Amor

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-No... no, no, no, NO, NOOOOO.

Todo pasó tan rápido para Percival.  Vio cómo su persona especial era herida gravemente por aquella bruja, y también toda la familia del Rey Hada. Sentía demasiada rabia, desesperación por ver al chico intentado aguantar a pesar de sus heridas.

Pero verlo empezar a caer lo hizo reaccionar.

Percival no pudo más, iba a romper la promesa que tanto defendía. No iba a dejar que Nasiens muriera en su presencia. Inmediatamente se manifestó en su cuerpo. El peliverde abrió los ojos, se levantó de la "cama" donde se encontraba, y rápidamente salió volando disparado hacia Nasiens.

-¡NASIEEEEEEEENS! - Gritó desesperado, en eso llegó antes de que Nasiens tocara el suelo, lo sostuvo con un brazo en sus hombros, evitando que se golpeara.

En ese segundo que tardó en llegar, rápidamente activó su magia, curando a todos los afectados por los ataques de aquella bruja llamada Worreldane, salvándoles la vida.

-Nasiens... aquí estoy. -Percival se arrodillo para ver la condición del chico, pero algo andaba mal: a pesar de haber curado sus heridas, Nasiens no respondía. -...¿Nasiens, qué pasa? ya estás a salvo... - Empezaba a temblar, se supone que todo ya iba a estar bien, ahora que despertó para protegerlo, sin embargo Nasiens seguía sin responder, no abría los ojos.

-¿Oh? Quién es este apuesto muchacho.- Escuchó una voz a sus espaldas.

Pero Percival no podía pensar en otra cosa que no fuera Nasiens, seguía viendo su cara, esperando que despertara, pero no sucedía nada.

-¿Qué pasó?- la familia se levantó, curados completamente de sus heridas.

-Pero... estoy seguro que atravesó mi corazón.- King decía completamente sorprendido, no tenía ni una herida.

Worreldane al darse cuenta que nadie murió, miró con curiosidad a ese chico que llegó, y de repente, puso una expresión algo sorprendida.

-No puede ser, ¿eres el jinete de la muerte? Ese cabello es inconfundible.- Pensó mientras observaba la escena, entonces se le ocurrió que aprovecharía la oportunidad de su distracción.

-Lo siento mucho cariño, pero debo pedirte que mueras otra vez para mí. -Levantó su mano con delicadeza. -Shock stinger.

Rápidamente varios rayos de luz salieron disparados hacia el joven de cabellos verdes, completamente vulnerable.

Una nube de polvo se esparció por la escena, haciendo que los presentes no pudieran ver el destino de Percival y Nasiens.

-¡NO, MI BEBÉ!- Gritó desconsolada Diane. 

La nube comenzó a disiparse, pero lo que vieron sorprendió a todos.

Percival había creado una espada de luz con su brazo izquierdo, cancelando rápidamente los ataques. En su brazo derecho, tenía a Nasiens protegido, la cabeza apoyada en su cuello.

Worreldane, impresionada, estaba más interesada.

-Vaya, así que eres tú de verdad, eres muy interesante.

Pero Percival seguía ignorándola, rápidamente cargó en sus brazos a Nasiens y se acercó con la familia del Rey hada.

-Cuídenlo por mi, ¿sí?.

Depositó suavemente a Nasiens en el suelo, pero antes de levantarse, posó su mano en una de sus mejillas. 

-Volveré pronto.

-¡Espera, Percival! - Escuchó decir, pero hizo caso omiso.

Percival salió disparado hacia Worreldane, el odio que sentía era algo que nunca había pensado sentir. Nadie lastimaba a Nasiens y se salía con la suya.

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