CAPÍTULO 9

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MINIMARATÓN 2/2

JANA

Abrazo a Becca sintiendo como sus lágrimas mojan mi hombro y le doy el tiempo que necesita para calmarse un poco antes de dejarla sentada en el sofá e ir a la cocina en busca de un vaso de agua. 

- Ten- digo dándoselo a  lo que ella me sonríe. 

- Gracias cielo. 

No puedo evitar volver a sentir especial al escucharla llamarme así, exactamente igual que esta tarde cuando me lo dijo por primera vez. Todo esto es muy nuevo para mí, nunca he estado en una relación, pero Becca hace que me sienta segura, a su lado se que nada malo puede pasarme. Por eso decidí venirme con ella, pero lo que menos me esperaba es que el primer día volviera en este estado del trabajo. 

- He discutido con mi mejor amiga- confiesa dejando el vaso de agua en la mesita ratona- me ha montado una escena de celos ¿sabes?

Yo la miro confundida, sin saber por dónde va a seguir esta conversación, y en seguida se apresura a contármelo todo. Cuando termina de hablar entiendo perfectamente que esté como está, si Bruna me llega a hacer algo así yo estaría igual o peor. 

Me parte el alma ver a Becca así, por lo que ideo un plan para que termine de relajarse e intente dejar la mente en blanco. Decido que lo mejor será prepararle un baño relajante con algo de música de fondo, mientras yo hago la cena para las dos. 

Cuando Becca sale del baño, prácticamente una hora después, yo estoy sacando la tortilla de patata, que acabo de hacer, de la sartén. 

- No sabía muy bien qué hacer, así que he optado por un básico, espero que te guste- digo un poco nerviosa. 

- Está perfecto- dice sentándose justo al lado mío- muchas gracias por todo esto. 

- No tienes por qué darlas- digo cuando noto sus labios en mi mejilla. 

Cenamos tranquilas y luego nos vamos directamente a la cama, entre el madrugón del viaje, el vuelo, y todo lo demás, ambas estamos agotadas. Así que no tardamos en dormirnos, la una en los brazos de la otra. 

A la mañana siguiente nos despertamos por el sonido incesante del timbre. Becca sale de entre las sábanas quejándose, hablando consigo mismo y preguntándose quién podría ser a estas horas. Yo me río por lo cómico de la situación y me quedo en la cama, esperando a que vuelva para poder dormir un ratito más. 


BECCA

Llego a la puerta medio dormida pero, en cuanto la abro, me despierto de golpe. Ante mí se encuentran mi hermano con sus dos hijos, mis sobrinos. Alzira, o Zizi como la llamamos todos, está en los brazos de su padre mientras que Freddie, el mayor, está de pie a su lado, seguramente deseando entrar para jugar con Narla, como siempre. 

- ¡Tía Beck! - gritan mis personitas favoritas.

Freddy en seguida se abraza a mis piernas, y Zizi empieza a estirar sus bracitos en mi dirección para que su padre me la pase. Antes de que pueda darme cuenta tengo a la pequeña en brazos y mi hermano está cerrando la puerta detrás de sí. 

- ¿Qué... qué hacéis aquí? - pregunto saliendo de mi trace mientras mi sobrina esconde su cabecita en mi cuello. 

- Veníamos a hacerte una visita, ¿es que no te alegras de vernos? - dice mi hermano para picarme. 

- Pues claro que me alegro, no es eso- digo viendo como Narla juega con Freddie- es solo que... 

- ¿Becks? ¿todo bien? - pregunta Jana apareciendo en el salón, topándose con nuestra particular estampa familiar. 

La pobre se pone roja de pies a cabeza, y supongo que yo debo de estar parecida a juzgar por la mirada pícara que me dedica mi hermano. 

- ¿No nos vas a presentar hermanita? - me pregunta Jorge, dándome un pequeño codazo, divertido a más no poder con la situación. 

- Eh.. sí, sí, claro. Jana, este es mi hermano Jorge, y estos son mis sobrinos, Freddie y Zizi. Chicos, esta es Jana... alguien muy especial- digo sin saber muy bien como presentar a la catalana. 

- Encantada- dice la pobre Jana sin saber bien qué hacer. 

- ¿Juegas conmigo y con Narla? - le pregunta Freddie, en inglés evidentemente, pero por suerte Jana domina el idioma a la perfección. 

-  Hijo, ¿qué tal si primero dejamos que Jana y la tía se cambien de ropa y luego las invitamos a desayunar fuera por las molestias?

Mi sobrino asiente a las palabras de su padre, y yo me acerco a este último para pasarle a Zizi, pero la pequeña de poco más de un año se niega en rotundo. Tenemos un vínculo muy especial entre las dos, siempre que estoy yo no quiere bajarse de mis brazos, es así desde que nació, nunca quiere separarse de mí. Así que, con tal de evitar una papeleta en este momento, decido llevármela conmigo en brazos a la habitación. 

- Jana, Freddie, me parece que nos han vuelto a robar a Becca- dice mi hermano aguantándoselas la risa, aunque al final terminan los tres riéndose mientras yo le saco la lengua y Zizi me imita a los pocos segundos. 

Me cambio como puedo con mi sobri en brazos, y cuando ya estoy lista entra a cambiarse Jana, que se estaba dando una ducha. 

- Te queda bien la niña- comenta mientras se pasa la camiseta por la cabeza. 

- Esta beba preciosa y su hermano son  de lo mejor que me ha pasado en los últimos años, pero esta pequeña en especial me devolvió la vida cuando nació. 

- Se ve que sois muy unidas, solo hace falta veros. 

Antes de salir de la habitación, me saco una foto tierna en el espejo con la pequeña y la subo a mis historias de Instagram. Ya he perdido la cuenta de las fotos de espejo que tenemos juntas, siempre que tenemos uno delante aprovecho para inmortalizar el momento. Seguro que cuando sea mayor me dirá que fui una pesada con las fotos, pero ahora mismo no me importa, solo quiero disfrutar de estos pequeños momentos. 

Nos reencontramos con los chicos en el salón, que siguen jugando con Narla, y en cuanto cojo mi bolso, que había dejado anoche en la entrada, salimos dispuestos a disfrutar un excelente desayuno en familia.

- Perdón por esto- le digo a Jana mientras cerramos la puerta- han venido de imprevisto y...

- No te disculpes, me está encantando verte con tu familia- dice acariciando la mejilla de Zizi, que sigue acurrucada en mi pecho. 

- ¿Seguro? Sino puedo decirle a mi hermano que vayan ellos solos. 

- Segurísimo boba, anda vamos, que nos están esperando- dice tomándome de la mano que me queda libre para caminar los pasos que nos separan de los chicos. 

Madre mía, si supiera que mi corazón está saltando loco de alegría por ese pequeño gesto y por la idea de que ella pase tiempo con mi familia...

TARDES DE VERANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora