Día 2: Amarga espera

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Querido diario,

Hoy me he levantado una hora antes de lo habitual. Como si asistiera a la cita más importante de mi vida, me he probado tres atuendos diferentes, antes de elegir unos pantalones blancos y una blusa algo holgada color turquesa. Me he maquillado, quizás algo más de lo normal, y aunque mi pelo rebelde ha intentado truncar mi propósito, a golpe de secador he sido capaz de domarlo.

He salido de casa con una gran sonrisa y me he dirigido al metro con la canción de "Sunrise morning" a todo trapo en mis auriculares.

Las estaciones han ido pasando hasta que hemos llegado a "Callao". Las puertas se han abierto y con los ojos como platos he esperado a que entrara el chico de ojos verdes.
Creo que han sido los diez segundos más largos de mi vida. Pero un pitido desagradable me ha devuelto a la realidad.

Ni rastro de aquel chico. ¿Se puede ser más tonta?
He salido de la estación con el ánimo bastante decaído y la canción de "Back to Black" en bucle en mis Airpods.

He pasado el resto de la mañana en la oficina, como un ente. Solamente tenía esos ojos verdes grabados en mi cabeza.

¿Por qué no le dije nada cuando tuve la oportunidad? ¿Y si no vuelvo a encontrarme con él nunca más?

De camino a casa me he sentado en el banco de un parque a escribir estas líneas. Parece ser que la melancolía es de nuevo mi compañera de viaje.

Solamente tengo la esperanza de que el destino vuelva a jugar a mi favor. Hoy no tengo ganas de nada. Mañana te seguiré contando.

Querido Diario incautadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora