustración.

-¿ No significa nada?... Mi tatara tatara abuela fundó Rox Pey para demostrarle a esos malnacidos Goof que ellos no eran dueños del pueblo y esto... ¡Todo esto!, ¿ No significa nada caballeros? -Dijo Mona con enojo mientras se sentaba en su silla. -Quiero que consigan una reunión con Max Goof para mañana, llamen y exíjanle.

Lo presentes se miraron con cierto miedo mientras veían a la mujer pararse nuevamente y irse, azotando la puerta de la oficina.

1910

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⏰ Última actualización: Aug 31 ⏰

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𝑆ℎ𝑎𝑑𝑜𝑤 𝑜𝑓 𝑙𝑜𝑣𝑒 [𝑀𝑎𝑥𝑙𝑒𝑦]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora