Epílogo

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Lo que ocurre cuando tienes mucho que compensarle a tu novio por ser un idiota es que quieres que cada una de las citas que planees sea la mejor cita de su vida.

Lo que ocurre cuando tu novio es extremadamente competitivo es que sin importar lo que hagas él siempre vendrá con una nueva cita que superará a la última que tú hiciste dejándote humillado.

Y cuando una figura de colección de Mirko está en juego las cosas se vuelven más difíciles porque Kacchan insiste en darle la figura después de cualquier cita que haya planeado Izuku, pero Izuku se niega dado que la cita que planeó queda relegada a un segundo lugar después de que Kacchan lo sorprende y no es "la mejor cita que alguna vez hayas tenido".

Porque ya fueron al arcade, al cine, a una librería, a un museo (en realidad a varios museos), a cualquier convención de cómics que se les atravesó, cita en el parque, pista de hielo, cuarto de escape, acuario, observatorio, picnic en una reserva ecológica, y visitaron cada cafetería con temática extravagante que había en la ciudad.

Y cuando Izuku creyó que ya habían pasado por cada uno de los lugares de la ciudad Katsuki decidió que en lugar de buscar nuevos lugares sería bueno hacer actividades juntos, como pasar la noche maratoneando películas mientras se acurrucaban juntos, cocinar la cena para su cita entre los dos, leer comics y armar teorías mientras se imaginaban futuros posibles para seguir la trama de su serie favorita, estar en la misma habitación cada uno haciendo cosas distintas en sus teléfonos sin siquiera hablar pero siendo conscientes de la presencia de otro.

Cada pequeño detalle era suficiente para que Izuku fuera feliz y ahora, estando ambos en la misma página, los límites de estacio personal habían desaparecido y cada vez que sentía la necesidad podía acercarse sigilosamente y besar a su novio.

«Dios mio, este chico es mi novio»

Algunas veces solo pensaba eso sin poder creérselo.

A veces se pregunta si están gastando todas sus ideas para citas en una competencia absurda y en unos meses ya no sabrán qué más hacer. Pero Izuku solo aceptara esa figura de Mirko hasta realmente hacer la mejor cita de todas y Kacchan no se lo dejará tan fácil.

Por eso Izuku ya tiene planeada su futura cita. Vale, no está seguro de hasta qué punto algo deja de considerarse o no una cita, pero su plan implica la llegada de las vacaciones, una montaña y una tienda de campaña. Kacchan le ha comentado en más de una ocasión que le gusta el senderismo, acampar y disfruta pasar tiempo al aire libre e Izuku considera que hay pocas cosas más románticas que escaparse durante un par de días juntos y dormir bajo las estrellas.

Es el plan perfecto y nada de lo que haga Kacchan el las siguientes semanas lo va a superar. Esa figura de Mirko es suya.

Sin embargo, justo ahora tiene que ir a buscar a Kacchan a ese restaurante con música en vivo a donde fueron la tarde en que compartieron su primer beso.

A Izuku le resulta raro porque Kacchan no suele repetir sus ideas, no es que no vayan al mismo lugar más de una vez, pero por lo general hay alguna variante. Además, viviendo tan cerca uno del otro lo más normal es que uno vaya a recoger al otro y salgan juntos, eso de quedar de verse en un lugar es algo nuevo.

Cuando llega se da cuenta de que hay más gente que la última ocasión y que además muchos de sus amigos están ahí. En una mesa puede ver a Kirishima, a Mina y a Sero, no logra ver al resto, pero se da cuenta de que incluso Katsuma está ahí. El chico alza la mano al verlo llegar.

—¡Hey, Izuku! Ven, siéntate con nosotros —señala un lugar disponible e Izuku procede a sentarse.

«Quizá no es una cita después de todo»

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