Al entrar en la casa, fui recibida por la suave calidez de mi hogar y el familiar aroma a lavanda que mamá siempre utiliza para perfumar la sala de estar. Me quité los zapatos y dejé el libro sobre la mesa, con la intención de prepararme una taza de té antes de sumergirme en la lectura.
Se escuchaba un poco de ruido en la cocina; al parecer, mamá trajo a alguien a comer. Espero que esta vez no sea la tía Tiffany, la última vez que vino se comió mi última porción de brownies.
– Mamá, estoy en casa – avisé mientras me asomaba por la puerta, lo suficiente para ver quién estaba con ella. Mi madre, siempre radiante, me saludó con una sonrisa. Sin embargo, mi corazón dio un vuelco al ver a la persona sentada a la mesa.
No era la tía Tiffany, para mi alivio, pero tampoco alguien que esperaba. Frente a mi madre, con una expresión algo incómoda pero amigable, estaba Jihyo. Casi me desmayo al verla, estoy segura de que mi rostro se volvió blanco al verla.
– ¡Hola, cariño! – dijo mi madre con entusiasmo, – Quiero presentarte a alguien. Esta es Park Jihyo. Es una antigua amiga de la secundaria, volvió a Corea hace apenas unos pocos días, así que pensé que sería agradable invitarla a cenar.
Jihyo se levantó y me saludó con una leve inclinación de cabeza. – Un placer conocerte – dijo con una sonrisa cómplice.
– Hola, igualmente – respondí un poco nerviosa, sin poder evitar la sorpresa en mi voz.
– Me ha contado mucho sobre ti, y me pareció que sería una buena oportunidad para conocernos – continuó Jihyo.
– Mamá, hubiera estado bien que me avisaras que tu gran amiga era Park Jihyo – le dije en un susurro, lo suficientemente bajo para que solo ella pudiera oír.
– Oh, no te preocupes, fue algo de último momento. Además, pensé que estarías entretenida con Joy y tu libro – respondió ella en el mismo tono, dándome una mirada cómplice.
Suspiré, sabiendo que no tenía otra opción más que unirme a ellas para la cena. Me acerqué a la mesa y me senté, observando cómo mi madre servía una generosa porción del estofado que solo preparaba en ocasiones especiales. Me pregunté si estaba tramando algo o si esto era solo un intento de broma.
La conversación durante la cena fue algo incómoda. A medida que la noche avanzaba, me sentía cada vez más nerviosa. Mamá y Jihyo conversaban naturalmente mientras yo sentía que estaba por entrar en crisis.
Cuando la cena terminó, Jihyo se ofreció a ayudar a mi madre con los platos, pero ella insistió en que no era necesario. Al momento de despedirse, mamá y ella se saludaron; no pude evitar acompañarla a la puerta. Aun no asimilaba que acababa de cenar tranquilamente como si fuera cosa de todos los días, con la maldita Park Jihyo.
– Nos vemos de nuevo, señorita Chou – habló mirándome con gracia; se veía tan estupenda a la luz de la luna que sentía que todo lo que estaba sucediendo era un sueño.
– S-sí, de nuevo – no pude evitar tartamudear al responder, estaba tan nerviosa.
– Nunca hubiera imaginado que tú eras la hija de Taeyeon; siempre me contó de su linda e inteligente hija, la que tanto disfrutaba escribir y leer. Me atrevo a decir que tenía mucha curiosidad por conocerte. Y ahora que por fin sucedió, creo que podría hacerte una propuesta. ¿Te interesa? – habló acercándose un poco más.
– Me encantaría escuchar todo lo que puedas decirme – tomé un poco de coraje para responder, cosas como esta no suceden todos los días. Aunque, a este punto, mi vida es tan confusa y loca, que podría considerar que formo parte de una novela cómica.
Pude ver cómo su sonrisa aumentaba, esto se siente tan irreal. – Bueno... supongo que estás enterada de los resultados del sorteo. Por lo que mi propuesta es darte la oportunidad a ti también; no quiero que esto suene como si lo hiciera únicamente por darle el gusto a Taeyeon, aunque en parte sí, pero el punto al que quiero llegar es que sé que tienes talento, Tzuyu. Antes de que llegaras, tu mamá me mostró algunas de las cosas que escribes y me alegra decirte que son muy buenas. Sé que esperabas mucho poder trabajar conmigo, me lo dejaste muy en claro con tu gran emoción ese día. – Hizo una pequeña pausa. – Quiero apoyarte en todo lo posible, ayudarte a explayar tu imaginación y mejorar tus capacidades. Quiero que escribamos juntas, Tzuyu; no suelo hacer este tipo de cosas, pero esta vez voy a hacer una excepción contigo. ¿Lo considerarás, sí?
