Alfas

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Kenai

El día había transcurrido rápido, me encontraba en la entrada de mi casa recibiendo al Alfa Adrien de la manada Black Moon con Steven su beta , el Alfa Jacob y su Beta Kevin de la manada Delta Moon y por último y no menos importante el Alfa Charles con su Beta Roge de la manada Clear Moon.

- Alfas es un honor tenerlos en mi casa.

- El honor es nuestro Alfa Kenai - dijo Adrien 

- Mañana llegarán los 4 alfas restante de las otras manadas, si gustan puede instalarse en las habitaciones designadas a cada uno, siéntanse libres de recorrer la casa, esta noche cenaremos todos juntos.

- Muchas gracias alfa Kenai - dijo Jacob

- Con su permiso me retiro a mi habitación, el viaje a sido largo mi Alfa- dijo haciendo una reverencia el alfa Charles

- Siéntete libre amigo mío

Los seis se retiraron a descansar mientras yo me puse en busca de mi preciosa luna, mañana se las presentaría a los alfas ya que en breve Elara marchara con las otras lunas al retiro para estar más seguras.
Mire en la cocina, nuestra habitación, el salón y en el jardín y no la encontraba, marque su número y al segundo tono contestó

- ¿Preciosa donde andas? 

- Vine a la clínica 

- ¿Fuiste sola?

- No,  me trajo Nathan

- Cuando vuelves te echo de menos

- Y yo a ti mi lobito

- ¿Quieres que te pase a buscar?

- Ya salimos, no te preocupes espérame ahí 

- Eso haré preciosa

Colgué la llamada y entre a la cocina encontrándome con Nana y Leif hablando , Nana no paraba de reír con las ocurrencias de Leif y no notaron mi llegada.

- Nana no te dejes engatusar por este

- Ey que tengo oídos y te puedo escuchar sabes, nana no le hagas caso te quiero


- Adulón - dijo mientras le golpeaba el hombro a Leif- mi niño voy a preparar la cena para todos, quieres que prepare algo en especial

- Nana todo lo hacen tus manos es especial, lo que decidas estará bien.

- Hay mi niño - dijo llevándose la mano a la boca mientras se sonrojaba

- ¿Nana te has sonrojado? Porque con el te sonrojada y conmigo no - dijo Leif con tono ofendido

- Deja de decir tonterías Leif ambos son unos adulones 

Escuchamos un ruido de motor acercándose a la casa, una vez el motor del coche dejo de sonar su aroma llegó a mi, sonreí al ver como mi cuerpo reaccionaba a ella, me fui hasta la entrada y vi como se acercaba hasta mi mientras hablaba con la rubia, al notar que estaba apoyado en el marcó de la puerta me miró y sonrío, baje los tres escalones y echo a correr hacia mi mientras yo extendía mis brazos para atraparla y pegarla a mi cuerpo mientras ella rodeaba mi cintura con sus piernas y sus manos quedaban detrás de mi cuello con los dedos entrelazados, mi cara quedó en el hueco de cuello e inhalé su aroma.

- Te extrañe preciosa

- Ya estoy aquí - despegue mi cara de su cuello y la mire a esos ojos que me traían loco

A tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora