Tres

49 12 0
                                    


La oscuridad yacía en la casa de Cellbit, las luces también estaban apagadas, era hora de dormir, o eso dijo el humano, pero él solamente esperaba a que Roier lo hiciera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La oscuridad yacía en la casa de Cellbit, las luces también estaban apagadas, era hora de dormir, o eso dijo el humano, pero él solamente esperaba a que Roier lo hiciera.

Luego de casi una hora acostado en su cama se levantó aún con la ropa puesta y con más armas de las que solía cargar.

Abrió la puerta lentamente sin hacer ruido y caminó por el pasillo con el mismo cuidado, bajó las escaleras de dos en dos para salir antes.

Se acercó a la puerta, quitó la alarma, las cerraduras que tenía y tomó el pomo, giró a ver hacia atrás buscando al vampiro pero este no estaba, o al menos eso creía.

Comenzó a abrir la puerta con lentitud y sin hacer ruido, estaba por salir cuando sintió como unas manos lo empujaban y la puerta se abría por completo dejándose escuchar el sonido de quemaduras.

—Ahhh— se escuchó desde afuera, Cellbit se levantó del suelo y se quedó en el borde de la puerta observando al vampiro en el suelo.

Rió —Debí decirte que las vallas también están hechas con Hippomane mancinella— guiñó un ojo aunque no pudieran verlo.

Roier gruñó mostrando sus ojos negros y nuevamente fue contra las vallas tratando de pasarlas pero era una causa perdida, su ropa y la piel comenzó a quemarse y la fuerza del vampiro comenzó a debilitarse terminando por caer al pasto.

—¿Terminaste?— dijo Cellbit —Ahora entra— dijo en un tono imperativo y molesto viéndolo fijamente.

—Vendrán a buscarme— rió —Y te matarán.

—Que vengan— pronunció —Tú no saldrás de aquí hasta que yo quiera.

Las heridas del ser sobrenatural comenzaron a curarse y su piel volvió a ser la misma, pulida y pálida.

—Eres muy listo o muy imbécil por hacer esto, Lange— dijo —¿Cuál es el punto?

—No tengo porque decírtelo, no eres más que una asquerosa sanguijuela que mata inocentes— pronunció molesto.

—¿Es eso?— susurro Roier escuchando en todo momento los latidos de Cellbit —¿Por matar inocentes?

—Ve adentro— pronunció y sólo sintió como la velocidad del castaño lo empujaba.

Cerró la puerta y salió de su casa saltando las vallas.

Cerró la puerta y salió de su casa saltando las vallas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Atropa belladonna - GuapoduoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora