" Una Noche de Hermanos"

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Al día siguiente, el ambiente en el colegio era el habitual: risas, conversaciones y el bullicio típico de los pasillos llenos de estudiantes. Sin embargo, Stiles caminaba con la cabeza gacha, sus hombros caídos y una expresión de tristeza que no podía ocultar. Scott, su mejor amigo, lo observaba desde la distancia, notando de inmediato que algo no estaba bien.

—Stiles, ¿qué pasa, hermano? ¿Qué tienes? —preguntó Scott, acercándose con preocupación.

—Nada, bro, estoy bien —respondió Stiles, intentando esbozar una sonrisa que no llegó a sus ojos.

Scott frunció el ceño. Conocía demasiado bien a Stiles para creerle. Había algo más, algo que su amigo no quería decirle.

—¿Es por Derek? —preguntó Scott, observando atentamente la reacción de Stiles.

La mirada triste de Stiles fue suficiente respuesta. Scott sintió una oleada de ira mezclada con preocupación. Derek siempre había sido un tema complicado, y ahora parecía que algo grave había sucedido.

—Stiles, dime lo que pasó —insistió Scott, colocando una mano reconfortante en el hombro de su amigo.

Stiles suspiró profundamente, sabiendo que no podía ocultarle nada a Scott. Con voz temblorosa, comenzó a relatar lo sucedido. Cada palabra que salía de su boca hacía que la furia de Scott creciera. Cuando Stiles terminó, Scott estaba listo para ir a buscar a Derek y enfrentarlo.

—¡No puedo creer que haya hecho eso! —exclamó Scott, apretando los puños—. ¡Voy a darle una lección!

—No, Scott, no vale la pena —dijo Stiles, sacudiendo la cabeza—. No quiero que esto se convierta en algo peor.

Scott respiró hondo, tratando de calmarse. Sabía que Stiles tenía razón, pero la impotencia lo consumía.

—Está bien, hermano. Pero esta noche, vamos a tener una noche de hermanos en mi casa. Películas, videojuegos, lo que quieras. Necesitamos distraernos y pasar un buen rato.

Stiles sonrió, agradecido por tener a un amigo como Scott. Sabía que, pase lo que pase, siempre podrían contar el uno con el otro.

—Gracias, Scott. Eso suena perfecto.

Y así, mientras el día continuaba en el colegio, ambos amigos encontraron consuelo en la promesa de una noche de diversión y camaradería, dejando atrás, aunque sea por un momento, las preocupaciones y el dolor.

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Derek, con su corazón latiendo más rápido de lo normal, se encontraba frente a la puerta de Stiles. Había decidido ir a buscarlo a su casa y finalmente invitarlo a un arcade. Pero antes de tocar el timbre, su teléfono sonó. En la pantalla, el nombre "Sour Wolf" apareció junto a un emoticono de corazón. La tristeza se apoderó de él al instante, y Scott, que estaba con Stiles en ese momento, notó su cambio de ánimo.

—Hola, Stiles —dijo Derek emocionado al contestar la llamada—. Quería saber si estás libre esta noche.

—Está ocupado conmigo —intervino Scott.

—¿Scott? —preguntó Derek, sintiéndose aún más desanimado—. Sí, soy yo, Derek. Stiles estará conmigo todo el día y no tiene tiempo para ti.

La voz de Sour Wolf sonó apagada al responder: —Oh, está bien. Lo entiendo.

Stiles tomó el teléfono y habló directamente con Derek: —Hoy estoy ocupado, pero hablamos más tarde, ¿te parece? Ya hice planes con Scott.

Una chispa de esperanza se encendió en el corazón de Derek. —Sí, está bien. No te preocupes. Mañana hablamos. Cuídate y pásala bien.

Ahora más que nunca, Derek estaba decidido a ganarse el corazón de Stiles. Solo quería que Stiles acudiera a él cuando estuviera mal o deprimido, en lugar de a Scott.

 "La Luna de los Lobos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora