𝟬𝟲. 𝗜'𝗺 𝗡𝗼𝘁 𝗛𝗲𝗿, 𝗟𝘂𝗸𝗲

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Ese beso, ese maldito beso me dejo loca, pero no tanto de cuando le di una carta cara a cara am chico que me gustaba en la escuela, Percy nunca se entero de eso, menos mal.

Pero si, me encontraba volviendo a extrañar a mis seres queridos.

Mamá, Percy... Incluso extrañaba mi doble vida euro-americana; entrenar era agotador, el calor en el campamento me irritaba demasiado aunque a la mayoría no le afectaba y las clases de griego ya estaban comenzando a aburrirme.

Lo único que se podía decir que me entretenía era pelearme con Clarisse y su séquito de idiotas, disfrutaba sacarles de quicio tanto como ella disfrutaba lanzar comentarios sobre la integridad de Percy en la misión cuando yo estaba cerca.

Aquello había ocupado mi mente durante días entero. ¿Qué sería de mi hermano ahora? ¿Se estaría alimentando bien? ¿Annabeth y Grover lo cuidaban? ¿Le habrían picado muchos mosquitos? Diversas preguntas revoloteanan por mi cabeza tan eufóricamente que no me había dado cuenta de la estocada que Luke lanzó en mi dirección, haciéndome tropezar hacia atrás y caer en la tierra.

—¡Ay! ¡Carajo!

Luke se rió entre dientes desde arriba y contemplé lo maravillosa que se veía su figura bajo el sol sobre nosotros, que solo parecía dificultarme más el entrenamiento, y me tendió una mano.

—Es fácil desarmar a tu oponente cuando tiene la mente en el drama amoroso de Justin Bieber y Selena Gómez  — comentó animadamente.

Fruncí el ceño.

—No estaba pensando en eso — repliqué, luego observé la espada que me habían prestado a unos metros de mi cuerpo y me sonrojé apartando la mirada —No esta vez...

Acepté su mano y me levanté sacudiendo la tierra de mi ropa; si entrenar ya era malo de por sí, entrenar con espada era un infierno para mí. Aunque Luke trataba de ser lo más suave conmigo, sabía que no podía evitar presionarme para que me esforzara y lograra contratarle. Pero en vano, darme a mi una espada era como darle a Percy un libro de química.

—Tengo que seguir entrenándote — Luke cruzó los brazos sobre su pecho mientras me observaba —Siento que no has avanzado nada.

—He nacido para disparar flechas, no para empuñar una espada.

—El arco y las flechas no sirven contra un enemigo cuando lo tienes tan cerca, Charlotte — me insistió —En una guerra, estarías muerta.

Me burlé. —Dudo que alguna vez tenga que enfrentarme en una guerra

La única guerra por las que yo había pasado eran contra Percy cuando quedaba el último trozo de pastel en la nevera o cuando nos peleábamos por el control remoto de la televisión.

A Luke no pareció hacerle gracia pues se mantuvo callado, mirándome con seriedad. Parecía debatir algo consigo mismo hasta que finalmente suspiró, mi corazón dio un vuelco notando el sentimiento de protección y seguridad que emanaba en él.

—Nunca digas nunca cuando eres un semidiós — me aconsejó.

—No lo dije — sonreí con malicia —Pero he matado a un perro del infierno y he hecho puré a otra horda de animales aún peores — él levantó las cejas, curioso —Clarisse y sus hermanos — especifiqué.

Negó con la cabeza sonriendo y me encantó su sonrisa. Descubrí que me encantaba todo de él.

Luke se agachó para recoger la espada caída, y mientras lo hacía, me quedé observando la manera en que la luz del sol jugaba con su cabello negro. Era un contraste interesante: la suavidad de sus rasgos y la dureza del acero que empuñaba. Me encontraba sumida en mis pensamientos, admirando cada detalle de él, desde su postura firme hasta la manera en que sus ojos reflejaban una mezcla de determinación y algo más, algo que no lograba identificar.

𝗧𝗛𝗘 𝗦𝗠𝗔𝗟𝗟𝗘𝗦𝗧 𝗠𝗔𝗡 𝗪𝗛𝗢 𝗘𝗩𝗘𝗥 𝗟𝗜𝗩𝗘𝗗 || 𝖯𝖩𝖮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora