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Era un día normal, faltaban pocos días para el gran evento y todos estaban emocionados e impacientes. El hecho de que vayan a haber diversas celebridades, hacia que personas de toda Teyvat vengan a Inazuma como turistas.

Eso ponía nervioso a Scaramouche, aún siendo idol con el título de "best visual", no soportaba demasiadas personas en un lugar. Desgraciadamente, tenía que soportarlo. Y más sabiendo todo el hate que le caería en ese evento. Muchos lo llamaban "dozen" por no aportar nada en su grupo, aunque no era verdadero, al de color azabache se le reconocía por su manera de rapear sin dificultad, sus técnicas de baile incomparables y por supuesto, su belleza que cumplía un 98% de los estandares. Seguía en pie por sus fans, sino, no hubiera vuelto a tocar un escenario. Aunque, su grupo iba a sufrir un disband próximamente, no sabía que hacer. ¿Volverse solista? ¿Abandonar la carrera? Era lo único que podía pensar estos últimos días. Pero igualmente agradecía ese disband, su empresa los maltrataba demasiado, hasta el punto de obligarlos a no comer o bailar sin descanso durante más de 6 horas sin aire y nada para su hidratación diaria. Muchos idols pensaron en denunciarlos y volver público las cosas que les hacían, pero el miedo les ganaba. Hace 3 años, una persona del stat, asesino sin piedad a un solista, por obligación. Todos sabían que si intentaban irse, tendrían problemas.

Scaramouche se encontraba bebiendo un té negro en su habitación, alejado de los miembros de su familia. En ese momento, no quería hablar con nadie y menos, verles el rostro. Todo iba bien en sus pensamientos, hasta que su mente se desvío hacía el lado contrario, así recordando al albino que se encontró hace poco. Estaba demasiado agradecido con Barbatos de que no lo volvería a ver, sin importar la curiosidad de lo que le iba a preguntar la última vez que estuvo en su presencia.

Kazuha se encontraba con su madre, Beidou, en el centro comercial

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Kazuha se encontraba con su madre, Beidou, en el centro comercial. Hace tiempo que no salían juntos, y por eso Ninguang le dió dinero a su esposa para pasar el rato con el joven albino.

- Si ves algo que te agrade, hazmelo saber, necesitas nueva ropa y urgente. - Miró la mayor a su hijo, haciéndole un gesto con su mano abatiendo el aire, intentanto darle a entender que su ropa empezaría a oler de mala manera.

Kazuha solo asintió ofendido y se puso a observar con detalle todo el contenido de las tiendas.

Paso una hora y seguían en el mismo lugar, sin encontrar nada que le favoreciera al del mechon. Beidou ya se estaba hartando de estar de pie tanto rato sin hacer nada.

- Madre, ¿que te parece este outfit? - Señalo mostrando un maniquí vistiendo una camiseta blanca manga corta y con los bordes de esta, rojo oscuro, como si fuera un vino. Tenía un pantalón negro con pequeñas perlas en los costados, un cinturón normal y un jersey naranja con estampado de hojas del otoño.

- Nada mal, ¿es de tu talla? Seguro te tiene que quedar divino. - Una grande sonrisa apareció en el rostro de la mujer, estaba encantada de ya haber encontrado algo que le agradaba bastante.

- Entonces, me lo llevó, ¿vamos a pagarlo? - Contestó, agarrando las prendas y doblandolas para tener más facilidad al cargarlas.

- Sí, claro. ¿Ya no quieres nada más? Puedes mirar más, no tenemos prisa. - Hizo un gesto con la cabeza para empezar a caminar con su hijo hacía el mostrador.

- Mejor vamos a casa, no he comido desde hace horas. Además, recuerda que le puedo pedir ayuda a Chiori para que busque algunos outfits que me favorezcan, no te tienes que preocupar. - Sonrió de lado a lado, llegando al mostrador. Entregó las prendas y espero a que le dieran una bolsa para pagar.

- Lo que tu digas, pequeño. - Agarró las bolsas que les dieron y se pusieron a caminar para llegar hasta su coche de lujo.

 - Agarró las bolsas que les dieron y se pusieron a caminar para llegar hasta su coche de lujo

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- Scaramouche, ¿qué haces en tu cuarto? Sal un momento, por favor. - El azabache al escuchar esas palabras, se levantó sin prisas de su cama, directo a la puerta para abrir. Vio a su madre de cabello rosado, de brazos cruzados con su rostro igual que siempre, una sonrisa un tanto falsa, pero agradable.

Acompaño a la mayor hasta el salón, con pasos ligeros para no tropezarse, el suelo estaba un tanto húmedo porque recientemente Miko limpió el hogar.

- Bueno, cariño. Solo quería enseñarte una cosa, siéntate. - El menor asintió y paso seguido cumplió la orden de su madre.

Pudo ver como Yae sacaba un papel de un tamaño pequeño, acercándose a él para mostrarle.

- ¿Qué es? - Preguntó el de color azabache, obteniendo respuesta inmediata.

- Un boleto para un viaje. He hablado con tu madre, y piensa que después del evento sería buena idea que vayas a Liyue durante un tiempo. No te preocupes, tu tío Zhongli te ayudará en todo lo posible, nosotras te enviáremos dinero todos los días. - El menor se quedó sorprendido, pero también agradecido de poder salir de Inazuma, aún teniendo 19 años, sus madres lo controlaban en todo.

- Bueno, parece buena idea, por lo menos no estaré solo, seguro que Tartaglia no me dejará ni respirar. - Suspiró, agarrando el boleto con una mano, para irse a su cuarto, dejando sola a la de cabello rosado.

Una vez al llegar a su habitación, cerró la puerta y se acercó a su escritorio para dejar el boleto. Ya se estaba arrepintiendo, más sabiendo que no conoce el lugar y menos a sus habitantes. Cuando su mente se despejó un poco más, miró la hora en su teléfono. Ya eran las 11 de la noche, así que fue a tomarse un baño, luego de este se acostó en su cama.

Quedaban 2 días para el evento, sus nervios desbordarian es cualquier momento. El miedo de hacer cualquier cosa mal, como que se le salga un gallo en alguna de sus líneas, equivocarse en un paso de baile o algo parecido, no lo dejarían dormir. Estaba preocupado, tanto por su carrera como para su grupo.

A los 10 minutos, ya se había dormido, estaba todo en un completo silencio. Aunque se podía escuchar una vibración proveniente del teléfono del joven con cabello azabache. Lo llamaba un número privado, ¿quién era y qué quería? Estaba claro que no era una buena señal.

Dejame estar a tu lado ~ Kazuscara Donde viven las historias. Descúbrelo ahora