Capítulo VI: 13ª brigada de infantería

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[600 horas en la 13ª brigada]

El teniente Jeon llegó puntualmente a la oficina del capitán, una sonrisa victoriosa curvó sus labios al comprobar que era el primero. La puerta fue golpeada suavemente y se abrió con un discreto crujido. El sargento Kim entró, saludando con un gesto militar preciso.

—Teniente Jeon, buenos días, señor— saludó el sargento, poniéndose firme.

—Sargento Kim, buenos días— respondió el teniente. Sus ojos se posaron brevemente en el rostro de Kim —¿Descansó bien, sargento?— Preguntó con un tono casual.

—Sí, señor, gracias por preguntar— respondió de inmediato, tratando de disimular su nerviosismo. Un silencio tenso se apoderó de la oficina —Teniente, ¿cree usted en el amor a primera vista?— interrumpió de repente por Taehyung

Jeon lo miró desconcertado —Sargento, ¿acaso sigue bajo los efectos del alcohol?— cuestionó con una cierta sorpresa.

Taehyung negó rápidamente con la cabeza —No, señor, pero creo que estoy enamorado— confesó con una sonrisa tímida que contrastaba con la seriedad de sus palabras.

—¿Enamorado, sargento? ¿Es mutuo?—preguntó Jeon, elevando una ceja con interés.

—En realidad, creo que ni siquiera sabe lo que siento por él— suspiró Taehyung, sumido en sus pensamientos —Teniente, ayer cuando usted... — no pudo terminar la frase, pues la puerta de la oficina se abrió de golpe, interrumpiendo abruptamente sus palabras. Ambos soldados se pusieron inmediatamente en posición de firme, esperando la entrada de su superior.

—¡Vaya, vaya! Qué sensación más satisfactoria. Con que así se siente Kim cuando entra a un lugar— dijo el Teniente Park, entrando a la oficina y soltando una carcajada al ver a sus colegas en posición de firmes.

Jeon lo miró con una mirada fulminante —¡Eres un maldito idiota, Park!— gritó, su voz cargada de furia.

—¿Por qué estás de mal humor, Jeon? ¿Necesitas que vaya a tu habitación esta noche?— mencionó el castaño con una maliciosa sonrisa, disfrutando de la reacción de su amigo.

Jeon lo miró con ganas de estrangularlo, pero antes de que pudieran continuar su acalorada discusión, la sargento Riu entró en la oficina, seguida por el resto de los soldados citados.

—Atención, firmes... ¡El capitán Kim Seokjin, Capitán en jefe de la 13ª brigada de infantería! Saludos a nuestro superior— gritó la sargento con voz estruendosa, poniéndose en posición de firmes al igual que todos los presentes en la oficina.

—Capitan Kim SeokJin, señor— saludaron en unánime voz todos los asistentes

Kim entró, gorra militar, gafas oscuras y una bufanda táctica oculta­ban las marcas de la noche frenética. Se colocó frente a todos, se quitó su gorra y la colocó sobre su escritorio —Buenos días, señores— saludó con voz firme, su tono dejando claro que esperaba total atención. —Este día será muy ajetreado. Este día ingresan los nuevos reclutas, por lo que requiero total concentración en esta actividad. Los grupos ya fueron asignados. Los jóvenes fueron citados aquí a las 930 horas, así que tienen tres horas aproximadamente para terminar cualquier preparativo pendiente— su voz resonó en la oficina, dejando claro que no toleraría descuidos.

—Señor, sí, señor— respondió la concurrencia, poniendo de manifiesto su respeto y disposición.

—Qué bueno ver a todos reunidos— dijo una voz familiar para el capitán y el sargento Kim, proveniente de la puerta.

—Coronel Kim Jong Hyun— Saludaron todos los presentes, poniéndose en firmes, incluido el Capitán.

—Descansen, señores— dijo el coronel, observando a todos los presentes en la oficina. —Me disculpo por interrumpir su reunión matutina, capitán, pero hay un asunto urgente que debo tratar con usted— expresó con seriedad, dirigiendo su mirada a Seokjin.

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