Capítulo IV

6 1 0
                                    

Como aquel día, el cielo rompe en llanto y humedece las finas calles de París. Miro la lluvia por el gran ventanal de la habitación y la torre Eiffel hace más agradable mi vista. Aún así, mi mente divaga entre que decisión tomar, irme y dejarlo ahí dormido como un ángel, o quedarme y despertarlo a besos, y con un poco de suerte terminar en un maldito final feliz.

Pero ya había decidido que hacer y no era precisamente caminar de su mano por dichas calles. Sería su amiga por siempre, ahí pertenecía y debía reconocerlo. Tal vez sea hora de conocer a alguien que realmente hiciera arder el mundo solo por estar conmigo, lo merecía, claro que lo merecía.

Los mensajes de Shania me informaban que estaban esperándome en el lobby, tomé mi maleta y me armé de todo mi valor. Le di un cálido beso de despedida y salí de ahí con lágrimas en los ojos pero había logrado irme.

Todo fue diferente después de eso. Volví a casa y me tomé un tiempo para volver a adaptarme a mi vida. Mi hermana Lana se había ido a estudiar a Japón, y Layla había dado a luz hace meses, así que vivía con el bebé Noah y su esposo Jay, en casa de nuestra madre por un tiempo. Las chicas me habían dicho que mamá salía los sábado por la noche muy arreglada, así que era otro misterio que debíamos descubrir.

Zamira y Max, volvieron a encontrarse y próximamente terminaríamos la sorpresa para la propuesta de matrimonio que será un éxito. Ella había pasado un par de semanas en Londres con él y me llamaban cada noche pero debía regresar al trabajo. La familia Mckenzie también se habían tomado unas vacaciones para ir a ver a Kay, pero recientemente habían vuelto y yo los había recibido en el aeropuerto muy gustosa.

Todos estaban bien...

Y siempre que lo pienso así, algo sucede cambiándolo todo y está no era la excepción.

Ahí estaba yo, sentada en el suelo de mi baño, con un test de embarazo positivo en mis manos...

Me mantenía en shock, pero a pesar de que esto tirara a la basura todo mi tiempo de sanación, no lo llegaba a ver cómo un obstáculo. Sólo estaba ahí existiendo, y me imaginaba su tamaño, porque habían pasado casi 3 meses y si no es por Zamira, no hubiera sospechado nunca y seguiría pensando que sólo era algo hormonal.

Había un bebé dentro de mi, y mi corazón saltaba emocionado por ello, pero mi mente se mantenía congelada en todo lo que sucedería ahora. Era mayor, pero no era una mujer con una vida normal y tranquila, todo lo contrario, siempre estaba de un lugar a otro, ¿como lo criaría? No se como pasará, pero me las arreglaría para que estuviéramos bien, sólo necesitaba tiempo para adaptarme. Y bueno, no es como si tuviera mucho antes de que mi panza crezca y medio mundo se entere. Eso lo resolvería luego, porque él no podía enterarse, y no estaba para negociarlo.

Escucho pasos acelerados provenientes del pasillo y mi amiga abre la puerta con fuerza y corriendo, pero se detiene al verme en silencio sin moverme, solo viéndolo. 

- Entonces? Tendremos un bebé?- preguntó en tono suave, pero podía notar su inquietud.

Al no tener respuesta toma la prueba de mis manos y observa por ella misma las dos rayas rosas. Tal vez hubiera pensado que lloraría o se angustiaría, pero no. Ella sabía lo importante que era esto para mi, y no solo por ser de él, si no por mis ganas de tener una familia propia, alguien a quien amar incondicionalmente y con cada parte de mi. 

- Estas embarazada

-Estoy embarazada- Confirmé mientras me levantaba 

-ESTAS EMBARAZADA!!! AAAAAAAAH VOY A SER TIAAAAAA!!!!- Grita con emoción mientras salta y el edificio se estremece, espero que los vecinos no se quejen - TENDREMOS UN BEBÉ!!!!

Más Allá De Nosotros- En Proceso √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora