La noche había caído sobre Beacon Hills, y la luna llena brillaba con una intensidad que parecía iluminar el alma. En el bosque, donde los árboles susurraban secretos entre sí, dos figuras se cruzaron en un claro. Derek Hale, el alfa de la manada, y Stiles Stilinski, el mejor amigo de Scott McCall, se encontraron cara a cara por primera vez.
Derek, con su mirada penetrante y su presencia imponente, parecía un dios de la noche. Su pelo negro como el azabache caía sobre su frente, y sus ojos amarillos brillaban como estrellas en la oscuridad. Stiles, por su parte, parecía un rayo de sol en medio de la noche. Su pelo castaño claro y su sonrisa traviesa lo hacían parecer un ángel caído en el bosque.
La luna, que había estado observando desde el cielo, pareció brillar con más intensidad en ese momento. Era como si supiera que algo especial estaba a punto de suceder. La energía entre Derek y Stiles era palpable, como si el universo mismo estuviera empujándolos hacia el otro.
Derek, que siempre había sido un hombre de pocas palabras, se encontró sin saber qué decir. Stiles, por su parte, parecía no tener miedo. Se acercó a Derek con una confianza que lo sorprendió.
—Hola —dijo Stiles, con una sonrisa—. Soy Stiles.
Derek lo miró, su mirada fija en la de él.
—Derek —respondió, su voz baja y ronca.
La luna brilló con más intensidad, como si estuviera bendiciendo su encuentro. En ese momento, algo cambió entre ellos. Algo que ni ellos mismos podían explicar.
Derek y Stiles se miraron durante lo que pareció una eternidad. La luna llena brillaba sobre ellos, iluminando sus rostros y creando un ambiente mágico. El bosque parecía haberse detenido, como si estuviera esperando a ver qué sucedería entre los dos.
Stiles, sintiendo la intensidad de la mirada de Derek, se sintió incómodo. Pero no apartó la mirada. Algo en él lo empujaba a mantener el contacto visual, a explorar los ojos amarillos de Derek.
Finalmente, Derek rompió el silencio.
—¿Qué haces aquí, Stiles? —preguntó, su voz baja pero firme.
Stiles tragó saliva, sintiendo su corazón latir con fuerza.
—No lo sé —respondió honestamente—. Algo me trajo aquí. Algo que no puedo explicar.
Derek asintió lentamente, como si entendiera perfectamente lo que Stiles estaba sintiendo. La conexión entre ellos era innegable, y ambos lo sabían. La luna llena continuó brillando, como si estuviera observando y aprobando su encuentro. En ese momento, el destino de ambos cambió para siempre.
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Derek, por su parte, se sentía desconcertado. No estaba acostumbrado a que la gente lo mirara de esa manera. La mayoría de las personas se intimidaban por su presencia, pero Stiles parecía no tener miedo.
De repente, Stiles habló.
—¿Qué haces aquí? —preguntó, su voz baja y curiosa.
Derek se encogió de hombros.
—Patrullando —respondió—. Hay algo en el bosque que no me gusta.
Stiles asintió.
—Sí, lo he sentido también. Algo está cambiando en Beacon Hills.
Derek lo miró sorprendido.
—¿Tú también lo has sentido?
Stiles asintió de nuevo.
—Sí. Y creo que tiene que ver con nosotros.
La luna brilló con más intensidad, como si estuviera enfatizando las palabras de Stiles. Derek se sintió desconcertado. ¿Qué quería decir Stiles con "nosotros"?
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"La Luna de los Lobos"
RomanceDerek Hale, el alfa de la manada de Beacon Hills, siempre había mantenido su distancia con los humanos. Pero desde que conoció a Stiles Stilinski, algo en él cambió. La forma en que Stiles lo desafiaba, su inteligencia y su determinación, lo atraían...