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Desesperación

¿U-un oso? - Nasiens miró hacia arriba, no se había percatado de la gran presencia que estaba sobre ellos, el dolor lo había distraído mucho.

¡KING! - Escuchó una voz conocida, intentó voltear con su brazo en mal estado, no podía moverse mucho. Se dio cuenta que  el rey y la reina habían llegado a detener a Mertyl. También escuchó otros pasos, parecía que toda la familia estaba en la escena. -No... vayanse. -Pensó Nasiens con una expresión de dolor y tristeza, no quería ser la causa de que se enojaran con su hijo mayor.

Todo se volvió un caos. Los reyes estaban devastados por lo que Mertyl casi hacía, pidiendo explicaciones. Este, se desquitó con grandes lágrimas amargas, explicando que siempre se sintió con miedo que lo echaran del reino de las hadas, ya que conocía la verdad de que no era su hijo biológico, y que nunca podría ser un hada o un gigante como sus hermanos.

-Discúlpame, no pensé que estuvieras sufriendo tanto. - Dijo Diane con una voz triste, cubriéndose un poco la cara con su cabello.

Nasiens notó que el rey no decía nada, pero tenía una cara muy seria. De repente, hizo una seña y el oso gigante tomó a Mertyl en una de sus manos. Parecía que iba a golpearlo, pero en realidad sus puños se dirigieron al suelo donde estaba la sombra de este,  inmediatamente salieron varias figuras encapuchadas.

-Así que ustedes son los que se estaban escondiendo... ya veo por qué la lanza espiritual los dejó entrar, usaron a Mertyl como pase.- Dijo King muy serio ante ese descubrimiento.

-¡Ah! esos tipos son asesinos de Camelot.- Nasiens intentó pararse, pero el dolor no lo dejaba.

-No te muevas, Nassie. Tienes el brazo completamente roto.- Decía Tioreh mientras intentaba detenerlo de levantarse. En eso volteó a un lado y se dio cuenta que algo estaba intentado tocar a Nasiens. -¿Pero qué...?- Pensó la princesa mientras observaba cómo el brazo de su hermano empezaba a brillar de una tonalidad verde, casi imperceptible. 

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Percival estaba intentado curar el brazo de Nasiens lo más rápido que podía, pero al estar en una forma tan pequeña estaba algo limitado. Tenía sus poderes, pero tardaban más en hacer efecto.

-Vamos... -Pensó mientras se concentraba. Mientras más rápido Nasiens estuviera a salvo, mejor. Las cosas se estaban poniendo cada vez más feas, dirigió su mirada un momento a la escena y se dio cuenta que el hijo mayor del rey hada y la reina gigante se transformó, parecía un monstruo creado por magia del Caos. El rey y Sixtus, el segundo hijo, se fueron para perseguir a los invasores, mientras que la reina se quedó para intentar tranquilizar a Mertyl. En eso, sintió una energía a su alrededor, y se dio cuenta que el rey puso una protección sobre Nasiens y Tioreh.

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Nasiens se sentía inútil, quería evitar que Mertyl siguiera sufriendo, pero en ese estado no podía hacer mucho, menos ahora que el rey hada los había atrapado en una especie de burbuja.

La familia que se quedó para intentar detenerlo, no podía hacer mucho; parecía que el hijo mayor había obtenido un gran poder y resistencia. Todos fueron atacados y retrocedieron.

Nasiens sintió cómo su corazón latía rápido con angustia, no quería llegar a aceptarlo, pero en el fondo sabía que todos ellos eran su familia biológica, y esos dos años que pasó con ellos no pudo evitar tomarles un gran cariño. En eso, de manera repentina, sintió las fuerzas volver hacia él. Se levantó sin ningún esfuerzo.

-Tenemos que proteger a todos, incluido Mertyl. - Dijo Nasiens parándose completamente, con una gran determinación en su rostro.

-¡Nassie! ¿qué pasó con tu brazo? - Comentó Tioreh, no podía creer que el chico estuviera tan tranquilo de repente.