BIKER ; JJK

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Jungkook.

Mis manos estaban firmemente sujetando el brazo de Min mientras la arrastraba lejos del edificio, con cada paso aumentando la presión en mis dedos por la rabia contenida. No quería perder los estribos en medio de todos, especialmente frente BoMi la mejor amiga de Ara, quie todavía estaba a la vista. Min intentó zafarse de mi agarre un par de veces, pero la ignoré, concentrado en encontrar un lugar más apartado, donde nadie nos viera, donde nadie pudiera escuchar lo que tenía que decirle.

El campus era un laberinto de edificios y pasillos, pero finalmente llegamos a una zona cerca de las canchas de fútbol, donde los estudiantes rara vez pasaban entre clases. Solté su brazo de golpe, casi empujándola, y empecé a caminar en círculos, tratando de enfriar la sangre que hervía en mis venas. El aire fresco chocaba contra mi rostro, pero ni eso calmaba el fuego que me consumía por dentro.

—¡¿Qué demonios fue eso, Min?! —Mi voz salió más fuerte de lo que esperaba, y ni siquiera me importó. Mi mirada estaba fija en el suelo, porque si la miraba directamente, temía no poder controlar el enojo que me consumía—. ¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué tenías que decirle algo tan... jodido?

Ella se quedó en silencio por un momento, cruzando los brazos frente a su pecho. Sus ojos se clavaban en mí, llenos de furia, pero yo no estaba dispuesto a retroceder esta vez. Ya no. No después de lo que acababa de presenciar.

—¡Porque se lo merece! —escupió, y el tono de su voz era como una bofetada—. Esa mosquita muerta no sabe quedarse en su lugar, siempre mirando, siempre... tratando de hacerse la víctima. Me enferma.

Mis manos se cerraron en puños mientras daba un par de pasos más, intentando recuperar el aliento, pero sus palabras solo avivaban la furia que luchaba por contener. Me giré hacia ella, la distancia entre nosotros reduciéndose con cada palabra que pronunciaba.

—¿En serio piensas eso? —respondí, con una risa incrédula escapando de mis labios—. ¡Ella no hizo nada, Min! Estaba allí, en el suelo, herida, y tú solo... —Mi voz se quebró un poco, la frustración ahogándome—. Solo la atacaste. Le dijiste esas cosas horribles sobre su cicatriz. ¡¿Qué clase de persona hace algo así?!

Min me miró como si fuera yo el que no entendía nada, como si toda la situación fuera evidente para ella y yo estuviera siendo irrazonable.

—¿Y tú qué? —replicó, dando un paso hacia mí, su dedo apuntándome acusadoramente en el pecho—. ¡No soy estúpida, Jungkook! ¡Sé que todavía sientes algo por ella! Lo veo cada vez que hablas de ella, cada vez que la miras de esa forma... —Su voz se quebró, pero solo hizo que apretara más los puños, queriendo golpear algo, cualquier cosa que no fuera ella—. Me duele, ¿sabes? ¡Me duele que mi propio novio esté tan pendiente de su exnovia como si yo no existiera!

Mi mandíbula se aprieta, los músculos de mi cuello se tensan al punto de doler. Mantuve la mirada fija en el suelo, evitando de darle la satisfacción de que es verdad.