Capítulo 1: La despedida.

2.2K 184 105
                                    

Bien. Hoy es el día en el cual tengo que hablar con Isaac.

Estaba acostada y pensativa en mi cama, claro, en la cual en unas horas seria mi antigua habitación. Había cajas de mudanza por todos lados, mi mamá empacaba en la cocina, podía escuchar todo el movimiento. Quiero mucho a mi mama, ella es mi vida; pero ¿tomar una decisión sin antes haberme consultado? No sé qué rayos estaba pensando en quererse ir a vivir con Christopher. Como lo dije antes; Chris era un buen señor, mi mamá lo amaba. En mucho tiempo no la había visto tan feliz, mi padre ¡jah! Mi padre es un caso perdido.

―¡Ariel!

―¿Si?

―Si piensas ir a hablar con Isaac, hazlo de una vez ya. En un par de horas nos vamos ―mi mamá gritó desde el piso de abajo―. ¡Date prisa!

Me paré de la cama y me dirijo a alguna de las cajas ya que había empacado anteriormente mis tenis, tomé los primeros que mire, comencé a caminar directo al baño y me mire en el espejo. Llevaba unos shorts blancos y una blusa color vino. Arregle un poco mi cabello pelirrojo y sonreí.

Baje las escaleras de dos en dos, y observé a Frida; mi madre.

―Estas entusiasmada ¿cierto? ―asintió y me regalo una sonrisa.

Sonreí.

―Regreso más tarde. Te amo Frida ­―me encaminé a la puerta principal esquivando todas las cajas en la entrada.

―No tardes, ¡Y no me llames así que soy tu madre! ―sonreí mientras azotaba la puerta.

Estábamos a mediados de agosto, por lo que aún estábamos en verano. Caminé al menos 15 minutos para poder llegar a casa de Isaac. Hacía demasiado calor, por lo que decidí parar a una pequeña tienda para poder comprar una botella de agua. Después de esto, finalmente llegue a mi destino.

Toque 2 veces a la puerta y escuche algunos pasos adentro de la casa, estaba nerviosa.

Y ahí estaba el. Piel blanca, torso desnudo no podía negarlo mi novio era guapo, alto y ojos verdes-azules.

―Hola, mi amor ―se acercó a mí y deposito un ligero beso en mis labios―. Creo saber a qué vienes.

Dudé unos segundos y hable.

―¿Puedo pasar? ―al fin solté dos palabras.

―Ven, vamos al jardín de atrás ―sonrió y tomo mi mano, me dirigió al jardín trasero de su casa.

Nos sentamos bajo un árbol donde abarcaba gran parte de su jardín, por lo que había mucha sombra. Nos quedamos callados unos cuantos minutos, hasta que por fin Isaac rompió el silencio.

―Ariel, no tienes por qué hacerlo.

―Yo...―comencé a ponerme nerviosa.

―Ariel...

―Déjame hablar ―asintió―. Te amo Isaac. Eres lo mejor que me pudo pasar, no sé cómo agradecerte todo lo que haces por mí, eres el mejor novio de todos ―sonrió y su intensa mirada penetraba la mía―. Me duele hacerlo, de verdad me duele. Pero es lo mejor para ti ―baje la mirada.

―Te amo ―acarició mi mejilla―. Esto realmente puede funcionar si realmente trabajamos duro. Solo estaremos a 6 horas de distancia, eso no es nada. Si realmente nos amamos...mírame amor ―tomó mi barbilla y la levanto para que nuestros ojos se encontraran―. Si realmente nos amamos, funcionará.

―No quiero atarte a mi. Quiero que seas feliz, hay millones de chicas tras de ti ―suspire―. Podrías darte la oportunidad y conocerlas, alguna de ellas puede ser mejor para ti de lo que yo soy.

Ariel © [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora