Veintiséis : Verdad al Descubierto

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Yoongi lo pensó mucho.

Aunque Taehyung quería quedarse a su lado toda la noche, sabía que lo mejor era darle su espacio al alfa para que pensara con claridad. Yoongi le aseguró que estaría bien, se prepararía algo de comer y se daría un baño.

Yoongi se quedó pensando en la regadera hasta que el agua caliente se acabó.

No pudo dormir en toda la noche, pero cuando los primeros rayos de sol empezaban a asomar por la ventana, ya tenía una respuesta. Se cambió de ropa y se dirigió hacia el metro de la ciudad. No le importaba ausentarse otro día al trabajo, tenía que hablar con Jimin ese mismo día.

Su mente estuvo divagando todo el camino que le tomó llegar a la calle donde vivía Jimin. Repitiendo una y otra vez lo que le diría a Jimin, aunque sabía que tendría suerte si primero le abría la puerta. Secó sus manos húmedas en sus pantalones y tocó el timbre.

Pasaron sólo unos segundos cuando la puerta se abrió. Pero no era Jimin quien estaba frente a él.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó Hoseok, con una mano sobre el marco de la puerta, bloqueando la vista hacia el interior.

La sorpresa fue clara en su rostro, no era la persona a la que esperaba ver. Se mantuvo tranquilo, aunque el disgusto del otro alfa era claro. Pero Yoongi no lo podía juzgar.

— Vengo a hablar con Jimin.

Hoseok frunció el ceño. Yoongi pudo saber que el alfa había pasado la noche en el departamento, pues notó la pijama que estaba usando y el cabello desordenado. Tal vez lo había despertado cuando tocó la puerta.

— ¿A las 8 de la mañana? — preguntó incrédulo.

— Es importante. — fue lo único que dijo.

El alfa estaba decidido a no dejarlo pasar al departamento. Dio un paso hacia atrás para cerrar la puerta, pero una tercera voz se unió a ellos.

— Hyung.

Ambos alfas miraron hacia el interior del departamento, donde Jimin, en pijama, se encontraba en medio de la sala. Ninguno de los dos estaba seguro a quién se refería. El omega caminó tranquilamente y se colocó detrás de Hoseok, posando una mano sobre sus hombros tensos, intentando calmar la tensión palpable en el ambiente.

El corazón de Yoongi dolió un poco cuando lo vio. Su omega se veía vulnerable, con las ojeras marcadas y los ojos hinchados por el llanto. Lo que Yoongi había hecho resonaba con fuerza en su interior, incrementando la culpa que lo carcomía.

— Déjalo pasar, hyung — dijo Jimin, con la voz ligeramente quebrada. Se veía tan frágil en aquel momento, tras el cuerpo del alfa. Yoongi notó que evitaba mirarlo directamente a los ojos, lo que lo hizo sentir peor.

Hoseok desvió su atención del alfa, buscando la mirada de su amigo. Y como si se estuvieran comunicando por la mente, Jimin asintió, reflejando una decisión silenciosa.

— Estaré en la habitación, por si necesitas algo. — dijo Hoseok en un tono bajo, casi susurrante, antes de girarse y desaparecer en el interior del departamento.

Jimin no dijo nada más. Simplemente caminó hacia la sala, sus pasos resonando en el suelo de madera como un eco de la tensión que llenaba el aire. Yoongi lo siguió en silencio. El ambiente estaba cargado, cada rincón del departamento parecía oprimirlo, intensificando la incomodidad que crecía con cada segundo.

— ¿A qué viniste, hyung? — preguntó Jimin después de unos minutos en silencio.

Yoongi relamió sus labios resecos, sus manos entrelazadas con un ligero temblor.

— Te quiero pedir perdón, Jimin. — su vista se dirigió al omega, el cual se encontraba sorprendido por las palabras del alfa. — No estuvo bien el cómo intenté solucionar las cosas contigo.

Jimin soltó una pequeña risa.

— ¿Solucionar? — preguntó, sin una pizca de diversión.

— Evadir — se corrigió el alfa, bajando la mirada a sus manos. — No estuvo bien. Pero me gustaría que entendieras las razones por las que lo hice.

Jimin no contestó. Desvió la mirada hacia el pasillo, sabía que Hoseok saldría de la habitación en el momento que él lo dijera, estaba en su derecho de no escuchar a Yoongi. Todavía le dolía lo que había sucedido, y no sabía si tendría la energía de recibir otro golpe emocional, pero, pensó que tal vez era mejor dejar todo claro.

Terminó por asentir, dejando que el alfa siguiera.

Yoongi tomó una gran cantidad de aire, con las emociones a flor de piel.

— Recuerdas cuando en el ensayo de la boda de tu hermano, discutimos porque pensaba que te avergonzabas de mí. — empezó Yoongi, muy diferente a como pensaba que iba a iniciar esa conversación.

Jimin asintió, nuevamente en silencio.

— Es un miedo recurrente que he tenido desde que nos conocemos. — continuó el alfa, en voz baja, finalmente abriéndose a lo que había ocultado durante años. — No ser lo suficientemente bueno para ti, y que termines por avergonzarte de mí.

— Yoongi hyung, sabes que yo nunca... — dijo Jimin, con una mueca de tristeza y confusión en su rostro.

— Lo sé. — Yoongi lo interrumpió, aunque sabía a lo que se refería — Pero sé que a tu familia no le agradaría que salieras con alguien como yo. Y sé que a la larga eso te terminaría afectando, Jimin.

Jimin frunció el ceño, su mente luchando por procesar las palabras de Yoongi. Cada frase que el alfa pronunciaba era como una pieza de un rompecabezas que no sabía que existía..

— Pudiste haberlo hablado conmigo. — dijo aún con confusión en su rostro. — Pudimos haberlo resuelto, ¿por qué decidiste irte tan repentinamente?

El alfa hizo una pequeña mueca.

— En la boda... — dijo, tomando una pequeña pausa, sintiendo que le faltaba el aliento. — Escuché a tu madre hablar con alguien. Prácticamente negando lo que había entre nosotros, aunque era demasiado evidente. Confirmé que tus padres nunca aceptarían lo nuestro.

Jimin se quedó en silencio. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Ahora se daba cuenta que tal vez, aunque el alfa hubiera querido proteger de su propia familia,Jimin no lo había protegido. Siendo él quien los conocía mejor y sus prejuicios hacia la gente fuera de su círculo social.

Tal vez lo había normalizado tanto en su vida, que jamás pensó en detenerse a hablarlo con Yoongi.

— Tuve miedo, Jimin. — concluyó el alfa.

Jimin suspiró, pasándose la manga de su pijama por los ojos antes de que cualquier lágrima cayera. Y pasó sus manos por su cabello, antes de hablar.

— Yo...lo lamento, hyung. — dijo el omega en un pequeño susurro. — Sigo pensando que pudiste haberlo hablado conmigo. Porque quien va a salir contigo soy yo, Yoongi, no ellos. Debiste hablar conmigo.

Los ojos de Yoongi brillaban por las lágrimas que retenía. Pues aunque ya tenía 30 años, aún había veces, como en ese momento, que se sentía sólo un chiquillo de 18.

Tomó la mano de Jimin, la cual estaba cálida, y conectó su mirada con la del omega.

— Por favor, dame otra oportunidad, Jimin.

Jimin no apartó su mano de la de Yoongi, pero tampoco la estrechó. En lugar de eso, sus ojos se clavaron en los del alfa, buscando desesperadamente una respuesta que aún no sabía si estaba dispuesto a dar.



¿Listos para el gran final este fin de semana? 👀

Can't (Help) Falling In Love | YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora