Capítulo 15: Matt Green.

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Me encontraba en la sala de mi casa recostada sobre el sillón, esperando a que Liv llegara. Nos iríamos en su automóvil hacia el campamento que tenía planeado.

Mi móvil sonó y lo rebusqué entre mis cosas.

Jake Collins.

Pulsé el botón rojo, ignorando su llamada.

Y así, siete veces consecutivas...

A los minutos mi móvil volvió a sonar pero esta vez era Liv. Así que no tardé y contesté.

— ¡Liv! —contesté un tanto entusiasmada, quisiera o no estaba ansiosa por este viaje, tan solo eran algunos días pero no podía evitar sentirme así. — ¿Ya vienes?

Ariel. —Me quedé totalmente sin habla al escuchar la voz de Jake.

Respiré profundo y no contesté. Solo pude escuchar su respiración a través del teléfono.

>Yo sé que no tienes el más mínimo interés en hablar conmigo, pero solo quiero decirte que yo iré a recogerte. Liv se adelantó con Ryan, ya sabes, quieren tiempo a solas y los demás están en camino hacia allá. Solo quedamos tú y yo. Paso por ti en cinco.

— ¿Por qué tienes el celular de Liv? —Fue lo único estúpido que se me ocurrió decir.

Me lo dejó. Sabía que no contestarías mis llamadas si te llamaba de mi teléfono. En cambio, si te llamaba del de ella, lo harías. —Sabía que tenía esa sonrisa puesta en sus labios que hacía que me volviera loca. —Paso por ti en cinco.

Y colgó.

Y efectivamente a los cinco minutos escuché el claxon de un automóvil sonar, tomé mis cosas y me dirigí a la puerta.

Antes de poder abrir la puerta principal, mi madre me detuvo.

—Hija... espera.

—Dime, mamá. —Dudé unos segundos y luego sonreí.

— ¿Ya te vas? —Rodó los ojos—. Obvio que te vas. —Sonrió unos segundos y me miró detenidamente. —Cuídate. ¿Sí?

—Mamá... ¿A qué viene todo esto? —Me acerqué a ella y la tomé de las manos.

—Sé lo que pasó contigo y con Jake. Por qué dejaron de hablar, o el por qué ya no viene a buscarte... ¿Por qué no me lo dijiste? —Me sorprendió el que supiera todo eso, yo no se lo dije... Ryan.

—Mamá...

—Pensé que me tenías confianza...

—Sí, sí, sí. Te la tengo, solo que no quise darle tanta importancia.

Mi mamá río unos segundos con esa risa amarga que tenía.

—Yo no soy tonta, Ariel. Te importa más de lo que crees. Solo piensa las cosas dos veces antes de que te puedas arrepentir. —Depositó un beso en mi mejilla y me dio un fuerte abrazo. —Te quiero, hija.

Me limité a asentir. La di el abrazo de vuelta y salí de ahí.

Al salir esperaba encontrarme con Jake, pero en cambio, me encontré con Matthew. Uno de los gemelos.

—Hey, Matt. ¿Qué haces aquí? —hablé y me fui acercando.

Él hizo lo mismo y depositó un beso en mi mejilla.

—Hola, bonita. Vengo por ti para irnos al campamento. Algunos ya están allá.

Pero... y ¿Jake?

Con la plática que tuve adentro con mi mamá tardé alrededor de dos minutos, y ya habían pasado más de cinco, él dijo que en cinco minutos estaría aquí.

Ariel © [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora