Secreto Mal Guardado~(por SHADOW)

#7 Idear un plan

Me removí ante la incomodidad que estaba sintiendo. La fuerte luz desde la ventana me obligaba terminar de despertar y abrir los ojos. Gun dormía profundamente, completamente inmóvil. Su pelo negro alborotado, cubría parcialmente sus ojos, la luz se reflejaba en su luminosa piel. La cobija apenas cubría de su cadera hacia abajo, dejando al descubierto su esculpido torso con cicatrices en el. En una de las esquinas de su labio inferior se observaban puntos más rojos de una pequeña herida que se ocultaba entre la ranura donde sus labios se unían.

 Era una agradable mañana, en la que ambos despertábamos en la misma cama, uno al lado del otro, en la habitación de Gun. ¿Qué diablos he hecho? Gun me matará

 Me apresuré en salir de la cama solo para percatarme que mis piernas no colaborarían. Esta situación me traía recuerdos recientes, aunque esta vez las ansias y placer ya no estaban presentes, solo el dolor intenso en mi cadera que me hizo soltar accidentalmente un grito al caer y en lo único que pude pensar fue en si eso había despertado a Gun, que para mi alivio, seguía respirando profundamente y en calma, eso me dio luz verde para volver a respirar.

Hasta donde recordaba, yo había ido voluntariamente a su habitación sin pensar en la excusa que debía inventar después, fui a por él, y entre muchos otros alfas, sé que también me habría decidido por él. Cuando pensaba en su nombre muchas cosas que no podía poner en orden venían a mi. Park Jong Gun significaba todo un mundo para mi, y sabía que Kim Joon Goo era solo un nombre más entre tantos para él.

Tomé rápidamente mis pantalones holgados, parte de mi pijama, y corrí a nuestra sala.

—¡Sammy, Sammy!¡Me lo cogí!—Sammy, que aun seguía durmiendo cuando lo desperté, solo pudo soltar un "¿mmh?" cuando contestó la llamada antes de que le gritase lo que había ocurrido. De la otra línea pude oír un "¿quién es?" que sonaba igual de adormilado que Samuel.

—¡¿Qué demonios Goo?! ¿Y qué te dijo?¿Qué pasó?—Casi podía ver su expresión a la cual sabía que el sueño ya había abandonado. 

—No lo sé. Él había bebido y yo... entré en celo, no lo pude resistir y ahora no sé que haré cuando despierte— Esta vez hablé más despacio y me contuve. Sabía que si quería retrasar mi muerte debía hacerlo.

—Ya veo, y...¿recuerdas cómo era?

—¿Rudo?... supongo

—No me estás entendiendo. ¿Qué tan grande era?—Por un momento la llamada quedó en completo silencio. Samuel no solía ser tan directo a menos que realmente tuviera curiosidad por algo o simplemente porque era lo más interesante que podía rescatar de algo que no le llamaba la atención o no le sorprendía de sobremanera.

—¡Prácticamente no recuerdo nada! ¡¿Cómo crees que sabría qué tan grande es?!—La pregunta que me había hecho Samuel me había tomado desprevenido, lo que me hizo olvidar por un momento que debía hacer silencio. Para entonces era muy tarde, mucho ruido había empezado a oírse desde lo lejos, Gun había despertado.

—bueno, bueno. Quería burlarme de él si era pequeño. ¿Ya sabes qué le dirás una vez despierte?

—La verdad es que no lo sé, pero tengo en cuenta lo que dijiste. De todas formas no sería mentira, realmente no lo recuerdo y no debería significar más, incluso si en un principio lo decidí.— Actuaría según lo que dijera Gun. Esperaría a que él me hablase primero, no debo arriesgarme sin saber cuanto recuerda.

Me despedí de Samuel. Dejé el celular sobre la mesa y di un gran suspiro, que agotador era esto. Ya no solo debía cuidar mi corazón sentible y abierto para él, ahora también mi trasero, que estaba igual de sensible y abierto. Pasé mi mano por mi cabello alborotado inconscientemente. Debía enfrentar este conflicto, como siempre he hecho: Arreglándomelas por mi cuenta.

Me giré para encaminarme a mi quehacer; algo que ni siquiera pude hacer, Choqué con algo duro al primer paso medio dado, seguí la figura hasta su rostro. La mirada de Gun y la mía se encontraron a centímetros igual que nuestros labios.

 —¡Ah! Gun, ya despertaste—Avanzó lentamente haciéndome retroceder, no sabía qué sentía o porqué lo hacía, pero sabía que no debía dar un paso en falso por el momento hasta saberlo.

