El arte que nos unió ¦ Snirius

⋆ 𝖄ℴ𝖚'𝖗ℯ 𝓁𝖔ℴ𝖘𝒾𝖓ℊ 𝓂𝖊 ⋆

⋆ Y él, afortunadamente, la vio. ⋆

—En respuesta a Songs.

      Sirius Black y Severus Snape, cuando tenían una joven edad, en la infancia, compartían varias similitudes.

Mientras que el mayor de ellos dos escribía, el menor leía. Sirius dejó de hacerlo al entrar a Hogwarts, un tiempo después, aunque adoraba hacerlo. Severus jamás dejó de hacerlo.

Aunque Sirius sí que volvió a escribir luego de unos meses de haber mandado la carta.

¿Por qué comenzaron a hacerlo? Al vivir tantas carencias fue un mecanismo para tocar la felicidad.

Claro que ambos se tomaron la carencia amorosa y familiar de distinta forma: Severus, por su lado, hizo lo posible para agradarle a sus padres, hasta que se dio cuenta de que era imposible.

Sirius, al inicio, también trató de ser lo que se consideraba el heredero perfecto, pero se rindió de forma rápida. "Si quieres que todo sea charla, risas y amor, vete de esta casa" Le dijo su madre.

Walburga Black sintió pesar al decir esto, ya que ella también lo había vivido en carne y hueso, pero lo replicó de igual modo.

Eileen Prince decidió no repetir la crianza amorosa que le había sido otorgada, prefirió lastimar a su hijo de forma cruel.

Pero a Eileen había algo de Severus que le producía amor, y nada más que su esposo le producía amor. ¿Qué era? Era el recuerdo de su hermana, su querida hermana, todo había sido tan bello con ella.

Ambos, Sirius y Severus, tenían una pequeña llave secreta que daba lugar a su imaginación, una de las más preciadas que tuvieron (y tienen).

Los dos otras cosas en común; una belleza excepcional es una de ellas.

Black tenía los cabellos rizados, aunque de forma leve, y de un color marrón, que en su cuerpo de cinco años podía ser un rubio oscuro, unos ojos grises y una mirada que parecía la de un león. Labios finos y una mandíbula que se marcaba.