Capítulo 13: Secretos y Desconfianza

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El cambiante lagarto, conocido como el Kanima, había continuado su aterradora racha de asesinatos, sembrando el pánico en Beacon Hills. Stiles ya había logrado sobrevivir dos encuentros con la criatura, y cada vez se volvía más evidente que las cosas estaban lejos de mejorar. Derek, convencido de que Lydia era el Kanima, decidió que debía ser eliminada, lo que obligó a Stiles, Scott, y Allison a actuar rápidamente para protegerla.

Decidieron que era hora de contarle todo a ___, pues sabían que Lydia confiaba en él, y él era la mejor opción para mantenerla a salvo, tanto de Derek como de Gerard.

La escena se desarrolla en la sala de química, donde Scott, Stiles, Allison y ___ se reunieron después de clase. La tensión en el aire era palpable mientras se miraban unos a otros, sabiendo que lo que estaban a punto de discutir no iba a ser fácil.

—___, tenemos que hablar contigo sobre algo importante —comenzó Scott, cruzando los brazos con preocupación en su rostro.

—¿Qué sucede? —preguntó ___, cruzando los brazos mientras miraba a los tres con seriedad. —¿Por qué siento que esto es algo grande?

—Es sobre Lydia —dijo Stiles, inquieto. —Creemos que está en peligro, más de lo que piensas.

—Derek cree que Lydia es el Kanima, la criatura que ha estado causando los asesinatos —explicó Allison, nerviosa. —Si lo convence, no dudará en matarla.

El rostro de ___ se oscureció al escuchar esas palabras. La idea de que Lydia pudiera estar en peligro lo llenó de una mezcla de ira y preocupación.

—Eso es ridículo —respondió con firmeza. —Lydia no es el Kanima. Sé que no lo es. Además, no es tonta; merece saber lo que está pasando. Si realmente está en peligro, deberíamos decirle la verdad.

Scott negó con la cabeza, compartiendo una mirada preocupada con Stiles y Allison.

—No podemos arriesgarnos a que Lydia se entere y entre en pánico —dijo Scott, suspirando. —Todavía no estamos seguros de quién es el Kanima, y si Lydia lo sabe, podría empeorar las cosas. Ahora mismo, lo mejor es mantenerla a salvo sin contarle todo.

—Pero ella sospecha que algo está pasando —insistió ___. —Y cuanto más le ocultemos, más va a desconfiar. No podemos tratarla como si fuera una niña. Si quiere estar a salvo, necesita saber en qué lío está metida.

—Entendemos lo que dices —dijo Stiles, levantando las manos en un gesto conciliador. —Pero Lydia confía en ti, más que en cualquiera de nosotros ahora mismo. Si alguien puede mantenerla a salvo mientras investigamos quién es el verdadero Kanima, eres tú.

—___, por favor, confía en nosotros —añadió Allison, con los ojos llenos de preocupación. —Sabemos que Lydia es importante para ti, pero si alguien tiene la mejor oportunidad de protegerla, eres tú. Además, vives justo enfrente de ella. Eres nuestra mejor opción para asegurarnos de que no le pase nada mientras descubrimos lo que realmente está pasando.

___ respiró hondo, luchando internamente. No le gustaba la idea de mentirle a Lydia, de dejarla en la oscuridad cuando estaba claro que necesitaba saber la verdad. Pero también sabía que, por mucho que le molestara, sus amigos tenían un punto. Finalmente, asintió con la cabeza, aunque no estaba convencido.

—Está bien —aceptó a regañadientes—, pero si algo sale mal, no voy a seguir ocultándole la verdad. No me gusta esto, pero lo haré porque confío en ustedes... por ahora.

Antes de que pudieran responder, Lydia entró en la sala de química, con una expresión intrigada al ver a todos reunidos.

—¿Qué está pasando aquí? —preguntó Lydia, notando cómo el ambiente se volvía tenso de inmediato. Sus ojos buscaron instintivamente a ___, esperando que él le explicara.

Los chicos intercambiaron miradas incómodas y se quedaron en silencio. Lydia frunció el ceño, su desconfianza creciendo.

___, molesto por la decisión de sus amigos de mantener a Lydia en la oscuridad, simplemente apretó los labios y se fue sin decir una palabra, su frustración evidente en cada paso que daba. Lydia lo miró con asombro, sintiendo cómo la decepción se acumulaba en su pecho.

—¿Qué fue todo eso? —demandó Lydia, volviéndose hacia Scott, Stiles, y Allison. —¿Por qué alejan a ___ de mí? ¿Por qué intentan que me oculte cosas?

Allison dio un paso hacia Lydia, intentando calmarla.

—No es lo que piensas, Lydia. Solo estamos...

—¡No me digas que no es lo que pienso! —la interrumpió Lydia, sus ojos brillando de furia. —Primero ustedes me esconden cosas, y ahora están haciendo que ___ haga lo mismo. ¡Él era el único que intentaba ser un amigo honesto conmigo! Si ustedes no pueden confiar en mí, al menos dejen que él lo haga.

Stiles intentó interceder, con una expresión suplicante.

—Lydia, no es que no confiemos en ti. Es solo que...

—¿Qué? —Lydia lo miró con los ojos entrecerrados. —¿Creen que soy débil? ¿Inútil? ¿Es por eso que me alejan?

Scott intentó hablar, pero Lydia no le dio la oportunidad.

—Estoy harta de esto —dijo con voz cortante. —No hagan que ___ me oculte cosas como ustedes. Él merece más que ser parte de sus secretos y mentiras.

Con esas palabras, Lydia se giró y salió de la sala con pasos decididos, dejando a los tres adolescentes sintiéndose culpables y angustiados. Mientras se alejaba, no pudo evitar pensar en ___, preguntándose por qué de repente se había vuelto tan distante y qué secretos podría estarle escondiendo.

Lydia Martin & You (Short Story Teen Wolf)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora