Ni en tus mejores sueños / Capitulo 9

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Autor:

Hola los quiero mucho, espero que les guste el cap. Y otra vez perdón por la demora.

Fin de autora:

Me levanté y todavía seguía todo oscuro, agarré mi celular que estaba en la mesita de noche.

3:36 a.m

El ruido seguía sonando, pero sabía que estaba despierta... ¿O no? Me pellizco en el brazo y si efectivamente duela, entonces ¿Qué es ese ruido?

Me levanto a duras penas de mi cama y me dirijo hacia el balcón de mi cuarto, cada vez que me acerco es más notorio el ruido.

Al asomarme volteo mi cabeza para poder ver el edificio de al lado, habia chica recargada sobre su mano en el barandal (al parecer era el barandal el que hacía el ruido) de su balcón con su cabello suelto y con la luz de la luna en su cara. Mis ojos seguían borrosos, pero podía notar que era hermosa al enfocar más se me cae la mandíbula ¿Miller? Por favor no me digas que es mi vecina.

Ella se ve tan sumergida en sus pensamientos, me siento en el piso mientras abrazo mis piernas. Como si ella tuviera ojos en las mejillas voltea su cabeza y logra verme, yo actúo normal mientras que nuestras miradas están conectadas, ella arruga su nariz y entra a su habitación qué raro que no se sorprenda de tenerme de vecina.

Sin tomarle más importancia voy a mi habitación para poder dormir, ya que no estaba maléfica haciendo ruido.

Salgo de mi habitación echando humo me duele la cabeza del terrible ruido que se escucha, son las 7 de la mañana y ayer no dormí tan bien por culpa de una rubia. Salgo al patio trasero y veo a mi hermano en el techo martillando unas cosas.

—¿Pero qué carajos haces? – Me cruzo de brazos al ver al ogro.

—Alison cuida tú vocabulario. – Mi madre estaba sentada en una de las bancas de nuestro patio. No me había dado cuenta que ahí estaba.

—Bien, ¿Qué está haciendo el ogro? – Levante una ceja. Mi madre se acarició el cien tratando de mantener la calma.

—Me está ayudando con unas reparaciones, hay goteras cuando llueve. – No sé digno a mirarme y seguía sus ojos puestos en mi hermano.

—Okey entiendo, pero ¿¡Tiene que ser a las 7 de la mañana!? – Dije exaltada ya que mi madre ni siquiera me estaba poniendo atención.

—Al que madruga dios le ayuda. – Me canso de estar aquí, realmente no tengo ganas de discutir, me volteo para irme a mi habitación y seguir durmiendo. —¿A dónde crees que vas? – Me detiene mi madre, yo la volteo a ver con mis ojos entrecerrados como si no fuera obvio que voy a mi habitación.

—¿Al polo sur? – Levanto una ceja con sarcasmo.

—Alison tú también debes ayudar en la casa. – Abro mis ojos como platos, luego con mi dedo me apunto a mi, tratando de reafirmar si escuché bien. —Si tú, así que vístete para trabajar y veme abajo. – Me dedica una sonrisa macabra.

—En tus mejores sueños. – Susurró.

—¿Qué dijiste?. – Me mira seria.

—Que ya voy. – Suspiró.

—Van a poner a trabajar a la barbie, esto lo voy a grabar. – Habla Stan riendo en el techo.

Lastimosamente por eso ahora mismo estoy en ropa deportiva y una coleta alta, y sin una gota de maquillaje. Movimos varias cosas de la mudanza que faltaba de arreglar, algunos muebles nuevos, también sacudimos todo el polvo que se veía, literalmente era cenicienta que la sobre explotaban como una esclava. Hasta las 10 de la mañana pudimos tener un breve descanso para por fin desayunar, no me gustan mucho los alimentos, pero me alegra decir que disfrute del desayuno.

Rivales de corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora