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—¡Feliz Cumpleaños, Quackity~!

La casa se llenó de aplausos y victores, Quackity sonrió complacido, mientras su amigo Mariana lanzaba confeti sobre él, Vegetta sacaba fotos y Juan le gritaba al segundo mayor por intoxicar su pastel perfecto con papeles de colores inmundos, Spreen reía por tanto caos y tanto griterío, a pesar que eran ellos cuatro de invitados, cinco con Quackity.

Seis con Luzu.

—Quackity, tengo tu primer regalo en tus veinticuatro años— murmuró Spreen cerca de su oído, se apartó para ver su rostro y sonreírle de forma encantadora al castaño más bajo, quien lo miró con ojos expectantes.

El menor sólo tomó sus mejillas y unió sus labios.

Juan gritó como colegiala, Vegetta alzó las cejas mientras sacaba fotos de eso también, y Mariana comenzó a decir que dejara al niño en paz, que era momento de comer pastel y no de comerse la boca.

Luzu bajó la vista y la mantuvo en sus pies hasta que supo que el beso se había acabado, lo primero que hizo Quackity fue mirar hacia él, con temor de que Luzu estuviera herido por aquello.

El castaño negó, sonrió de forma honesta.

—Es el indicado— dijo, y Quackity pudo escucharlo perfectamente a pesar de que estaba al otro lado de la cocina.

Pasaron unos minutos luego del festejo de la canción de cumpleaños, en donde los cuatro se sentaron a esperar en los sillones de la sala a que Quackity terminara de cortar el pastel.

—¿Alguno habló con Rubius? - preguntó Vegetta por lo bajo, con lo que los otros dos mayores negaron.

—No volví a hablar con él desde lo de Luzu— dijo Mariana, directamente.

—Shhh— lo cayó Juan —Quackity se la está pasando muy bien y ahora tenemos a este chico para distraerlo, no arruinen esta noche— palmeó el muslo de Spreen, se sorprendió por lo duro que estaba—¿Cuánto ejercitas?— preguntó.

Spreen se había quedado con lo anterior, así que frunció el ceño, algo ofendido por ser considerado una "distracción", no sentía ser eso.

—¿Qué?

—Oh, no, no — Juan negó, agitando su mano.— No te lo tomes personal—añadió, sonriendo. —Es que... Quackity ha estado muy mal al respecto y como no estarlo... Después de un año, pero, al menos te tiene a ti ahora, no sé que sean, pero hacen una linda pareja, le hace bien tener a alguien así de nuevo.

Spreen se detuvo unos segundos a pensar pero terminó negando.

—La verdad, no estoy entendiendo, ¿Quién es Luzu? ¿Qué pasó?

Escucharon un plato caer y se volvieron con miedo hacia Quackity, sabiendo que había escuchado.

El pelinegro levantó el plato con las manos temblorosas, rió de forma nerviosa y dijo un "Está bien, no pasó nada, no se rompió", antes de limpiarlo un poco y dejarlo en la mesa para acomodar una porción de pastel sobre este.

Sintió a Luzu abrazarlo por la espalda y se obligó a respirar mientras unas lágrimas amenazaban con caer, el castaño ajustó el abrazo, haciendo que Quackity se tranquilizara un poco más.

—¿Quackity? —alzó la vista hacia Spreen, quien estaba a un metro de él, con expresión preocupada. —Lo siento, ¿Estás bien?

Quackity asintió sin más.

—Luzu es mi exnovio—dijo, hablando para Spreen pero sin mirarlo directamente, y suspiro, sabia que aquel momento llegaría, pero prefería decirselo él antes que los chicos le explicaran, sentía que solo él podía hablar de su Luzu correctamente. —Hace un año, vivíamos en un edificio de departamentos, era mí cumpleaños, y estaba Rubius, quién en algún momento fue mi amigo pero estábamos muy alejados para entonces... Mí cumpleaños fue una excusa para que no se encerrara en lo de sus padres por una noche.

>> Él tiene una depresión muy severa, y estaba en un mal día, así que lo estábamos ignorando y en un momento de la fiesta, desapareció, había ido hasta la azotea, en el último piso, eran un total de diez, planeando lo que crees que estaba planeado.

>> Luzu fue el primero en darse cuenta y fue corriendo desde nuestro piso, el seis, hasta la azotea, llegó apenas segundos antes que yo, había ido por el ascensor.

>> Rubius había querido tirarse, Luzu lo salvó, pero terminó cayendo él... Y cuando llegué fue solo para ver lo peor.

Su voz estaba dura y sus mejillas estaban empapadas, en la sala, Juan, Mariana y Veggeta discutían en lo bajo que deberían haberle contado a Spreen antes de venir para evitar darle un mal rato a Quackity, y que eran todos unos estúpidos.

Spreen tomó un par de servilletas y se acercó a Quackity con delicadeza, limpió sus lágrimas con suavidad, mientras su otra mano se posaba en su brazo y dejaba leves caricias.

—Quackity, lo siento muchísimo— dijo, haciendo que Quackity llorara un poco más con esas disculpas, que venían siempre que salía el tema. —Estoy seguro que Luzu te ama, donde sea que esté, y te cuida con todo el corazón, tienes un ángel para ti ahora, estás más que bien y protegido— acarició sus mejillas y Quackity sonrió mínimamente.

Spreen dejo un beso en su frente.

—Tienes a muchos que pueden acompañarte si te sientes sólo, ¿Lo sabes no?— Quackity asintió. —Bien, que no se te olvide, ahora me tienes a mí también— lo abrazó y Quackity se dejó esconder en su pecho, abrazando su cintura.

Luzu sonrió y se sintió un poco mal por dentro, pero estaba feliz que de su Quackity, pudiera ser feliz con alguien, alguien que estaba vivo y podía vivir con él.

Se acercó en silencio, colocando una mano en el hombro de Spreen, haciendo que un escalofrío lo recorriera.

—Le rompes el corazón y te atormentaré el resto de tu vida— susurró en su oído, y los ojos de Spreen se abrieron ampliamente.

Ghost Of You - Luckity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora