Día 9: Ruta por la Sierra

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¡Dios mío! Carlos es una caja de sorpresas.

Me ha telefoneado y me ha dicho que me pusiera ropa cómoda, que en media hora venía a por mí. Yo no tenía ni idea de lo que me había preparado, pero me encantan estos planes improvisados, así que en la mitad del plazo que me había dado, ya estaba lista en la calle.

Después, hemos ido hasta la Sierra de Madrid y al llegar allí hemos caminado a lo largo de una ruta idílica. Los árboles se entrelazaban majestuosos a ambos lados del camino. Cientos de pájaros nos han alegrado la caminata con su melodía. Hoy me he sentido como una princesa sacada de un cuento de hadas.

Finalmente, hemos llegado a la cumbre, envueltos por el silencio de las montañas, solo interrumpido por el susurro de una leve brisa. Las verdes praderas se fundían en la infinidad del horizonte con el azul del cielo. Y ha sido ahí, impregnados del aroma a tierra mojada, donde Carlos, bajo un frondoso pinar, me ha abrazado y me ha besado por primera vez. Ha sido un beso de película. Mi mundo se ha detenido por completo y un saco de mariposas ha comenzado a revolotear en mi estómago. ¡Jamás había tenido una sensación igual!

En complicidad única, hemos regresado cogidos de la mano, sabiendo que cada paso que dábamos nos acercaba más hacia la eternidad.

Gracias Mundo por regalarme el mejor día de mi vida. Y gracias a ti, quiero diario, por escucharme.

Querido Diario incautadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora