Capítulo III

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Día dos.

- Maldita sea Angie, abre la maldita puerta que tu maldita novia va a matarme - grité como loca después de que Mica tocará la puerta por quinta vez pidiendo que le abrieran-.

- Dios mío, puedes ir tu, ya casi estoy lista - gritó Angie de regreso desde el baño-.

Gruñi y me puse de pie, sabía que ahora mismo mi cabello estaría muy mal arreglado y algo enmarañado.

Tire de la puerta dejando ver a una sonriente Mica con un hermoso ramo de flores para Angie.

- ¿Por qué tienen que verse un domingo a las 8
de la mañana? - pregunté dejándola pasar-.

- Buenos días Rai - Mica besó mi cabeza y pasó de largo. Rodé los ojos y cerré la puerta-.

Caminé unos cuantos pasos y me deje caer boca abajo de nuevo en mi cama.

Una presión en mi espalda quitándome la respiración me indicó que la mal nacida de Mica estaba sobre mi espalda.

- ¡No respiro! - grité y ella lanzó una sonora carcajada-.

- Cállate Rai - Mica tapó mi boca y le mordí la mano-.

Moví mis manos tratando de encontrar su estomago para darle un puñetazo, pero me fue imposible.

- Bueno basta - se escuchó la voz de Angie seguido de sus tacones resonando-.

Mica se levantó de inmediato dejando mis vías respiratorias despejadas.

Respire sonoramente varias veces hasta que la tranquilidad inundó mi cuerpo.

- Adiós Rai - Angie revolvió mi cabello y luego sentí un beso en mi oído-.

- Joder Mica - Me quejé y me tapé la cabeza con la almohada-.

- Adiós mocosa -escuché la puerta cerrarse y por fin estaba la habitación en silencio-.

Me volví a abrigar y poco a poco mis ojos se cerraron.

-¡MALDICIÓN! -grité cuando mi celular comenzó a sonar-.
Saque mi mano de las sábanas y a ciegas contesté.

- ¿Hola?

- Hija.

- Papá - dije algo molesta con él todavía-.

- Mi preciosa Rai ¿Aún no me perdonas cielo?
-preguntó tristemente-.

- Dime tú, ¿perdonarías tú a tu padre si él te sacará del país donde naciste para que estudiaras la Universidad en un país donde hablan otro idioma y donde el clima es una mierda? Oh, y por si fuera poco, me dejaste sola en unos jodidos dormitorios.

- Rai cuida esa boca, primero, hablabas perfectamente el idioma antes de ir al Reino Unido, segundo el clima es fantástico y tercero sólo lo hice para que tuvieras una buena educación, así como yo.

- ¿Tú no lo hiciste para deshacerte de mi?

- iPer l'amore di Dio! - dijo mi padre- Rai eres torpe, malcriada y quisquillosa, pero te amo cielo. Eres lo mejor que tengo por eso quiero que estudies en una buen Universidad, sólo eso, siento tanto que tú pensaras que yo no te quería cerca.

- Lo siento papi -susurre arrepentida, un año y ocho meses llevo en la Universidad pensando que mi padre no me quería con él-.

- Esta bien muñequita, todo está bien, te extraño tanto.

- Yo también lo hago. Me siento muy sola.

- ¿No tienes amigos allí? -preguntó con la voz llena de preocupación-.

Treinta ~ (Railo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora