A tu lado

El Susurro del Viento

La brisa helada de la mañana acariciaba la piel de los cazadores mientras se agrupaban en la cima de la colina, sus figuras recortadas contra el cielo al amanecer. El mundo a su alrededor estaba envuelto en un silencio reverente, interrumpido solo por el crujido de las ramas bajo sus pies y el susurro lejano de la manada de lobos que habitaba en ese bosque.

Eran cinco, la elite de su grupo de caza , todos ellos entrenados en las artes de la caza desde una edad temprana. Cada uno poseía habilidades únicas: Adán, el líder, con su mirada fría y decisiva; Mara, la experto en rastreo, capaz de leer la tierra como un libro abierto; Darek, mano derecha del líder el guerrero de fuerza hercúlea, temido por su hacha forjada en el fuego de mil batallas; Lira, la observadora silenciosa, que podía deslizarse entre las sombras sin hacer ruido, y Eldrin, un cazador hambriento de gloria.

Mientras el sol ascendía en el horizonte, tiñendo el cielo de tonalidades doradas y moradas, Adán repasó el plan en su mente. El objetivo era solo la caza de la Luna del Alfa y así poder aniquilarlo. Sin embargo, no se trataba de una simple cacería. Los lobos eran astutos, inteligentes, y cada uno de ellos tenía un papel en el ecosistema que no podían ignorar.

—Escuchen —dijo Adán, interrumpiendo el murmullo de la mañana—. Sabemos que el lobo Alfa es territorial. Si atacamos a su pareja, él seguramente se descentrará, lo que nos dará una ventaja".

Mara asintió, analizando el mapa de la zona que había dibujado en su mente después de semanas de observación. —He rastreado sus patrones de movimiento. Los guardias siempre siguen el mismo camino al amanecer, buscando agua en el arroyo. Si nos damos prisa, podemos colocarnos en emboscada.

Lira observó el resplandor de las primeras luces del sol sobre el bosque y explicó su plan de sigilo. —Si nos movemos con cuidado y nos mantenemos en la penumbra de los árboles, podremos acercarnos lo suficiente sin alertarlos. Pero debemos estar atentos. Los lobos tienen un sentido del olfato excepcional y pueden oír el más mínimo susurro.

Darek flexionó los músculos, impaciente por la acción, mientras Eldrin trataba de contener su sed de caza.

—Recuerda lo que te dije —le dijo Adán, colocando una mano firme sobre su hombro - Charles La calma es tu mejor aliada. Escucha a tu entorno, siente el pulso de la naturaleza - Con el coraje insuflado por las palabras de su líder, Eldrin respiró hondo y asintió.

Con un último intercambio de miradas que selló su determinación, se adentraron en el bosque. Las sombras se alargaban a su alrededor mientras el canto de los pájaros se desvanecía lentamente, dejando un silencio denso y cargado de expectativa. La manada de lobos estaba cerca, y el viento traía consigo el eco de sus aullidos lejanos, como un llamado que resonaba en sus corazones.

Era el momento de actuar. Serían cazadores o simplemente una presa más en la cadena interminable de la vida y la muerte. ¿Su historia  estaría escrita en el próximo amanecer? ¿O esta vez los lobos estarían preparados para arrebatarles su gloria ?

Adrien

Me encontraba en lo alto de la colina observando a lo lejos a los cazadores que se encontraban bajando silenciosamente hasta perderse en el denso bosque. Después de nuestra reunión en casa de Kenai había pasado una semana. Sonreí al saber que esta vez no nos cogerían por sorpresa, ellos eran cinco aunque bien sabíamos que eran los mas fuertes, mi mirada estaba en uno fijo uno al cual lo quería entre mis garras el segundo al mando, Darek, conocido como "El Cazador", es la mano derecha del temido líder conocido como "El Guerrero de Fuerza Hercúlea". Su figura imponente y su destreza en la caza y el combate le han valido un respeto considerable entre sus compañeros y enemigos por igual. Aun resuena en mi cabeza los gritos de las hembras al ver como  muchos de sus parejas eran aniquilados por el, sin bien mis guerreros eran habilidosos en el combate el era un buen experto en aniquilar.