Ti amo, Cuore mio ★Mambar★

★Capítulo Seis★

Narra:Ámbar

Un día después de los problemas con Simón y Luna, Matteo y yo hemos vuelto a la normalidad.
Me despierto en mi cama, rodeada de mis almohadas.
Me levanto y bajo a desayunar con mi madrina, quien está sentada en silencio tomando un té.

- Buenos días madrina.

- Buenos días- contesta ella bastante seca.

- En unos días tengo una competencia, es bastante importante, podrías ir a verla- sugiero dulcemente.

- No Ámbar, ya sabés que no puedo perder el tiempo en tonterías.

- Sí, lo sé.- digo algo desanimada.

Ella nunca fue a ninguna de mis competencias, a pesar de saber lo importante que es el patinaje para mí.
Aún recuerdo mi primera competencia, esperaba que ella llegara, pero no lo hizo y los padres de Jazmín tuvieron que ser los que me aplaudían.

•Flashback•

Tengo seis años, estoy en el backstage del roller. Preparando mi maquillaje y vestuario yo sola. Todas las demás niñas tienen una madre que las maquilla y peina, menos yo.
Nadie ha venido a verme ni  a ayudarme. Así que me preparo yo sola.
Me hago un peinado increíble para una niña de tan solo seis años y también me maquillo. Llevo un vestido rosa con purpurina precioso.
Cuando dicen mi nombre por los altavoces aun tengo la esperanza de que mi madrina esté entre el público, pero no la encuentro.
No vino, como era de esperar.
Baile como si toda mi vida fuera ese baile, y lo era.
El patinaje era realmente mi pasión. Siento la música en mi.
Cuando termino todo el mundo me aplaude y momentos después anuncian que he ganado. Estoy muy contenta, al fin y al cabo eso es lo que mi madrina dice que es importante.
Las demás niñas se acercan a sus padres a celebrar sus puestos, aunque no fueran el primero.
Pero yo me quedo quieta, con mi corona de ganadora y mi pequeño ramo de flores.
Una lágrima amenaza con caer hasta que la madre de Jazmín se acerca a mí.

- Enhorabuena cariño. Te lo mereces, lo has hecho perfecto- dice ella sonriente.

- Gracias- digo yo tímidamente.

- ¿Y tus padres? ¿Dónde están?

- Siempre están de viaje, vivo con mi madrina. Pero ella no puede venir porque está muy ocupada.

Me mira con cara de pena, esa cara que odio. No me gusta darle pena a la gente.

- No pasa nada, al menos he ganado- digo intentando ocultar el dolor de que nadie venga a verme.

Ella me da un abrazo, supongo que así se siente un abrazo de una madre.

•Fin del flashback•

Cuando salgo de ese pensamiento, ya no tengo ganas de desayunar, en verdad antes tampoco las tenía, pero esta es la excusa perfecta.

- Me debería de ir ya- le digo a mi madrina.

- Vale, adiós- dice ella sin siquiera mirarme.

Tino me lleva al Blake, Luna va sentada al lado mío.

- ¿Qué tal, Ámbar?- pregunta.

Levanto la vista de mi móvil y la miro.

- Bien- respondo secamente.

Al fin llegamos al instituto y voy directa a clase. Me siento en mi sitio y me quedo pensativa.
Tengo que admitir que cada vez que mi madrina se niega a venir a verme patinar estoy algo desilusionada, pero esta vez el sentimiento es un poco más fuerte.
El recuerdo de esta mañana me ha afectado un poco. Me quedo perdida en mis pensamientos hasta que Matteo me da un pequeño beso en la cabeza.