Limerence | JiKook

Step eight; Tongue.

Después del día del encuentro en el backstage, JungKook creyó que las cosas no podrían ponerse mejores, o peores.

Pasaron tres o cuatro días en los que Jeon decidió evitar a JiMin a toda costa. Verlo, apreciar esa sonrisa, fijarse en su torso desnudo que tan bien había apretado su cuerpo.

No, no estaba resultando sano para su salud mental.

Le había provocado un orgasmo sin siquiera tocar su pene como correspondía (según él). Le había provocado el mejor de sus orgasmos solo tocando su zona posterior y él, jamás de los jamases, había hecho algo similar.

¿Por qué se había sentido tan bien? ¿Por qué recordar la voz de JiMin a su oído le hacía sentir como si se fuera a derretir?

¿Qué procedía ahora? ¿Se lo iba a coger? Estaba asustado. La idea de que JiMin se lo cogiera, y disfrutara de ello, lo ponía muy nervioso.

Por esta razón, cada vez que se topaba a JiMin en los ensayos y/o los pasillos de su casa, él decidía hacerse el gran demente y esconderse en SeokJin o en las conversaciones de YoonGi sobre sus treinta y picó nuevas letras.

Ese jueves por la tarde no salió de su habitación. Se quedó sumergido en su cama con la excusa de que hacía mucho frío para salir.

NamJoon decidió cancelar los ensayos, TaeHyung estimó que era un berrinche y ya se le pasaría. Pero el mayor, el dulce hyung que siempre carga una sonrisa en su rostro, no podía quedarse tranquilo con esa respuesta.

SeokJin tocó la puerta dos veces, asomó primero la cabeza de su peluche de RJ y luego la suya propia. Koo seguía oculto entre sus mantas.

Cerró la puerta y se sentó a un lado del menor, jugando con las patitas del personaje animado.

—No bajaste siquiera a desayunar, JungKookie.

Jin escondió la cabeza detrás de la de RJ. En otra oportunidad, probablemente Koo se hubiese enojado por ser tratado como el bebé de la casa. Sin embargo, la cosa era sería cuando SeokJin lo llamaba por apodos y él no tenía la mínima intención de decir o hacer algo al respecto.

—RJ se pondrá triste si no nos dices qué es lo que sucede.

JungKook lo meditó un instante. Dentro del grupo de los siete chicos talentosos, había dos miembros en particular que no parecían despegarse ni en la mañana, ni en la noche. NamJoon y SeokJin eran apodados "gums" por la misma razón. Sus demostraciones afectivas no tenían tapujos, no tenían ningún reparo en demostrarle a todo el mundo lo mucho que se querían y cuidaban entre ambos. Aunque todo el mundo pensara que Jin era algo así como el perrito de NamJoon.

Levantó la cabeza de entre las mantas y se fijó en la bonita sonrisa que adornaba el rostro de su hyung.

—Jin-hyung, ¿puedo preguntarte algo sin que se lo digas a NamJoon?

—¿RJ puede saberlo?

Koo miró al peluche. YoonGi realmente debió de estar molesto cuando lo amenazó con lanzarlo a la basura. No se podía imaginar un día siquiera al mayor sin esa alpaca blanca.

—Claro que sí. Ahora escúchame —SeokJin asintió, mirando con ojitos expectantes el rostro abochornado de JungKook—. ¿Tú y NamJoon alguna vez…?

El silencio fue profundo, y el mayor de ambos no parecía captar del todo la idea que el maknae intentaba expresar.

—¿Alguna vez qué? ¿Hemos salido a comer? ¿Hemos cocinado? ¿Hemos desordenado la casa?

Koo frunció el ceño. No podía estar planteándose ese tipo de preguntas al más viejo de los siete. Tenía 24 años (¡wow, cinco años más que Kook!) y no correspondía ser así de atrevido con él. Decidió reformular su cuestión.