𝟎𝟑

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Laís's Perspective

Quité los aparatos que me hacían sentir cautiva y retrocedí al ver a todos mirándome. Las voces se reproducían en mi cabeza todas a la vez. Cómo una avalancha que estaba tratando de aplastarme.

Pero esa avalancha tenía nombre, apellido y yo solía llamarla papá.

Me había subido a ese asiento hace cinco minutos y había extraños conmigo en esta sala. Ahora acabo de bajarme y se que son mi familia, pero esa sensación de que no los conozco en absoluto aún sigue en alguna parte de mi cuerpo.

Giro hacia a papá y lo observo en silencio. Quería estar enojada pero no podía, al contrario, tenía el corazón roto en este instante.

—¿Por qué me hiciste esto...? —pregunto esperanzada de encontrar una respuesta con sentido.

Él me miró con ese rostro mudo de siempre—. ¿Por qué? Ella sabe por qué.

Su dedo apuntó directamente a Allison. A la extraña que ahora era mi hermana. Ella parecía conmocionada, asustada y en mi cabeza los recuerdos empezaban a ser cada vez más mios...

—¿Por qué ella sabría? —apunto mi mirada a Allison— ¿Alejarme de nuestra familia era parte del trato?

Ella negó de inmediato—. ¡No! ¡El trato era que todos estarían bien!

Antes de que pudiera decir otra cosa, sentí unos grandes brazos rodeando mi ahora confuso cuerpo. Por un instante mi primera reacción fue golpearlo, pero en cada segundo todo se volvía más familiar. Hasta que finalmente lo fue.

Era Luther. Mi número uno... Luther.

Lo abracé como si de aquí a dos segundos el fuera a irse. Estaba asustada de que así fuera.

—Pense que habías muerto... —susurró.

—Ya, lárgate —la piel se me erizó cuando dejé de sentir los brazos de Luther rodeandome, pero pudo sentir paz cuando ví a Diego frente a mi—. Perdóname por no poder salvarte...

Vi las lágrimas en sus ojos y no perdí ni un segundo más. Él estaba aquí. Diego estaba aquí y ahora yo estaba abrazándolo.

—No es tu culpa.

—Lo és. ¡Yo debí matar a ese hijo de puta! —trató de lanzarse a golpes sobre papá, pero Cinco lo detuvo.

Nuestros ojos se cruzaron y un escalofrío atravesó mi cuerpo mientras los recuerdos de cuando éramos niños volvían a mí como ráfagas. Esos recuerdos que había borrado cuando finalmente pude verlo como mi hermano, pero que ahora eran tan confusos como cuando tenía trece.

Él sonrió—. Es bueno verte.

—Lo és.

Allison y Viktor se acercaron. Ella tenía una expresión de disculpa, pero yo sabía que no tenía nada que perdonar. Le creía si decía que no, yo siempre iba a creer en mi familia.

—Te juro que esto no era parte del trato... —era una afirmación, pero sus palabras rogaban que le creyera.

Asentí sin más, Viktor habló—: No sé que decir, podría llorar ahora mismo.

Los tres reímos y los abracé tan fuerte que tenía miedo de lastimarlos, pero aún más miedo de que pudieran volver a desaparecer de mi vida.

No pude controlar el hecho de que mis ojos ahora tenían lágrimas que llenarían un océano, y mucho menos lo que estaba causando sin darme cuenta. La casa empezó a temblar ligeramente, al mismo tiempo que diferentes objetos se convertían en polvo a los ojos de todos.

—Ella no tomó marigold. ¿Qué pasa? —preguntó Cinco, alarmado.

La pregunta se volvió una distracción y solo entonces todo volvió a la normalidad. Giré a papá y lo observé esperando una respuesta.

—No pude completar la normalidad en esta línea temporal —explicó—. Ella aún conserva sus poderes, por tuve que mantenerla aquí y borrar su memoria.

—Se repite la historia.

Miro a mi alrededor y la casa se veía como si cien elefantes hubiera corrido de un lado a otro. Con los recuerdos, el miedo volvió, pero no hubo tiempo para sentirlo. Un recuerdo que estaba ignorando se hizo presente en ese instante y al parecer no solo estaba pasando en mi cabeza.

—Papá, ¿Tú mataste a Ben...? —el susurro escapó de mis labios y la odisea se desató.

—Y a Jennifer.

Los gritos empezaron a llover de cada persona presente en este lugar excepto de mi. Sentía que mi cabeza podía explotar en cualquier momento, no solo por las cosas que estaba recordando si no por todo de lo que apenas hoy podía darme cuenta.

Reginald Hargreeves no era una buena persona.

Mis manos temblaban mientras las voces seguían atacandome en el silencio de mi mente. ¿Quién era Jennifer y por qué se sentía tan cercana a mi familia en este momento?

Sentí una mano sobre la mía y al levantar la cabeza, Cinco estaba ahí.

—Laís... —susurró.

—Necesito verlo.

Luther y él intercambiaron miradas—. No creo que sea el mejor momento.

—¿Dónde está?

—No lo sabe-

—Luther, ¿dónde está?

El silencio se propagó por la sala aumentando mis nervios.

¿Qué tan difícil era responder a una pregunta así? ¿Por qué no podían hacerlo? Había pasado años sin saber que era eso que siempre me hizo falta, y ahora que lo sabía, ¿Ellos no me decían donde podía encontrarlo?

—Donde está mi Ben —volví a preguntar, pero desearía que nadie hubiera respondido.

—Cariño, no es nada de lo que puedas pensar, ellos se necesitan, no es que quieran o deban estar juntos. Solo están obligados a estarlo —explicó Abigail, pero yo no podía entender nada.

—¿Ellos? ¿Ben y quién?

Otro silencio. Un silencio que desearía que nadie hubiera interrumpido nunca.

—Ben y Jennifer. Él está obsesionado con ella.

Por mi mente pasó la escena de hace algunos años en el tren. Cuando lo ví y el también a mi. Ben sabía que estaba viva, sabía que era yo.

Pero entonces... ¿Que hacía persiguiendo a Jennifer? ¿Quién mierda es Jennifer?

ya perdón por desaparecer, estaba superando el severo trauma que me causó el final de tu (spoiler: no pude). hasta ahora no ha habido mucho Ben por aquí, pero el siguiente capítulo es desde su perspectiva de PERRO INFIEL QUE SABIA QUE LAÍS ESTABA VIVA

no sé olviden de votar <3

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⏰ Última actualización: Aug 25 ⏰

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𝐋𝐚 𝐔𝐥𝐭𝐢𝐦𝐚 𝐕𝐢𝐝𝐚 | ʙᴇɴ ʜᴀʀɢʀᴇᴀᴠᴇꜱ #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora