𝟬𝟱. 𝗞𝗶𝘀𝘀, 𝗞𝗶𝘀𝘀, 𝗕𝗶𝘁𝗰𝗵𝗲𝘀

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—Este sitio es maravilloso.

Observé las impresionantes vistas del atardecer junto a Luke, mientras estábamos sentados en un lugar conocido como "El Puño de Zeus". Desde allí, podíamos ver todo el campamento a nuestra izquierda y el vasto bosque a nuestra derecha. El suave viento que acariciaba mi rostro y cabello añadía una sensación aún más placentera al momento.

Habían pasado un un día desde Percy se había embarcado en la misión del rayo maestro. El hecho de que aún no había ninguna información sobre el solo incrementaba mi ansiedad. Luke me sugirió que viniéramos a relajarnos un rato mientras observábamos cómo el sol se escondía tras las montañas, dando paso a la luna para brillar.

—Suelo venir aquí para estar a solas — me confesó Luke, encogiéndose de hombros —Supongo que es mejor que ir a terapia.

Fruncí el ceño, intrigada.

—¿Tenemos terapeuta en el campamento?

—No, pero deberíamos.

Asentí en señal de acuerdo. Claramente, a muchas personas de este lugar les faltaba no solo un buen tornillo, sino toda la ferretería.

Mis pensamientos volvieron a Percy mientras contemplaba el cielo. Después de todos estos años conviviendo con él, nunca habíamos peleado tanto como para decirle que se muriera como el diciéndome: "Si haces algo para venir a la misión conmigo juro que te mato".

Aunque sonara absurdo, mi yo de siete años le habría creído.

Miré a Luke, que se veía casi irreal observando el paisaje. Sus rasgos masculinos se habían suavizado un poco y parecía perdido en sus pensamientos.

Su corazón latía con normalidad, estaba en calma. A veces, sus emociones me golpeaban de repente, haciéndome sentir un rencor emergente de la nada. No me atreví a preguntar en qué estaría pensando en esos momentos.

Así que, naturalmente, decidí hablar sobre su familia:

—¿Qué hay de tus padres? — le pregunté, captando su atención al instante.

—¿Mis padres?

—Me dijiste que habías conocido a Hermes una vez. ¿Cómo fue?

Quizás no debería haberle preguntado sobre eso.

Su rostro se endureció de nuevo y una ola de emociones negativas me abrumó, haciéndome retroceder mentalmente. ¿Qué le pasaba? Sus ojos parecían más oscuros que antes.

—No fue nada bonito — admitió, en un murmuro —Preferiría que no lo mencionaras.

La cicatriz en su rostro se hizo más presente y me pregunté si Hermes habría tenido que ver en algo.

—Entiendo —murmuré —¿y tú ma...?

—¿Sabes? Percy y tú sois bastante distintos — me interrumpió, con una ligera sonrisa —Él es como una marea en calma que más tarde se convierte en un maremoto. Tú, por otro lado... Eres como una montaña rusa que cambia de personalidad con cada persona diferente.

Mis mejillas se sonrojaron escuchándolo, no sabía porqué le gustaba compararme con tantas cosas pero eso no apartó de mi mente el hecho de que había preferido esquivar la pregunta sobre su madre. Tal vez tampoco había tenido muy buena relación con ella.

Me cuestioné cómo habría sido mi relación con mamá si hubiera estado con ella en ves de ser una rebelde. Sally a menudo la recordaba como una mujer estricta y sobreprotectora, y sí, era mejor que fuera así.

—Percy tiene un corazón muy noble —admití, sonriendo levemente —Yo en cambio... bueno, soy bonita.

Luke soltó una risa suave, y negó con la cabeza.

𝗧𝗛𝗘 𝗦𝗠𝗔𝗟𝗟𝗘𝗦𝗧 𝗠𝗔𝗡 𝗪𝗛𝗢 𝗘𝗩𝗘𝗥 𝗟𝗜𝗩𝗘𝗗 || 𝖯𝖩𝖮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora