Detrás de la puerta[Spidershield] [Omegaverse]

Capítulo 5. Impregnado en la piel

Vamos dándole recio porque tengo que terminar como 4 historias esta semana porque luego no tendré ni tiempo de respirar. Les agradezco pasarse por aquí a leer, comentar y dejar su voto. No olviden darle el mismo cariño a las demás historias ಥ⁠‿⁠ಥ

Enjoy!

***
En este tiempo oscuro solo la infamia resplandece.

La vida es apenas una triste conversación con los fantasmas.

Toda la tarde una lluvia negra nos hizo enloquecer.
Cayeron lentas y sucias las nubes desde el cielo
hasta llenarnos los ojos de barro y de silencio.

Los sueños se volvieron tan atroces
que únicamente podíamos soñarlos
poniéndonos pastillas debajo de la lengua.

Cuando mirábamos fuera, veíamos
hasta qué punto se habían convertido
en una impostura aquellas cosas que quisimos cambiar.

Cerramos las puertas para que no entrara el mundo,
para no ser heridos otra vez
por el idioma de los difamadores.

Al final del invierno-Diego Doncel
***

El sudor corre por sus sienes. Trata de regular su maldita respiración pero es como si está se escuchara en sus oídos. Aprieta los párpados y suspira. El alfa cierra la puerta tras de si, entonces le da un escalofrío por todo el cuerpo cuando su aroma se hace más cercano, malditas hormonas.

-Tienes fiebre-dice el capitán comprobando lo dicho, colocó la mano en la frente del escudero-

Peter suspiró, el simple contacto le alivia. Su Omega está rugiendo dentro de él, exigiendo a su alfa ¡Maldición! Es la primera vez que se alborota dentro de si, tan rápido y fuerte por un alfa.

-Vamos, necesitas bajar la temperatura -murmura. Traga grueso por qué el olor del chico le está aturdiendo. Por suerte su celo no se ha presentado pero teme que si.

El chico huele tan delicioso, y el calor que emana puede sentirlo en cada centímetro de piel expuesta. El capitán nunca percibió tal descontrol de su cuerpo al haber estado frente a un Omega en celo, es quizá por los supresores o tal vez porque ninguno le causó aquella revolución en su interior.

Le guía al cuarto de baño, abre el agua tibia y ordena que se quite la ropa. El escudero obedece sin chistar, más porque esa condición en qué se encuentra lo hace sumiso y servil, tanto que lo odia pero la voz del alfa es melodía sagrada.

¡Oh error! El capitán aletea las fosas nasales, ahogando un gruñido en la garganta. El Omega tiene los músculos más marcados, la respiración acelerada y un evidente río entre sus piernas resultado de la natural lubricación.

-Alfa-susurra el chico. Nunca en su corta vida ha hecho un llamado, primero se cortaría la lengua, se juró a si mismo. Pero esto no es es igual. ÉL NO ES IGUAL.

Haciendo uso de todo su autocontrol, el alfa le ayuda a meterse bajo el agua, con su interior en ebullición de no sabe qué, porque es la primera vez que se permite tal cosa. Peter hace una mueca al sentir el agua aliviar un poco su estado.

-Quedate aquí un buen rato, adecuaré la cama para ti-

El chico cree que se ha vuelto loco ¿Acaba de ofrecerle algo amablemente? Y por si fuera poco ¿No se ha lanzado sobre él en el instinto animal que los corroe?