Candy Candy: Muerte en la casa Leagan.

Un Encuentro Inusual.

Tras un par de horas escondidos en la carreta, Stear y Dorothy llegaron más haya de las afueras del pueblo. La carreta, conducida por Tom, entro en la propiedad del rancho de la familia Steve, estacionándose frente a un granero.

Mientras Tom se bajaba del vehículo de carga, su padre, el señor Steve, salió para darle la bienvenida.

- Tom, ya has vuelto. – Dice el señor Steve mientras se acerca a este.

- Si, traje todo lo que necesitamos para reparar la caballeriza. – Menciona Tom mientras regresa a la carreta para bajar los regalos que mando el señor Jackson. – Además, el señor Jackson te manda sus saludos y este regalo.

El padre de Tom toma la botella de vino y el gran queso con una sonrisa. – Haaaaa, el buen Jackson, siempre sabe como alagar a sus clientes.

Tom sonríe al ver la reacción de su padre ante el regalo del señor Jackson, además le cuenta sobre el intercambio que realizaron con e cargamento de la leche y los materiales de construcción. El señor Steve se ve feliz con la historia de Tom, sabe que Jackson le siguió el juego a Tom en su intento de regatear, pero le alegra que su hijo se tome en serio temas como las finanzas y el mercadeo.

Mientras Tom y su padre conversan un poco, Stear solo los escucha desde arriba de la carreta, esperando una oportunidad en la que él y Dorothy puedan salir sin armar escándalo. Mientras espera la oportunidad, le dice a Dorothy que se prepare para salir, en caso de que los presentes no quieran razonar con el echo de que ellos fueran de polizontes en la carreta, tendrían la necesidad de huir lo más rápido que les fuera posible.

- Señor Stear ¿Cree qué podremos convencerlos de nuestras intenciones no son malas? – Pregunta Dorothy un poco nerviosa.

- No lo sé, después de todo nos colamos en la carreta de ese chico sin permiso. – Responde en voz baja Stear. – Y ahora estamos dentro de su propiedad sin haber sido invitados. – Stear suspira un poco. – Sea como sea, no te separes de mí, me asegurare de que no te pase nada malo.

Dorothy asiente con timidez, desde el momento en el que Stear le dijo que se alistara para salir, este último no había soltado su mano en ningún momento, asiendo que la joven sirvienta se sintiera más segura, pero al mismo tiempo un poco nerviosa y avergonzada.

- Bien Tom, metamos los materiales que trajiste de una vez, parece que se avecina una tormenta y no seria bueno que la madera se moje. – Dice el señor Steve con una sonrisa.

- Claro padre, si quieres ve haciendo espacio en la caballeriza para meter todo esto, yo iré descargando la carreta. – Responde Tom con un gesto de seguridad.

Steve ríe un poco por la forma de hablar de su hijo, pero asiente, retirándose a la caballeriza por el momento. Tom se queda solo junto a la carreta, listo para descargar los materiales de la misma.

Stear, quien escucho toda la conversación de Tom con su padre, sabe que ya no tienen de otra más que salir en ese momento, pero al menos el destino les sonrió, haciendo que solo deban lidiar con Tom.

Tomando un poco de aire para darse valor, Stear sujeta con firmeza la mano de Dorothy en un intento por darle seguridad y se levanta lentamente, asomando primero una mano para indicar que ahí alguien sobre el carro de carga.

- ¡ESPERA! – Dice Stear en voz alta mientras se pone de pie lentamente.

- ¿Qué? ¿Quién eres tú? – Pregunta Tom sorprendido y desconcertado.

Stear suelta la mano de Dorothy un momento, indicándole que se mantenga agachada por el momento.

- Me llamo Stear, soy miembro de la familia Andrew. – Responde a las preguntas de Tom mientras mantiene las manos en alto.