Capítulo XXII

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Día Veintiuno.

Llegué con una bolsa repleta de refrescos y agua para Angie y para mi, nuestra pequeña nevera se estaba quedando sin provisiones.

Cuando metí la llave escuche leves murmullos que me hicieron detenerme.

- Ojalá y te mate - sin duda era Gabriela.

- Callate -Alondra-.

- Es verdad Alondra, eres una idiota -Alex-.

- Yo pienso que si ella no te mata yo encantada puedo hacerlo -Micaela-.

- Yo te ayudo, realmente tengo ganas de golpear a Alondra alguna vez -era la voz y carcajada de Jetziel-.

- No sean idiotas, ella lo hizo sin intención - Angie-.

¿Qué hacen todos aquí?

Abrí la puerta y todos me miraron con caras horrorizadas, Alondra quien estaba al lado de mi mesa de noche se movió hacia la izquierda un poco, Jetziel y Alex a su lado.

Gabriela estaba plácidamente acostada en mi cama y Mica acostada en la cama de Angie con ella completamente sobre su cuerpo.

Alondra levantó su brazo derecho y le pegó en la parte trasera de la cabeza a Jetziel.

Jetziel la miro mal y luego camino hacia mi.

- ¡Rai! -sus brazos apretaron mi anatomía dejándome sin respiración-.

- Jetziel - lo empujé- ¿Qué pasa? -él frunció el ceño y paso su brazo por mis hombros-.

- No pasa nada, todo está perfecto ¿Sabes que más es perfecto?, el clima, afuera está genial, deberíamos salir -trato de empujarme pero yo me salí de su agarre-.

Mire a cada uno de los presentes en el dormitorio y por último a Alondra.

- ¿Qué pasa? -volví a preguntar y ella bajo la cabeza, se movio dejando ver mi mesa de noche, la pecera y mi Leo en el fondo de esta muerto-

¿PERO QUÉ? - me planté frente a la pecera-

¿Cómo lo han matado? -pregunté tomando la pequeña pecera entre mis manos-.

- Lo han me suena a multitud, lo ha matado
Alondra -Jetziel dijo frunciendo el ceño-.

- ¿Pero cómo? -insistí-.

- Verás pequeña Rai -Gabriela se puso de pie y se acercó a mi- Alondra, como es una maldita dependiente de ti, ha venido e interrumpió una sesión de sexo de Gigi y Mica, como ellas se estaban besando y riendo Alondra alega que se sentía aburrida, por lo que sacó el pez de la pecera y este se le cayó al suelo y cuando lo levantó era demasiado tarde, entonces nos llamó a todos para ayudarla con una solución pero no se nos ocurrió nada - Gabi se paró a mi lado y suspiró después de hablar tanto-.

- No puedo creer que lo matará, te lo regaló ayer
-Alex negó con la cabeza-.

- Ya paren, le compraré otro mañana -Alondra se sentó en mi cama pero yo la volví a levantar-.

- Vas a ir ahora mismo y me conseguirás no uno sino dos peces -La empuje hacia la salida-.

- ¿No puede ser mañana? -preguntó cuando llegamos a la puerta del dormitorio.

- No, ahora ve -cerré la puerta en su cara-.

Alondra.

- No, ahora ve -cerro la puerta en mi cara-.

- iBien! -grite y caminé a mi camioneta-.

Maldito pescado.

Cuando llegue al centro comercial, entre directamente a la tienda de mascotas, estaba el mismo chico de ayer.

Treinta ~ (Railo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora