Primeras ventas, y una idea

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Jeremy: joyera?
 
María: si. Podría empezar aquí, también para que todos en la villa lleven algo bonito que ponerse. El vendedor me dio este pergamino de como utilizar las herramientas, pulir las piezas, hacer los agujeros, etc… es una gran oportunidad para trabajar y ayudar en casa. Que dicen? Me apoyan?
 
Jenny: yo sí
 
Marijó: es una buena idea
 
Jeremy: esta bien hermanita. Si te hace feliz, te ayudaremos
 
María: gracias! *los abraza* Ayúdenme a separar estas piedras por colores 
 
Jenny: vamos!
 
 Más que nada las chicas se emocionaron por acomodarlas, se veían tan brillantes y coloridas; las monedas las pusieron aparte para ir ahorrando lo de la comida y otras cosas. La princesa Aiko ya había vuelto de bañarse en el río, y mandó a su dama al aren para que se juntara con su amiga Ran, quien era dama de la princesa Kumiko. Kumiko tenía de novio a un joven llamado Izuru, un chico de cabello largo y oscuro con ojos carmesí, era hijo de un mercader muy rico. Aiko por otro lado, su novio era el pintor del palacio, un chico rubio de ojos con heterocronía llamado Koyi. Lavender, su novia era la hija de un noble, llamada Daiman, una chica cabello color canela y ojos verdes. Kokichi y Kichi por otro lado, ellos eran homosexuales, sus parejas eran dos soldados llamados Shuichi un joven cabellos verde azulado y ojos ámbar, y Mashiro un chico peli negro de ojos marrones. Beta por otro lado, el no tenía novia, le ha costado conseguir pareja. Todos tenían amigos en el palacio a los cuales trataban muy bien, excepto a Alejandra y a Katya por su actitud. Su madre siempre les inculcó buenos valores y respeto, los cuales les enseñan también a los niños en el harem

 Su madre siempre les inculcó buenos valores y respeto, los cuales les enseñan también a los niños en el harem

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 Kichi: hermano donde estabas? Ouma: ah… me metí a la villa de los esclavos *nervioso por su reacción* Aiko: *secándose el cabello* y que hacías ahí? Ouma: solo quería saber como vive esas personas

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Kichi: hermano donde estabas?
 
Ouma: ah… me metí a la villa de los esclavos *nervioso por su reacción*
 
Aiko: *secándose el cabello* y que hacías ahí?
 
Ouma: solo quería saber como vive esas personas. Y por lo visto, no muy bien
 
Beta: y esa sonrisa porque? Viste a alguien en particular por allá?
 
Ouma: s-solo me tropecé con una chica
 
Aiko: como era? *curiosa*
 
Ouma: casi de mi edad. Morena, cabello corto color café y ojos marrones claros. Le tiré su vasija de agua, así que me ofrecí a ayudarla a buscar más
 
Kokichi: era bonita verdad?
 
Ouma: *sonrojado y nervioso* eso sí no lo voy a contestar!
 
Kumiko: mejor así. Déjenlo tranquilo. Además, te debes preparar para tu prometida
 
Ouma: es verdad
 
 Ya han pasado casi 3 días, según el rey, esa misma semana vendrá el sumo sacerdote de Uaset para presentar a su hija ante él, como la legítima prometida de su hijo. Alejandra por otro lado, estaba entre nerviosa y con envidia; ya que no se sabía como iba a ser la hija del sacerdote, si era bonita y eso, ya que le preocupaba que el príncipe se enamorara de ella de inmediato, y así perdería oportunidad. Pero su madre le decía que fuera paciente, que si algo pasaba, ella se encargaría. Sheng estaba en su taller, pero debido a tanto trabajo, no dormía bien
 
Angie: *entrando* cielo? AH!!!
 
Sheng: *con la cabeza sobre el mesón por el cansancio*
 
Angie: Sheng! Despierta *lo sacude*
 
Sheng: ah? Q-que pasa?
 
Angie: te quedaste dormido
 
Sheng: *estresado* ahgg!!! No puedo! No puedo! Tengo demasiados pedidos atrasados y no he terminado el collar de regalo para la prometida del príncipe. No aguanto más! No puedo con todo esto yo solo
 
Angie: le pediré a mi señora que hable con el rey. Para que logremos conseguirte un ayudante. Lo haré justo ahora. Ella y su hermana saldrán al mercado
 
Sheng: gracias amor. Mientras más pronto, mejor. Porque tiempo no queda
 
Angie: ya me voy. Nos vemos *sale rápido del taller*
 
 Por otro lado en el mercado, ya la castaña había puesto un techo pequeño para la venta de sus joyas confeccionadas. Su hermano estaba en la obra, y su cuñada trabajando en el horno de cerámica
 
Mark: hola chicas. Que hacen?
 
María: hola Mark. Pues… abrí un pequeño puesto. Es que confeccione unas cuantas joyas para vender. Baratas para que puedan llevárselas, tendrán algo bonito que usar
 
Mark: me parece buena la iniciativa. Si quieres difundo la voz
 
Marijó: sería de gran ayuda. Gracias
 
Mark: no hay de que. Debo irme a la obra. Luego las veo *se aleja*
 
María: y gracias!
 
Marijó: se nota a leguas que le gustas
 
María: lo se, pero… yo no lo veo como marido. Aunque si es un gran amigo
 
Marijó: ojalá tu “destinado” llegue pronto; o te quedaras soltera de por vida
 
María: hablemos menos, y empecemos con las ventas
 
 Allí les fueron corriendo la voz, muchas de las esclavas que vivían en la villa, compraban al menos una para usar, de verdad les encantaron. Pero no más lejos de allí, venían las dos princesas, acompañadas por sus damas

 Pero no más lejos de allí, venían las dos princesas, acompañadas por sus damas

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Ran: y eso de allá? *señalando* hay muchas mujeres amontonadas. Que será?
 
Aiko: hermana, vamos a ver
 
Kumiko: no suena tan mal. Vayamos
 
 Se dirigieron al puesto, varias de las mujeres se apartaron por respeto a sus majestades. La joven vendedora no entendió el motivo, hasta que levantó la mirada
 
Kumiko: buenas tardes
 
María: buenas tardes sus majestades. Que se les ofrece?
 
Kumiko: *viendo las joyas* tu las vendes?
 
María: no solo eso. También las confecciono. Las hice yo misma
 
Angie: pero se ve que tienes mucho talento
 
Aiko: yo quiero llevarme un collar
 
Kumiko: a mi me gustaron unos aretes
 
Aiko: Angie, Ran. Escojan unos también para ustedes
 
Ran: muchas gracias mi señora
 
Aiko: ten *le entrega un saco de monedas*
 
María: n-no. No puedo aceptarlo
 
Kumiko: un gran trabajo, merece una recompensa digna. Adelante, te lo mereces
 
María:*toma el saco* muchas gracias. Espero que les gusten
 
Aiko: un placer también conocer a una joyera tan talentosa
 
 Luego de eso, las cuatro se marcharon. Las dos hermanas quedaron felices de que la venta les fuera tan bien que hasta la realeza les compró mercancía
 
Ran: le quedaron bellísimos *viendo una pulsera que compró*
 
Aiko: la verdad si. Angie… recuerdas que me dijiste que Sheng necesitaba un ayudante?
 
Angie: si mi señora. Por?
 
Aiko: me dio una idea

El príncipe y la joyera entre los pobres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora