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Jungkook.

Desde que termine de hablar con Ara, supe que mi noche ya no sería la misma. Mi intención no era prolongar la conversación, pero algo en su manera de responder me inquietó. No la veía desde hacía dos años, y aunque trataba de convencerme de que ya no debía importarme, una parte de mí no podía evitar preocuparse.

Con un suspiro pesado, dejo mi teléfono en la mesita de noche y me recuesto en la cama. La luz del dispositivo ilumina la habitación, proyectando sombras que se mezclan con el silencio de la madrugada. Mi mente está enredada en pensamientos que no quiero tener, pero justo cuando estoy a punto de perderme en ellos, Min se mueve a mi lado.

—¿Qué haces despierto a estas horas? —su voz es suave pero curiosa, aún adormecida. Su mano se desliza sobre mi pecho, buscando una respuesta.

Me tenso ligeramente antes de girarme hacia ella, intentando sonreír para que no sospeche.

—No podía dormir, nada importante —respondo, con un tono que espero suene convincente.

Pero Min es más lista de lo que parece. Sus ojos, aunque pesados por el sueño, se fijan en mí con una mirada que atraviesa cualquier mentira.

—Mientes —murmura, su voz endureciéndose levemente. La conozco bien, y sé que si no manejo esto con cuidado, podría empeorar la situación.

Trato de distraerla, inclinándome hacia ella para besarla en los labios, un gesto que normalmente la haría olvidar cualquier duda. Sin embargo, Min se aparta un poco, observándome con suspicacia.

—¿Es sobre la chica que nos estaba mirando en el estacionamiento hoy? —pregunta, su voz es más fría ahora. Ella no sabe quién es Ara, pero el simple hecho de que otra mujer estuviera cerca de mí la pone en alerta.

Mi corazón late más rápido, pero mantengo mi expresión neutral.

—No, Min. No tiene nada que ver con ella —digo, intentando sonar firme, pero hay un ligero vacilación en mi tono.

Min se incorpora, su largo cabello cayendo en cascada sobre sus hombros mientras me observa con detenimiento. Su expresión es dura, territorial, como siempre es cuando algo la perturba.

—¿Entonces qué es? ¿Por qué te pones así cada vez que menciono a otra mujer cerca de ti? —su voz es afilada, y sé que esta conversación podría salirse de control si no actúo rápido.

Me acerco a ella nuevamente, esta vez con más determinación. Mis labios rozan su cuello, susurrando palabras que apenas son audibles.

—Min, no es nada. Solo estaba pensando en... en laa universidad. Las cosas están difíciles últimamente, ya sabes cómo es.

Ella se queda en silencio por un momento, sus ojos buscando alguna señal de verdad en los míos. Entonces, con un suspiro, parece relajarse un poco, pero no del todo.

—No me gusta cuando me escondes cosas, Jungkook.

Sonrío ligeramente, besándola en la mejilla, bajando luego hacia su mandíbula, y finalmente susurrando en su oído.

—No hay nada que esconder, solo te tengo a ti en mi mente.

Min, aunque no completamente convencida, parece aceptar la respuesta. Se recuesta nuevamente, pero esta vez tira de mí hacia ella, buscando más que solo palabras.

—Entonces demuéstramelo, ahora.

No hace falta decir más. La tensión en el aire se disipa lentamente mientras la lleno de besos y caricias, cada gesto más íntimo que el anterior. Es un intento desesperado por distraerla, pero también por calmar mis propios demonios. A las cinco de la mañana, enredados en las sábanas, la única realidad que quiero que exista es la de nosotros dos, y nada más.

BIKER ; JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora