Secreto Mal Guardado~(por SHADOW)

#4 Revelación

Gun comía relajado y pensativo, intentando averiguar la razón de la extraña situación. Conocía a Goo, estaba acostumbrado a él, e incluso si no fuera así, notaría lo nervioso que estaba de igual manera. Los hechos no concordaban. ¿Ningún invitado y una "gran" comida? ¿Tan hambriento que ni siquiera había tocado nada? Si no lo conociera bien, diría que le estaba avergonzando tener ese gesto con él por mero afecto. Sonrió ante la idea. Sin embargo, paró en seco en el momento en que creyó saber de qué se trataba.

—Has cambiado de expresión tantas veces que perdí la cuenta. ¿Te gustó tanto? —Gun notó lo inmerso que estaba cuando Goo le habló después de un rato.

—El caldo está muy espeso y el arroz se siente extraño y harinoso, pero está rico.

—¿Te atreves a menospreciar mi gran habilidad? —Goo intentaba parecer ofendido, aunque no podía evitar tener una sonrisa de oreja a oreja que amenazaba con convertirse en carcajada. Sabía exactamente por qué Gun lo decía, aunque este último parecía ignorarlo. Miraba un punto fijo en la cocina sin realmente poner atención en dónde sus ojos se posaban.

—¿Quién te lo dijo? —Gun volvió a romper el silencio.

—¿Eh?

—¿Quién te dijo que hoy es mi cumpleaños?

Se miraron fijamente en silencio. Goo mantenía los ojos muy abiertos, y su sorpresa era palpable en su expresión mientras Gun lo observaba con una intensidad que parecía exponer su inquietud. Algo en el pecho de Goo y en su conciencia pareció estar en contra de sí mismo.

No se dijo nada más. Goo empezó a atacar el plato en el que Gun se había servido un poco de todo, comiéndose rápidamente todo en él.

La culpa lo carcomía, no solo se lo había hecho a una persona que no tenía la responsabilidad de ser un alfa y que él no lo fuera, sino que también a alguien como Gun, quien nunca le había sacado el tema de su naturaleza beta contra él. El hecho de que fuera su cumpleaños lo hacía sentir aún peor, lo convertía en una persona horrible y realmente no lo odiaba tanto como decía, y era consciente de eso.

—¡¿Eres tan orgulloso?! ¡Suelta mi maldito plato! —Gun intentaba arrancar el plato de los labios de Goo, quien se aferraba a él tanto como a su honor y vergüenza.

—¡Aléjate! Me lo agradecerás después y nos reiremos de este día.

—¿De qué diablos hablas? —Gun y Goo forcejearon hasta que toda la comida había caído en la boca de Goo, lo que hizo que Gun se alejara para tomar un poco más de los recipientes en el centro de la mesa que contenían el resto de la comida, a lo que Goo reaccionó rápidamente para detener el brazo de Gun, provocando que ambos arrojaran el tazón de ramen en el que Gun se había servido, regándolo por la mesa y salpicando en los pantalones de Gun.

—Gun, lo siento... yo...

—Olvídalo, igualmente me estaba sintiendo mal. Me voy a mi habitación, buenas noches. —Dijo sin más, y se encaminó a su habitación sin mirar atrás, igual de relajado que siempre, sin expresión evidente.

Goo se quedó estático en su lugar, aún estaba algo conmocionado por lo que acababa de pasar. En primer lugar, cómo fue que pasó de un acto de justicia y mini-broma a su amigo a ser quien arruinara su día de varias formas, tanto física como emocionalmente, se sentía horrible, no sería así si simplemente hubieran peleado a golpes como solían hacerlo. Esta vez se sentía diferente. Se sentía el malo de la historia y aún no entendía esa reacción tan tranquila de parte de Gun, eso lo incomodaba más, era extraño.

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Su karma había llegado. Quizá no era un alfa, pero esa comida plagada de estimulantes habría surtido efecto en cualquier humano. Su miembro erecto y palpitante era evidencia de eso. Se encontraba encerrado en su habitación confrontando las consecuencias de sus actos. No se atrevería a quejarse.