– Yo... me encantaría, ¿pero qué sucede con el proyecto? Aún debes trabajar con quien fue seleccionado en el sorteo – dije no muy convencida. Es la propuesta de mis sueños, pero si eso conlleva dar mala imagen al interferir, creo que daría un paso atrás. Lo último que quiero son más problemas.
– Seguiré con ese proyecto, de todas formas no sería la primera vez que escribo dos libros simultáneamente – habló restándole importancia.
Esta es mi oportunidad, por fin me sucede un milagro en la vida.
– Entonces, de ese modo, estoy más que agradecida contigo. Te admiro muchísimo, y esta podría ser mi más grande oportunidad de poder mejorar en todo aspecto, o al menos hacer el intento. – Estoy tan emocionada que podría saltar de alegría ahora mismo, aunque, por obvias razones, me voy a reprimir de hacerlo.
– Okay, perfecto. Si es así, entonces le voy a pedir a Tae que me pase tu contacto para mantenernos al tanto, así podemos coordinar los tiempos y ver cuándo comenzamos – dijo tomándome del hombro; su confiada actitud me está poniendo los pelos de punta.
– Entonces... nos vemos, hasta pronto, Tzuyu. Que descanses bien – se despidió de mí. Incapaz de moverme, miré cómo entraba en su auto y luego saludaba desde el interior, para luego arrancar rápidamente e irse.
Después de que se fue, me quedé un rato afuera, aún no asimilaba todo lo que había ocurrido. Cuando me decidí a entrar a mi casa, me dirigí a la cocina donde estaba mamá y no pude evitar preguntarle:
– ¿Por qué no me dijiste que la conocías? Sabías que la adoro – la miré con reproche.
Ella me miró con una expresión traviesa. – Sabía que te ibas a morir de los nervios. Solo pensé que sería una buena oportunidad para que por fin la conocieras. Además, parece que le caíste bien.
Me encogí de hombros, sin poder ocultar una sonrisa. – Supongo que sí.
Voy a evitar el detalle de contarle la propuesta que me hizo; supongo que ya lo sabe de todas formas. Mamá es demasiado astuta, lo más probable es que todo esto fuera parte de su plan.
Subí a mi habitación, acompañada por mi gato, que no dejaba de seguirme. Al acomodarme de nuevo en la cama con un libro en la mano, no pude evitar pensar en cómo las cosas inesperadas parecían ser las que más cambiaban mi rutina. Y mientras el gato se acurrucaba a mi lado, decidí que tal vez, solo tal vez, me dejaría llevar y no sobrepensaría como hago siempre.
Mientras me acurrucaba en la cama, con el gato ronroneando a mi lado y el libro abierto sobre mis rodillas, mi mente no podía dejar de dar vueltas a la propuesta de Jihyo. Era una oportunidad que había soñado durante tanto tiempo, y ahora que estaba tan cerca, me parecía casi irreal. Cerré el libro sin siquiera haber leído una página, mi mente demasiado ocupada con los "¿y si?".
Me giré para apagar la luz, dejando que la oscuridad llenara la habitación, pero no la inquietud en mi pecho. Mientras las sombras danzaban en las paredes, decidí que no podía dejar que el miedo o la incertidumbre me detuvieran. Había llegado el momento de dejar de ser espectadora de mi vida y tomar las riendas.
"Lo haré", pensé antes de cerrar los ojos, dejando que una suave sonrisa se formara en mis labios. "Voy a escribir con Jihyo y daré lo mejor de mí".
El sueño finalmente me envolvió, lleno de sueños en los que las palabras fluían como un río, y mi vida, finalmente, comenzaba a tomar la forma que siempre había imaginado.
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Erotismo / Jitzu
FanficZhou Tzuyu era una estudiante universitaria que amaba muchísimo escribír, por lo que su sueño era ser escritora para una editorial. Y cuando un día se le presentó la oportunidad de participar en la redacción de una de las novelas de Park Jihyo, la e...