Nos detuvimos al instante en que mi espalda baja se topó con la mesa en la que se encontraba mi celular. Volví mi mirada hacia él, quien me tomó por el cuello al no haber una camisa con la que podría sujetarme para acercármele a él.

—¿A qué estás jugando, Goo?—No pude soportar su intensa mirada que me enloquecía de muchas formas, por lo que la desvíe sin pensarlo dos veces, pero algo iluminó mi mente.

—Oh, lo... siento. ¿Se fue muy temprano?

—¿Qué?

—¿Recuerdas al omega el día que te dí esos estimulantes? Ah, es verdad. Nunca lo viste pero sabes que estuvo aquí. Verás, me sentí mal por ti después de hacerte pasar por un mal momento, así que como noté que necesitabas ayuda con eso... entonces te lo "presté". No me sorprende que se haya ido en medio de la noche sin decir nada, a nadie le gusta un amante que huele a cigarro y a mucho alcohol al mismo tiempo.— Había logrado inventar una historia "sólida" a la vez que evitaba que Gun me quitara el aliento. Seguía mirándome fijamente, no decía nada, pero esta vez yo estaba más seguro de mi mismo y de mis palabras. Todo dependía de como Gun reaccionara.

—Ya veo—Dijo mientras que simultáneamente soltaba su agarre en mi cuello que muy probablemente ya estuviera rojo. —Seguro era una zorrita muy caliente, dejó todo el lugar inundado con su aroma. Los arañazos que dejó en mi espalda son como los de un animal.—Su rostro ladeado mostraba una sonrisa y el solo pensar en como pudo haber sido la noche que tanto ansié alguna vez pero no podía recordar, no tardó en surtir efecto, podía sentir mis mejillas calentarse, por lo que instintivamente bajé la cabeza. Escuché una suave carcajada de parte de Gun.

—Vuelve a traerlo, la próxima vez quiero disfrutarlo como se debe.— Gun dijo sin más, y desapareció hacia el mismo pasillo por donde vino, liberándome de la prisión formada por su cuerpo y la mesa. Al verlo desde atrás, pude confirmar lo que decía, su marcada espalda tenía varios rasguños en un patrón de cuatro líneas paralelas a los laterales inferiores y superiores de su espalda. No pude evitar relamerme el labio.

 ¿Qué se supone que haría ahora?¿Decir que había viajado y no volvería?¿Qué nos peleamos y no quiere volver a verme?¿Buscar a alguien para que finja ser el supuesto omega?

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Realmente no esperaba una mentira tan absurda de parte de Goo. 

En un principio, mi intención fue sacarle la verdad a como dé lugar por las cosas extrañas que venía haciendo hasta ahora. No olvidaba que había empezado como una de tantas bromas de Goo, de las cuales esta vez se le ha salido de control. Debía pagárselo con la misma moneda.

 No tengo una atracción especial por los hombres aunque era protocolo saber como tratar con uno si se trataba de un omega, siempre ha sido mi deber asegurar un nuevo cabeza de familia. Por lo que en mi educación, no se descuidó ninguna área que fuera acorde a los intereses del clan Yamazaki. Había sido mi primera vez con uno y eso me molestaba.

El descuido de Goo, me hizo saber que no se trataba de un secreto viejo, si no que, si había permitido que yo me enterara sin darse cuenta, era porque todo esto era nuevo para él y por lo tanto no pudo evitar ser víctima de sus instintos y dar a conocer su aroma. 

Su mejor opción era decirme la verdad y no crear una farsa sin tener en cuenta que mi tolerancia al alcohol era mucho mejor que la de él, por lo cual mi lucidez era mayor en ese momento que la que él espera. También, que la prenda faltante de su pijama yacía en el suelo de mi habitación y que en mismo Goo, quedaba rastro de lo sucedido, estaba cubierto de chupetones que iban a lo largo de la parte posterior de su cuello hasta sus muslos y quizá jamás se enteraría de la gran mordida en donde terminaba su nalga. Y a pesar de todo se reúsa a aceptar su rasgo omega o tal vez su problema sea que haya sido yo quien lo folló y tocó su agujero que seguramente no había sido tocado por nadie más, el hecho de haber dicho cosas que le avergüenzan recordar (si es que lo hace) únicamente causadas por el deseo, como su interesado "te amo" y mi nombre saliendo de su boca múltiples veces.

Si él deseaba jugar este juego, haría mi jugada.