Capitulo 5

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Freen

No puedes hacer esto.

Ignoro la advertencia en mi cabeza, la tomo de la mano, tiro un poco de dinero sobre la mesa y prácticamente salgo corriendo del bar.

Cuando llegamos a la puerta, la tormenta está cayendo con fuerza y es un diluvio.

—Sube —le digo a Rebecca al girarme y darle la espalda.

—¿Me vas a llevar a caballito? —pregunta, pero sonríe como si fuera la mañana de Navidad.

—Así es, princesa. —Salta y la levanto mientras sus brazos rodean mis hombros y sujeto sus muslos—. No querría que tus bonitos pies se embarraran.

—Ponerme sucia no me molesta. —Sus labios se presionan contra mi cuello y juro que mis rodillas se debilitan un poco.

Salgo por la puerta hacia la cálida lluvia. Las gotas hacen eco mientras avanzo y ahogan todas las voces en mi cabeza diciéndome que esto está mal. Que no debería llevarla a la cama. Es la razón por la que estoy en esta maldita isla, para empezar. Cuando la vi en el bar, me sorprendió encontrar algo que me gustara sobre este lugar.

He pasado cada segundo contando hasta poder irme, pero de repente, quiero más tiempo. Ahora que sé que es la dueña del Mermaid, ¿qué diablos se supone que haga? ¿Dormir con ella y hacer que me dé las escrituras?

Soy una imbécil, pero no hay manera de que pueda soportar la mirada de decepción en sus ojos.

¿Por qué no pudo haber sido otra? Cualquiera en ese maldito bar.
¿Por qué la única mujer que revuelve algo en mi interior, algo que creí muerto hace tiempo, resulta ser la única persona a la que necesito joder?

El camino hacia el Mermaid está limpio con toda la lluvia y la arena no puede absorberla lo bastante rápido. Paso por charcos en mis sandalias salpicando mientras veo la luz en la distancia. Intento quedarme bajo la copa de los árboles por cubierta, pero estoy completamente empapada hasta el hueso. Incluso el espacio donde Rebecca se presiona contra mí está empapado y puedo sentirla como una segunda piel.

Joder, ¿por qué tenía que ser tan hermosa, tan pecaminosa? Todo sobre ella es sexo exagerado y todo lo que quiero hacer es hundirme en cada curva. Maldigo la manera en que la necesito con cada paso hasta que la estoy cargando escaleras arriba al porche del hotel. Tengo que decirle que no puedo hacer esto. La deseo tan desesperadamente, pero no puedo tomarla así. Tal vez me lo venderá y después podemos intentar hacer esto funcionar. Pero si me acuesto con ella, voy a enturbiar todos los planes que he hecho.

Lentamente la bajo ahora que estamos a resguardo de la lluvia y me vuelvo para mirarla. Su cabello castaño está pegado a su rostro, pero está sonriendo de oreja a oreja. La luz en sus ojos hace que mi pecho se apriete. No quiero ser la razón de que eso desaparezca alguna vez.

—Nunca me han llevado a caballito —dice mientras coloca sus manos sobre mis hombros.

—¿Ni siquiera cuando eras pequeña? —¿Por qué se tiene que sentir tan malditamente bien cuando me toca?

—No. Mis padres murieron jóvenes y fui criada por mis abuelos. No siempre estuvieron bien de salud y era una niña gordita.

El rubor rosa en sus mejillas me fuerza a extender una mano y tocarlo con el dorso.

—Eres tan hermosa —digo, más para mí que para ella.

Encoge un hombro y aleja la mirada como si no se lo hubieran dicho antes. Toco su barbilla y la obligo a mirarme.

—¿Tienes idea de lo que me estás haciendo ahora mismo? — Intento detenerme, pero no puedo. Cuanto más me acerco a ella, más se tambalea mi voluntad de dejarla. Si la beso, no seré capaz de soltarla.

Paradise (FreenBecky G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora